Los países de la UE compran a Rusia un 40 % más de gas por barco que antes de la invasión
ECONOMÍA
España y Bélgica son los principales importadores de ese hidrocarburo
30 ago 2023 . Actualizado a las 16:20 h.Las importaciones europeas de gas natural licuado (GNL) de Rusia han aumentado este año un 40 % en comparación con los niveles anteriores a la invasión de Ucrania, según un análisis de la oenegé Global Witness basado en datos de la consultora Kpler, que sitúa a España y Bélgica como los mayores compradores.
Entre enero y julio, los Estados miembros de la Unión Europea gastaron más de 5.290 millones de euros en adquirir ese hidrocarburo ruso en estado líquido y transportado en barco, según las cifras ofrecidas por el Centro de Investigación de Energía y Aire Limpio.
Ese mismo centro de pensamiento, con sede en Helsinki, calcula que, desde el inicio de la guerra, los socios comunitarios han comprado productos energéticos a Rusia por un valor total de 162.225.907 euros.
Durante los primeros siete meses de este año, los Veintisiete contrataron 22 millones de metros cúbicos de GNL ruso frente a los 15 millones del mismo período del 2021, lo que supone un aumento del 40 %, muy por encima del ascenso medio mundial del 6 % de las importaciones de gas licuado ruso. España compró el 18 % de ese hidrocarburo y Bélgica, el 17 %. Solo superaron estas cifras China, con un 20 %. Hace dos años, España ocupaba el quinto lugar y Bélgica el séptimo, según el análisis de Global Witness, que apunta a la firma neerlandesa Shell y a la francesa TotalEnergies como las principales importadoras.
La comisaria europea de Energía, Kadri Simson, pidió el pasado marzo a los países de la UE que no compraran GNL a Rusia, pero no existe un marco jurídico para imponerlo. Además, la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, declaró en julio que no le gustan «nada» las compras de gas ruso y pidió una solución europea para impedir esas importaciones, pues legalmente las empresas europeas son libres de adquirir ese hidrocarburo en Rusia.
Fuentes de la presidencia española del Consejo de la UE insistieron, en declaraciones a Efe, en que «Europa debe actuar unida como hasta ahora y evitar la sustitución de antiguas dependencias por otras igualmente peligrosas» porque «una limitación a la importación de GNL procedente de Rusia solo es posible previa decisión europea». Mientras no haya acuerdo al respecto, dijeron las fuentes, «hemos pedido a los operadores que no renueven sus contratos de compra de GNL con Rusia. Los grandes operadores tradicionales nos han respondido que no han incrementado ni renovado sus acuerdos». Deducen, por tanto, que si no se han renovado los contratos «lo más probable es que lo que esté sucediendo es que esté habiendo otros traders que hayan encontrado conveniente almacenar en la UE, fundamentalmente en Bélgica y España, por las características propicias de sus infraestructuras regasificadoras y de descarga de puertos».
Desde la invasión de Ucrania, la UE ha vetado las compras de carbón y de casi todo el petróleo ruso (con ciertas excepciones para Eslovaquia y Hungría), pero nunca sancionó el gas de Moscú, que antes de la guerra era el primer proveedor del club comunitario.
De hecho, fue Rusia la que fue cerrando el grifo de los bombeos por gasoducto hacia la UE, en lo que Bruselas ha calificado de «chantaje energético», acusando al Kremlin de convertir la energía en un «arma de guerra».
«El hecho de que las capitales nacionales estén comprando más GNL de Rusia que antes de la guerra muestra que simplemente no estamos avanzando lo suficientemente rápido para reemplazar el gas con energías renovables», declaró en un comunicado el experto en combustibles fósiles de Global Witness Jonathan Noronha-Gant.
Reclamó además a los países de la UE «elaborar un plan de emergencia para su eliminación total, comenzando con una prohibición del comercio del gas ruso que está llenando los bolsillos de Putin».
«Comprar gas ruso tiene el mismo impacto que comprar petróleo ruso. Ambos financian la guerra en Ucrania y cada euro significa más derramamiento de sangre. Mientras que los países europeos critican la guerra, están poniendo dinero en los bolsillos de Putin», lamentó Noronha-Gant.
Tras la agresión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022, la UE se marcó el objetivo de desprenderse de todas las importaciones de gas ruso en el 2027.