Respaldo masivo de los accionistas de BBVA a la opa sobre el Banco Sabadell

Manu Álvarez BILBAO / COLPISA

ECONOMÍA

Vincent West | REUTERS

La ampliación de capital para financiar la compra obtuvo el apoyo del 96,5 %

05 jul 2024 . Actualizado a las 19:07 h.

La cúpula del BBVA recibió este viernes un respaldo mayoritario de sus accionistas para continuar con la opa (operación pública de adquisición) lanzada sobre el Banco Sabadell y que, previsiblemente, no se sustanciará hasta principios del 2025, después de superar otros trámites pendientes. Los accionistas del banco vasco aprobaron, por una abrumadora mayoría, realizar una ampliación de capital de hasta un máximo de 1.126 millones de acciones para financiar la compra de la entidad catalana, y renunciaron también a su derecho preferente de suscripción, porque esos títulos serán los que se ofrezcan a los accionistas del Sabadell si se superan todos los trámites y la opa comienza a rodar.

La ampliación de capital, y con ello la opa sobre el Sabadell, fue respaldada por el 96,54 % del capital que participó en la junta. Un paseo militar para los máximos responsables del banco y también una señal de que los inversores —muchos de ellos también presentes en el accionariado del Sabadell— ven la oferta con buenos ojos.

En la junta extraordinaria convocada en Bilbao participó —de forma presencial, telemática o con delegación de voto— el 70,75 % del capital social del banco. Un porcentaje muy elevado y similar (71 %) al de la última junta ordinaria, que aprobó las cuentas del 2023. El voto secreto de los accionistas, sin embargo, mantiene oculta la posición concreta adoptada por algunos fondos de inversión que, como es el caso del norteamericano BlackRock, tienen participaciones significativas en ambos bancos. Pese a ello, las cifras de participación y apoyo a la operación suponen un claro espaldarazo a la gestión del equipo directivo del banco vasco, y en especial al consejo de administración.

Carlos Torres, el presidente de BBVA, defendió la operación no solo por las características positivas que presenta Sabadell y su complementariedad —la entidad de origen catalán tiene una cuota de mercado importante en pymes y autónomos—, sino también por las bondades de ganar escala en el mercado financiero. «Con la incorporación de Banco Sabadell al grupo BBVA ganamos escala y diluimos los costes fijos entre una base de clientes más grande, un mayor volumen de negocio, ganando en eficiencia y pudiendo ofrecer a los clientes de ambas entidades mejores productos y servicios a precios más competitivos», indicó.

La fusión generaría unos costes de reestructuración de 1.450 millones de euros, que no desglosó Torres. Se intuye que buena parte de esta cantidad estaría destinada a financiar un ajuste de plantilla y también a abonar las indemnizaciones por la interrupción de algunos contratos con proveedores y socios del Sabadell que sean incompatibles con los de BBVA. Pero este coste, defendió el presidente, estaría justificado porque la integración de ambos bancos permitiría obtener ahorros anuales valorados en 850 millones de euros durante los tres primeros ejercicios tras la fusión.

«BBVA ha querido dar a los accionistas de Banco Sabadell el poder de elegir, lo que podrán hacer una vez que se abra el período de aceptación. Esperamos que aprecien el sentido estratégico de la operación y decidan participar con nosotros en este gran proyecto de futuro», señaló Torres, que se mostró convencido del éxito de la operación.

Una carrera de larga distancia

Este ha sido el segundo paso formal en la carrera de BBVA por hacerse con el control del Sabadell. El primero fue la presentación de la opa ante la CNMV, que aún tardará en dictaminar. Pero no es el único paso pendiente. Hay varios más, y todos son trascendentes.

El que parece más sencillo y claramente a favor de la fusión, es el plácet del Banco Central Europeo. También queda la decisión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que podría aprobar la fusión con algunas condiciones. Desde el equipo directivo del banco vasco se apunta que estas cesiones están evaluadas y tendrían escasa trascendencia.

El principal escollo está en el Gobierno. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ya ha dejado claro que el Ejecutivo se opone a la operación, en una posición que claramente está condicionada por razones políticas. El gabinete de Sánchez se ha alineado así con las fuerzas catalanas, que no han dudado en mostrar su oposición a la fusión al entender que sería una pérdida importante para el poder financiero en esa comunidad. Pese a ello, BBVA ya ha deslizado la idea de que «la operación sería interesante» incluso si el Gobierno no autoriza la fusión y Sabadell se mantiene como una filial.

División sindical y preocupación por el empleo

Los representantes de la plantilla de BBVA aprovecharon la junta de accionistas para mostrar su valoración sobre esta operación, y también para reclamar estabilidad en el empleo y mejoras salariales, al tiempo que evidenciaron que no hay unanimidad a la hora de afrontar la hipotética fusión con Banco Sabadell. El presidente del banco vasco garantizó «un proceso de diálogo para alcanzar el mejor acuerdo que sea posible» en torno al futuro de la plantilla de ambas entidades.

Así, el representante de la organización ACB —un sindicato propio de la plantilla de BBVA— mostró su respaldo a la fusión porque, dijo, «es una buena oportunidad para resolver los problemas de falta de personal».

Mientras tanto, portavoces de los sindicatos CC.OO., CGT, UGT y la CIG pusieron el acento en reclamar estabilidad en el empleo y mejoras laborales, al tiempo que rechazaron cualquier medida traumática de ajuste de plantilla en el caso de que BBVA absorba al Sabadell. De ejecutarse una reducción en el número de trabajadores, todos los sindicatos coincidieron en reclamar medidas voluntarias. La central nacionalista CIG, sin embargo, fue la única en anunciar que los votos delegados por sus afiliados —aquellos que también son accionistas— serían de oposición a la ampliación de capital y, por lo tanto, a la opa.

La oferta de BBVA recibió un respaldo, cuando menos, curioso. Fue el del expresidente de la constructora Sacyr, Luis del Rivero, que mostró su apoyo y su voto a favor. Del Rivero, que intentó el asalto al control del banco con el Gobierno de Zapatero, siempre se ha mostrado crítico con los gestores de BBVA y no dejó pasar la ocasión para insistir en esa línea. Así, dijo que le parece bien la opa, pero se posicionó a favor de que el banco resultante lo gestione Josep Oliu, «el actual presidente del Sabadell». También mostró su respaldo a la opa un representante de Adicae, la asociación de usuarios de la banca, quien argumentó que la fusión puede tener efectos positivos para los clientes de ambas entidades.