El Gobierno desvía el foco del apagón a las empresas sin desvelar aún nombres

eduarne martínez MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Marta Fernández | EUROPAPRESS

El equipo de Aagesen está «muy cerca» de saber en qué plantas se originó, aunque eso no implica ser el culpable del incidente eléctrico

18 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno dio esta semana un paso más firme de lo previsto al señalar que las provincias en las que se originó el apagón el pasado 28 de abril son Granada, Badajoz y Sevilla. ¿Cómo puede estar tan seguro? El Ministerio de Transición Ecológica formó una comisión de investigación pocos días después del incidente. Este grupo de trabajo, que se reúne casi diariamente, está analizando «millones» de datos sobre los minutos previos a las 12.33 horas de aquel último lunes de abril, cuando España se fue a negro. En cuestión de 20 segundos —según concretó la ministra Sara Aagesen en el Congreso el viernes— se produjeron tres eventos de pérdida de generación eléctrica por un acumulado de 2,2 gigavatios (GW) en plantas localizadas en estas tres regiones que llevaron al apagón total.

La causa de lo que causó el incidente está aún lejos de conocerse, así que el Gobierno pone ahora el foco en los culpables. Y la gestión de Red Eléctrica —empresa que controla el Estado con el 20 % del capital— queda fuera del tablero en el que se mueve el Ejecutivo. El equipo de Aagesen está recabando más información de empresas como Iberdrola, Endesa o Naturgy, las energéticas con el mayor número de megavatios instalados en esas provincias.

Badajoz, Granada y Sevilla son tres de las provincias con un mayor despliegue de las renovables, sobre todo de parques fotovoltaicos. Este tipo de energía es muy intermitente y necesita una gestión «muy ordenada» por parte del controlador nacional, que es Red Eléctrica. Los expertos aseguran que si el Gobierno ha llegado a poder concretar las tres provincias del posible origen del apagón, o sabe ya o está «muy cerca» de conocer cuáles fueron las centrales exactas donde se disparó la producción eléctrica y provocaron un apagón en cascada. Además, si la pérdida fue de 2.200 MW hay pocas plantas en España con tanta potencia, incluso siendo varias las que pudieron caer simultáneamente.

Las dos mayores plantas fotovoltaicas de España están en Extremadura y son propiedad de Iberdrola. Además, la central nuclear más grande está también en Extremadura: Almaraz, con 1.050 MW de potencia, participada por tres empresas: Iberdrola (53 %), Endesa (36 %) y Naturgy (11 %).

Fuentes del sector aseguran a este periódico que el Gobierno tiene identificado el punto donde se originó el apagón, pero de llegar a señalar directamente a una empresa, se abriría una vía judicial para exigir daños y perjuicios que acarrearía multas e indemnizaciones millonarias, por lo que las empresas intentarían eximirse argumentando que la normativa les exige esas desconexiones.

Difícil exigir responsabilidades

Sin embargo, Jorge Morales, ingeniero experto en el mercado energético, explica a este periódico que, aunque se llegara a concretar cuál fue la planta que se desconectó en primer lugar y dio lugar al apagón, será complicado exigir responsabilidades a las empresas privadas, porque primero habría que determinar cómo están diseñadas los sistemas de protección de esa planta. Es decir, si es un sistema automático, que se desconecta ante algún evento de la red, la culpa no podría recaer solo en la planta, porque es la normativa la que obliga a que su sistema sea así.

El problema es que es mucho más complicado gestionar un sistema compuesto por renovables que sin ellas, pero eso no quiere decir que sea más vulnerable, sino que «hay que tomar unas precauciones diferentes». Por ello, considera que Red Eléctrica tiene que actualizar la forma de gestionar el sistema y el informe final será el que revele si el apagón se podría haber evitado si REE hubiera gestionado la red de otra forma.

El director de ABB Motion, Juan Bachiller, explica que el rol de Red Eléctrica es gestionar qué plantas entran y cuáles no en el mix energético. El experto apunta a una «concatenación de sucesos» como la causa del apagón, ya que todos los sistemas de generación tienen protecciones para desconectarse y no dañarse, y al mismo tiempo REE es el que hace que solo se desconecten los necesarios. Además, sobre el debate renovables o no renovables que se ha popularizado en los últimos días, apunta a que ya existe la tecnología para mitigar los riesgos asociados a la energía más intermitente (como las renovables). Se trata de compensadores síncronos «muy fiables» que ya se están usando en países como Reino Unido y que en España se están probando en proyectos piloto en Baleares y Canarias y comenzarán a entrar en el 2026.

La gran duda es por qué ese efecto cascada. Hay centrales que se desconectan con cierta frecuencia, explican desde el sector, pero los españoles «ni lo notan», dicen. Las plantas funcionan de forma similar a los plomos de una vivienda, y cuando hay un momento de sobretensión, se desconecta por seguridad. Pero el chispazo que ocasionó una caída total aún es una incógnita, y parece ir para largo. Europa ha dado tres meses a España para remitir el primer informe y el regulador europeo se ha dado casi año y medio para publicar el documento final. «El plazo que nos da Bruselas muestra la dificultad del proceso», señaló Aagesen en el Congreso.

El uso intensivo de los últimos años exige la urgente renovación de las infraestructuras

En las últimas semanas se ha hablado mucho del apagón. Y este incidente ha sacado a la luz la urgente necesidad de inversión en las infraestructuras de uso público. Los expertos apuntan en tres direcciones: energía, ferrocarril y telecomunicaciones. Aún quedan semanas —o meses— para descubrir qué ocurrió exactamente a nivel técnico el lunes 28 de abril, pero los expertos coinciden en que Red Eléctrica (REE) tendrá que actualizar su sistema de gestión por el gran volumen de energías renovables que se ha introducido en los últimos años.

La investigación concluirá si la responsabilidad de REE es única, compartida con las empresas privadas o si el apagón, por el contrario, no tuvo nada que ver con la gestión de la operadora pública. Pero la necesidad de actualizar el sistema de gestión de una red que no tiene nada que ver con la de hace unos años es evidente. El problema será cómo se adaptan las facturas de la luz de los hogares y las empresas a estas inversiones.

Casi 200.000 millones de gasto

En cifras, Seopan (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de infraestructuras) identifica en su último informe 198.400 millones de euros de inversión necesaria en infraestructuras prioritarias de agua, energía, medioambiente y equipamiento público. Más concretamente, en lo relativo a las inversiones planificadas en el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima), las medidas de adaptación, capacidad, interconexión de redes, eficiencia energética y almacenamiento requieren de 134.196 millones de euros de cara al 2030.

También servicios como el transporte ferroviario o las telecomunicaciones han experimentado una explosión de demanda. Fuentes del sector aseguran que unos días antes del gran apagón (22 de abril) se produjo una falta de suministro eléctrico en la red ferroviaria por un pico de tensión que afectó a varias líneas de alta velocidad. Redeia explica que se trató de un «hecho aislado» que «no puede correlacionarse» con el cero energético. Pero los datos demuestran que desde la entrada de más trenes a la infraestructura se han producido numerosos incidentes.

Los cálculos de Seopan apuntan a 150.800 millones la inversión en infraestructuras de transporte para solucionar estos problemas, sin olvidar la necesaria en las infraestructras de telecomunicaciones.