Robles avisa de que estudiará con mucho rigor la operación y que su prioridad será que la defensa nacional esté siempre absolutamente protegida
09 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ha elevado el tono del Gobierno ante la entrada de Arabia Saudí en Telefónica. Robles advirtió ayer que su ministerio estudiará «con mucho rigor» la operación por la que STC quiere hacerse con el 9,9% de la operadora de telecomunicaciones española y convertirse en su primer accionista. La intervención de la ministra Robles no es baladí porque Telefónica es una empresa clave para Defensa en materia de redes, sistemas o ciberseguridad y, además, está en un sector estratégico para el país. Así que Robles no empleó medias tintas en sus declaraciones: «La prioridad para nosotros es que la seguridad y defensa nacional estén siempre absolutamente protegidas. La defensa es esencial y fundamental, y precisamente la normativa que tiene España ha querido ser muy estricta cuando haya inversiones extranjeras que puedan afectar a la defensa y a la seguridad», señaló Robles en declaraciones a la prensa tras mantener una videoconferencia con barcos de la Armada. El escudo antiopas obliga a los inversores foráneo a pedir permiso al Gobierno español para tomar más del 5% de una empresa vinculada al sector de Defensa.
El grupo saudí STC comunicó el pasado martes que había tomado el 4,9 % de Telefónica de manera directa y que, si obtenía la autorización del Ejecutivo, tiene en sus manos productos derivados para convertir en acciones de Telefónica otro 5 %, con lo que alcanzaría el 9,9 % de la compañía que preside José María Álvarez-Pallete.
Robles explicó que todavía no ha entrado «formalmente ninguna petición» en el Ministerio de Defensa para estudiar la adquisición por parte de la saudí STC. «Evidentemente, la vamos a estudiar con mucho rigor, con muchísima atención», señaló.
Reacciones dispares
Las reacciones en el Gobierno en funciones ante la irrupción saudí en Telefónica han sido cuando menos dispares. La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, aseguró el miércoles desde Bruselas que el Ejecutivo aplicará «todos los mecanismos que sean necesarios, teniendo siempre en mente y de forma prioritaria la defensa de los intereses estratégicos de España». Pero Calviño también defendió que el país sea foco de atracción de inversiones extranjeras, inversiones que, puntualizó, «están siendo fundamentales para impulsar el crecimiento económico, la creación de empleo de calidad y también la modernización tecnológica» de España. Desde Sumar ven con peores ojos la operación. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, defendió que preservar la autonomía estratégica es «esencial». «España debe asegurar la toma de decisiones en empresas como Telefónica, guardianas de datos sensibles. Es necesaria una mejor regulación y una protección para evitar opas. Debemos proteger nuestro futuro digital», afirmó. Mientras, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, aplaudió el interés del grupo saudí: «¡Qué bien que existan inversores tan importantes como los fondos soberanos en el mundo!», dijo, y que apuesten «por España y empresas españolas».
Saudí Telecom se ha convertido en el primer accionista de la teleco española, por delante de BBVA (4,87 %), BlackRock (4,48 %) y CaixaBank (3,5 %). El fondo soberano saudí está detrás de la operación, en línea con su objetivo 2030 de desvincular la economía saudí del petróleo. Plan estratégico. Aunque STC ha insistido en que se trata de una «operación amistosa», una oportunidad de inversión financiera, asegurando que no va a participar en la gestión y que piensa respetar el equipo directivo, el recelo crece en el Gobierno y en la propia compañía.
Por lo pronto, el grupo saudí ya ha interpelado a Pallete sobre el plan estratégico de Telefónica, que tiene previsto presentar en noviembre. Hasta ahora, el principal objetivo era el de desinvertir en activos no estratégicos para reducir deuda y centrarse en sus cuatro principales mercados: España, el Reino Unido, Alemania y Brasil. Pero la mala evolución del precio de la acción, que desde la entrada de su actual presidente cae un 60 %, ha precipitado la necesidad de un giro hacia un modelo de negocio más rentable, explica Joaquín Robles, de XTB.
Telefónica ha dejado atrás las inversiones en infraestructuras para reducir su apalancamiento y está enfocándose en negocios digitales como el almacenamiento en la nube o la ciberseguridad, que tiene un mayor margen de beneficio y potencial de crecimiento. La elevada deuda en un entorno de subidas de tipos continúa siendo el mayor freno de la compañía. A pesar de que el 80 % está a tipo fijo y tiene cubiertos los vencimientos para los próximos tres años, sigue siendo percibida por el mercado como una gran amenaza, apunta Robles.
Otra de las grandes preocupaciones de los inversores será si modificara su política de dividendos, que actualmente supera el 6 %. La entrada de la saudí STC no debería alterar una política de retribución al accionista, que ha sido uno de los emblemas de la compañía.