La cogeneración deja atrás una caída del 48 % en Galicia y prepara inversiones

Beatriz García Couce
Beatriz Couce REDACCIÓN

ECONOMÍA

Planta de cogeneración, en foto de archivo
Planta de cogeneración, en foto de archivo Cedida

Las 88 plantas que abastecen de energía a industrias en la comunidad esperan el nuevo marco normativo y la subasta de 1.200 megavatios

02 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En Galicia operan 88 plantas de cogeneración que suministran electricidad y calor a industrias de distintos sectores. Fábricas de madera, alimentación, biocombustibles, químicas y cerámicas cuentan con instalaciones energéticas propias, cuyo objetivo es hacerlas más competitivas, rebajando uno de los costes que impactan con mayor medida en sus cuentas, el energético. Sin embargo, durante los últimos años no solo no han podido cumplirlo, sino que algunas han tenido incluso que parar. Entre el 2021 y el 2023, la generación de electricidad que vertieron a la red se desplomó en un 48 %. Al cierre provisional del pasado año, las plantas distribuyeron 973 gigavatios a la hora, muy lejos de los 2.296 de hace diez años, o los 2.831 volcados en el mejor ejercicio de la década.

Sin embargo, los cogeneradores gallegos, como los del conjunto del país, agrupados en torno a la asociación Acogen, están a punto de abrir una nueva etapa, en lo que denominan un «nuevo ciclo de competitividad e inversión industrial», auspiciado por el anuncio del nuevo marco normativo que pondrá en marcha el Gobierno central.

El sector llevaba tiempo quejándose de que la anterior regulación, del año 2015, se había quedado desfasada. Entre otras cosas, implicaba la revisión de los precios cada seis meses. Pero el convulso panorama energético de los últimos años ha demostrado que las tarifas pueden cabalgar a trote en pocas semanas, desbaratando las cuentas de cualquier empresa y hogar. El nuevo marco contempla que los costes de los combustibles, de la electricidad y del CO2 serán revisados cada tres meses, lo que facilitará una mejor gestión de esas instalaciones. Por otro lado, también esperan que se produzca la esperada subasta de 1.200 nuevos megavatios para el sector, con el que se podrán poner en marcha nuevas plantas, modernizar las actuales y favorecer el cambio de los combustibles que utilizan, con el fin de propiciar su descarbonización.

Y es precisamente este último ámbito el de mayor interés para las terminales de cogeneración gallegas, que suman 521 megavatios, que representan el 9 % del total del país. «Las plantas gallegas tienen una particularidad respecto al resto» —explica Javier Rodríguez, director general de Acogen— «ya que continúan teniendo una presencia muy importante de las que usan fuel». La falta de retribución de este combustible llevó a un gran número de ellas a su parálisis. Tampoco había estímulos para favorecer el cambio de ese combustible para ser sustituido por gas y, en un futuro, por hidrógeno.

Pero ahora, entre los cogeneradores se respira optimismo. Tanto que ya se ponen cifras a las posibles inversiones que se van a llevar a cabo. Con la subasta de nuevas capacidades que los cogeneradores esperan para los primeros meses de este año confían en que se movilicen inversiones por valor de 800 millones de euros. 

Prórroga para las más antiguas

En España funcionan actualmente 600 terminales, que sustentan el 20 % del PIB industrial. Algunas de esas plantas están llegando al fin de su vida útil, por lo que las organizaciones sectoriales han reclamado al Gobierno prorrogar por dos años la actividad de las que rebasen el umbral temporal, para que las industrias puedan mantener su empleo y competitividad hasta concurrir a las subastas.

Un activo clave para Forestal del Atlántico que aún lo será más en el futuro

La mugardesa Forestal del Atlántico, dedicada a la producción de colas y resinas para el sector de la madera, así como al almacenamiento y distribución de productos químicos, es una de las industrias gallegas que cuenta con una planta de cogeneración. El director técnico de la empresa, Iván Seoane, comparte el sentir común del sector, que respira optimismo ante los cambios que se avecinan. La terminal de la compañía, que data de 1998 —aunque ya fue modernizada en el 2012—, tiene 24,8 megavatios de capacidad. «Siempre ha sido un activo muy importante en el pasado y lo va a seguir siendo en el futuro», explica, ya que la terminal es una de las piezas clave en el proyecto Triskelion que promueve la empresa para la fabricación de metanol verde.

Sostiene que la nueva normativa del sector —pendiente de entrar en vigor— supone un revulsivo muy importante para que las empresas puedan tomar decisiones con respecto a nuevas inversiones. «Han sido años muy duros, en los que necesitábamos que se diesen las condiciones para operar e invertir. Eso es lo que nos hace falta y lo que estamos esperando», subraya.

Seoane incide en que esos cambios tendrán una especial incidencia especial en Galicia, por cuanto el entramado industrial que cuenta con plantas de cogeneración se nutre, en gran parte, de fuel, combustible que hay que ir sustituyendo, en el proceso de transición energética. Confía en que la subasta de nuevos megavatios pueda celebrarse en el primer semestre de este año.