Manifestación en el IES Gamallo Fierros por el estado del centro

j.a.q. RIBADEO / LA VOZ

EDUCACIÓN

El Farero

Alumnas de Educación Infantil critican las condiciones en que estudian

14 mar 2012 . Actualizado a las 07:03 h.

Alumnas del instituto Gamallo Fierros de Ribadeo, del primer curso del ciclo de Educación Infantil, se manifestaron ayer para expresar públicamente las condiciones en que reciben clase y estudian. Dicen que no se cumplen los requisitos estipulados legalmente para impartir el ciclo y hablan de deficiencias como agujeros en las paredes, aulas improvisadas, ruidos, un intenso olor a aguarrás, etcétera.

Al parecer, a las alumnas no les falta razón, si bien se trata de algo coyuntural, que sufren buena parte de los alumnos y profesores y que se debe a las obras que se ejecutan en el centro, para reformar el actual y construir un nuevo edificio donde se unificarán los dos IES de Ribadeo, quedando el Porta da Auga exclusivamente como centro de formación profesional.

Estas obras se ralentizaron seriamente debido a la crisis en que entró la empresa que las ejecuta, Construcciones Mon. Según la dirección del Gamallo Fierros, nunca llegaron a paralizarse, pero si hubo problemas de falta de suministro de material y el trabajo de los obreros se redujo significativamente. Ahora -señalan- avanzan de nuevo a un ritmo notable.

Las obras han provocado cambios importantes en el centro. Por ejemplo, al derribarse el gimnasio, ahora las actividades deportivas se hacen en el pabellón municipal. Además, las clases de los bachilleratos se han trasladado a la escuela oficial de idiomas. Los tabiques del centro están literalmente agujereados, para pasar el cableado.

Además, se da la circunstancia de que las alumnas de Educación Infantil están «en precario», ya que el ciclo se va a trasladar al Porta da Auga. Su situación provisional ha provocado que las reubicarán en otras aulas compartidas.

También se quejan de que en los últimos días hubo alarma por un extraño olor, similar al gas. Finalmente se comprobó que lo generó un bote de aguarrás, oculto en un armario donde las alumnas guardaban material, según la dirección.