Plantea cerrar tres fábricas en Alemania y reducir el 10 % de la masa salarial
28 oct 2024 . Actualizado a las 19:56 h.Se sabía que la eliminación de los motores de combustión iba a destruir empleo; y que los altos costes de la energía y la mano de obra eran bazas en contra para competir con los precios de los coches eléctricos chinos. Pero nadie vio venir una crisis tan profunda como la que late en la automoción europea, de la que no se libra ni el primer productor de Europa.
El sector está conmocionado. La debilidad reconocida por el gigante alemán Volkswagen por una costosa estructura productiva que necesita purgar con urgencia está convulsionando a la automoción mundial, por las dimensiones del ajuste: el cierre de tres de las diez factorías que posee en Alemania, una drástica medida que supondrá la pérdida «de decenas de miles de puestos de trabajo» —alrededor de 20.000—, según adelantó ayer un comité de empresa en pie de guerra, que ha sacado a la calle a miles de trabajadores en el país.
El ajuste no se quedará en el cierre de centros de producción. En las instalaciones restantes, Volkswagen reducirá «productos, cantidades, turnos y líneas de montaje enteras», lo que conllevará más destrucción de empleo. En las negociaciones colectivas, la agenda también incluye bajar los salarios en todos los departamentos y jerarquías en un 10 %, y la congelación de sueldos en los años 2025 y 2026.
Megáfono en mano, y ante miles de trabajadores den Wolfsburg, centro neurálgico de la compañía, la presidenta del comité, Daniela Cavallo, afirmó que la pérdida de bonificaciones y la congelación suponen una pérdida de alrededor del 18 % de salario para un empleado medio. VW ya no puede permitírselo. «Rompamos las negociaciones y hagamos lo que una fuerza laboral tiene que hacer cuando teme por su existencia», manifestó Carvallo.
El ajuste que ahora quiere sacar adelante el grupo alemán no es una idea nueva. Hace tres años, el entonces director de Volkswagen Herbert Diess, avanzó la necesidad de eliminar 30.000 puestos de trabajo. Pero entre el comité de empresa, el estado federado de Baja Sajonia —que tiene una participación en el grupo— y las familias accionistas de Porsche y Piëch acabaron sacando a Diess del grupo.
Ante la drástica caída de ventas del vehículo eléctrico, hace un mes, la junta de accionistas retomó el viejo plan de Diess, para reducir drásticamente los costes y responder a la caída de la demanda y a la creciente competencia china. Desde entonces, la dirección y el comité de empresa discuten sobre una salida a la crisis. «La situación es grave y la responsabilidad de los socios negociadores es enorme», respondió el director de Recursos Humanos, Gunnar Kilian, en un comunicado ayer al mediodía. «Sin medidas integrales para recuperar la competitividad no podremos permitirnos inversiones significativas en el futuro». Kilian no avanzó información específica sobre cierre de fábricas, recortes salariales y de empleo, que se abordarán en la reunión con el comité mañana.
Martorell y Landaben
En España, el grupo tiene las plantas de Seat Martorell (Barcelona) y Volkswagen Landaben (Navarra), donde hace meses se anunciaron inversiones y la ampliación de las instalaciones. Está previsto que en Navarra se comience a producir la próxima generación de vehículos 100 % eléctricos de la marca en el 2026. Pero en ambos centros la incertidumbre va en aumento.