Lego abandona el plástico reciclado de las botellas y vuelve al petróleo

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

El fabricante de juguetes alega que la huella de carbono y el coste del nuevo material es mayor

25 sep 2023 . Actualizado a las 16:16 h.

Es difícil encontrar un hogar con niños donde no se hayan dedicado tardes enteras a jugar con las emblemáticas piezas de Lego. Y eso se nota en las cifras. El mayor fabricante de juguetes del mundo se anotó en el 2022 un beneficio récord de 1.852 millones de euros y abrió 155 nuevas tiendas en todo el mundo, ampliando su red comercial hasta los 904 establecimientos físicos. 

Sin embargo, el gran reto de la multinacional danesa no es aumentar más la facturación, sino reducir su huella ambiental. En un sector donde el plástico es el rey, la tarea es más desafiante si cabe. El camino hacia la reconversión del proceso productivo dentro de Lego no está siendo nada fácil.

La empresa lanzó hace dos años un prototipo de material hecho a base de botellas de plástico reciclado (RPET) que aspiraba a reemplazar el acrilonitrilo butadieno estireno (ABS) que se utiliza en la actualidad en la fabricación del 80% de sus emblemáticas piezas de colores. Sin embargo, las cosas no han salido como esperaban. 

Según reveló su consejero ejecutivo, Niels Christiansen, al Financial Times, la compañía ha tenido que descartar el RPET porque el proceso para tratarlo es más costoso y, lo más importante, deja una mayor huella ambiental. ¿Cómo es posible? En la actualidad se necesitan 2 kilogramos de petróleo para fabricar 1 kilogramo de ABS. Las piezas hechas con ese plástico derivado del hidrocarburo son mucho más resistentes y duraderas que el RPET que, a lo largo de toda su vida útil, acumula muchas más emisiones. Además, el RPET es tan endeble que se necesita mezclarlo con otros materiales que se necesitan extraer y tratar, consumiendo más energía en el proceso. «Es como intentar hacer una bicicleta de madera en lugar de una de acero», explicó al diario británico el jefe de Sostenibilidad, Tim Brooks. 

Además, la multinacional ha comprobado que el tratamiento y uso de ese nuevo material reciclado exigiría renovar toda la cadena productiva en sus fábricas, aumentando todavía más la huella de carbono, algo que, reconocen, fue «decepcionante» descubrir.

La conclusión: es mejor reutilizar que reciclar sus piezas

¿Qué hará el gigante danés para cumplir con su objetivo de eliminar un 20% de los plásticos derivados del petróleo en sus juguetes para 2030? La estrategia pasaría, según apuntan, por hacer el ABS más sostenible de forma gradual, incorporando materiales biodegradables y reciclados a su base. Eso y concienciar a los consumidores: «Es mejor reutilizar que reciclar», recuerda Brooks, quien pone de ejemplo la experiencia de Lego como ejemplo de por qué no hay que ser «tan dogmáticos» con las políticas verdes. 

El grupo danés asume que su apuesta por triplicar el gasto en sostenibilidad ambiental hasta el 2025 (430 millones de dólares) va a recortar sus márgenes de beneficio en los próximos años.