El presidente en funciones subraya que los controles serán rigurosos y que la planta de Palas de Rei solo será autorizada si cumple los parámetros
04 abr 2024 . Actualizado a las 21:08 h.«Se se pode autorizar, autorizarase. Se non, non», ha dicho este jueves el presidente de la Xunta en funciones, Alfonso Rueda, sobre la planta de celulosa y fibras textiles que la compañía Altri proyecta en Palas de Rei.
Rueda, que fue preguntado por el proyecto de la multinacional lusa en su habitual comparecencia tras el consello de la Xunta, afirmó que cree que si la planta acarrease algún impacto negativo «os beneficios serían moi superiores». En todo caso, añadió, esos posibles impactos negativos van a ser «totalmente medidos» por los servicios autonómicos, y si finalmente se autoriza la instalación es porque cumple con los parámetros legales y medioambientales.
El titular de la Xunta en funciones ha señalado como «reflexión xeral» que «Galicia non está para prescindir alegremente de moitísimos postos de traballo», pero ha insistido en que la Administración gallega va a ser «absolutamente» rigurosa en su tramitación y en que esos controles son «tranquilizadores» a la hora de evaluar cualquier proyecto industrial.
«Estou totalmente seguro de que se este proxecto ou calquera outro, non cumpre estritamente as condiciones, non se outorgará autorización. Se se outorga e informa favorablemente é porque cumpre», subrayó Rueda, quien pidió confianza en el personal de la Administración autonómica.
El presidente subrayó que el visto bueno a la instalación estará vinculado a sus «efectos beneficiosos», y añadió que los efectos perjudiciales podrían en algunos casos compensar.
Añadió que la tramitación del proyecto todavía está comenzando, y pidió dejar a un lado planteamientos «demagóxicos» o afirmaciones categóricas «en negativo» antes de que ese proceso avance y cuando «en moitos casos non van coincidir coa realidade».
El proyecto de Altri ha recibido críticas de la oposición. La viceportavoz del PSdeG en el Parlamento, Elena Espinosa, advirtió del riesgo de que se convierta en un «Pemex dos» y señaló que no deben separarse «la parte económica, la social y el medio ambiente». La viceportavoz del BNG, Olalla Rodil, comparó la planta con una «bomba ambiental no corazón de Galiza» y señaló que su construcción tendrá consecuencias a largo plazo para el futuro medioambiental de la comunidad.