La sociedad público-privada invertirá 250 millones hasta el 2027
06 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La sociedad público-privada Recursos de Galicia (RDG), creada a finales del pasado año con la participación mayoritaria de la Xunta y otras 32 compañías de la comunidad, invertirá alrededor de 250 millones de euros en los próximos tres ejercicios. Su filosofía fundacional es la de abaratar la energía que consumen los gallegos, a través de la participación en proyectos que se desarrollen en el territorio y en los que se utilicen sus recursos naturales. Tres meses después de su arranque, la compañía mantiene abiertas negociaciones muy avanzadas con cinco compañías, aunque con otra veintena se han iniciado conversaciones. «Somos prudentes y serios, nos gusta trabajar sin precipitación ni hacer ruido, pero creo que próximamente estaremos en disposición de firmar nuestros primeros acuerdos de colaboración para empezar a hacer todo aquello que dijimos que veníamos a hacer», avanza Emilio Bruquetas, consejero delegado de la empresa.
El plan de RDG prevé una combinación de participaciones en minería, producción de biometano y proyectos de eólica terrestre, hidroeléctrica y solar con una potencia instalada total de alrededor de mil megavatios.
Además de culminar la entrada en las primeras inversiones, la empresa tiene otro reto marcado a corto plazo, ya que a lo largo del año está previsto realizar también una nueva llamada de capital, después de que su nacimiento viniese amparado por la apertura de un proceso con una manifestación de interés abierto al entramado empresarial de la comunidad. A pesar del poco tiempo de andadura discurrido, una veintena de compañías se han puesto en contacto con los responsables de RDG para manifestar su voluntad de sumarse al accionariado, que controla en un 30 % la Xunta y el resto se reparten, en cuotas de diferente participación, otras 32 sociedades privadas que sostienen más de 21.000 empleos directos y aportan un 14 % del PIB gallego. Desde que se presentó la compañía, a mediados de noviembre del pasado año, los primeros pasos se han centrado en tres direcciones. Además del contacto con operadores energéticos y mineros para la materialización de los primeros acuerdos, Bruquetas impulsó la configuración de un equipo profesional para materializar las tareas encomendadas. Así, tras un proceso de selección de perfiles, en las próximas semanas se irán incorporando a la compañía responsables de las distintas áreas de actividad que acometerá RDG, como fuentes renovables, minería, mercados energéticos y servicios financieros.
Además, en estos meses, también se han llevado a cabo numerosos contactos con empresas, instituciones, dirigentes y otros actores relevantes de la sociedad civil gallega, para explicarles el proyecto y recabar sus apreciaciones al respecto.
En diferentes fases
Desde el inicio de su operativa, la sociedad incidió en el objetivo de entrar a formar parte de proyectos con los que maximizar sus beneficios en la comunidad, con independencia de la fase en la que se encuentren. Así, pueden ser nuevos, encontrarse en tramitación o estar ya en funcionamiento. La prioridad, insiste RDG, será que se abarate la energía a los gallegos, pero sin perder de vista sus grandes objetivos, que pasan por la descarbonización de la economía y el despliegue de las fuentes renovables —ya que solo cubren menos del 25 % de la energía primaria que se consume en Galicia—; incrementar la autonomía energética; fomentar precios competitivos; lograr que el mayor número de impactos positivos de los proyectos se quede en la comunidad, y favorecer el binomio energía-industria, impulsando cadenas de valor.
Emilio Bruquetas: «Cada tecnología creará oportunidades diversas»
El consejero delegado de RDG lo tiene claro: «Cada proyecto, cada tecnología, generará oportunidades distintas. Lo fundamental es que, si participamos en un proyecto, los beneficios para el territorio y la manera de obtenerlos estarán en el centro de la estrategia», subraya. El modo de conseguir esos objetivos también está fijado. «Por la vía de los precios eléctricos competitivos, por la vía de la coparticipación, por la vía de aumentar la huella industrial, por la vía de cerrar ciclos productivos… Por la vía más apropiada en cada caso». Es decir, se analizarán las particularidades de cada inversión empresarial.
Emilio Bruquetas también insiste en el carácter inclusivo de RDG. «En el capital de la sociedad matriz se podrán ir integrando nuevos actores, e incluso facilitaremos, ya en el futuro, que cualquier gallego pueda participar», subraya. Además, añade que «en las sociedades vehículo que conformemos para cada proyecto de inversión podrán participar socios locales».
Un gran número de actores
También pone el acento en el amplio abanico de actores que pueden beneficiarse de las ventajas de los proyectos. «El carácter mixto de Recursos de Galicia nos hace más fuertes, nos hace transversales y representativos de nuestra sociedad», a la par que incide en que bajo el paraguas de la sociedad «caben los grandes empresarios de Galicia, las pymes, los pequeños inversores, los marineros, las comunidades de montes y las agrupaciones vecinales», entre otros.
Al mismo tiempo, considera que Galicia tiene ante sí el reto de reindustrializarse de una manera sostenible desde los puntos de vista social, económico y ambiental. «Si el reto a 2050 es descarbonizar la economía, tenemos mucha tarea por delante, porque un porcentaje muy alto de los recursos energéticos es importado», advierte. Por ello, aboga por promover una reindustrialización que se asiente sobre una «energía verde, competitiva y justa».