El exceso de energía solar penaliza a quien no consume lo que producen sus placas

F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

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En algunas horas en las que la electricidad tiene un precio cero en el mercado, las instalaciones domésticas tienen que pagar por vender sus excedentes

27 may 2023 . Actualizado a las 13:59 h.

La energía solar está dando un vuelco al mercado eléctrico. Las horas centrales del día son ahora las más baratas, ya no las nocturnas. El incremento de la potencia fotovoltaica instalada en España en el último año, de un 30 %, ha disparado la producción con paneles un 45 %, según datos de Red Eléctrica. Es uno de los principales factores (otros son la caída de la demanda y el fuerte abaratamiento del gas natural) que explican que el precio medio mensual de la electricidad en el mercado diario esté un 61 % por debajo del de hace un año. En la actualidad se cotiza de media a 72 euros el megavatio hora, pero tanto en abril como en mayo se registraron horas a precio cero en festivos y fines de semana (sobre todo, domingos) gracias a la solar y a la abundancia de eólica.

Precio eléctrico cero en el mercado mayorista significa que las plantas renovables tenían tal cantidad de producción en esos momentos que se vieron obligadas a regalarla al sistema, dado que no pueden guardarla. En abril se dio esa situación durante 19 horas, un «récord absoluto», en palabras de José Luis Sancha, experto en mercado eléctrico y profesor en la Universidad de Comillas. En mayo, de momento, van cinco.

En realidad, a los consumidores que pagan la luz según su coste en el mercado (fundamentalmente los 8,5 millones con tarifa regulada) no les salió gratis darle al interruptor durante esas horas. Y es que al precio de mercado hay que sumarle los costes regulados del sistema, que se abonan sí o sí, y los impuestos. Así que los cero euros se convirtieron en unos tres céntimos por kilovatio hora, una cifra de saldo, pero no gratuita.

La sobreproducción solar también está teniendo otro efecto, este indeseado: los precios negativos han llegado a la venta de excedentes de autoconsumo, esto es, a la energía producida por los paneles situados en los tejados de las viviendas que no se consume y se vende al sistema. Durante varias horas de precios cero de abril, en lugar de cobrar por su sobreproducción, los autoconsumidores con contrato en el mercado regulado «han tenido que pagar por la energía excedentaria que vertían a la red», según Sancha, quien aclara que «el exceso de producción de los paneles le cuesta dinero al autoconsumidor».

Pero ¿cómo es esto posible? José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), explica que los precios negativos se registraron en horas en las que se produjeron desvíos, es decir, se incumplieron las previsiones de cobertura de la demanda. Este desajuste lo pagan los productores y se descuenta del precio del mercado diario, y cuando este último es cero sale un resultado negativo, es decir, a pagar. Y es lo que ha ocurrido, de momento, de forma esporádica.

Pero Donoso resalta que los autoconsumidores «no están perdiendo dinero» pues esos pequeños pagos se compensan tanto con los ahorros en la factura de la luz como con la retribución de los excedentes el resto de las horas.

Estos precios negativos solo afectan a los clientes con contrato en mercado regulado, en el que la compensación por el vertido de esa producción sobrante la fija cada día Red Eléctrica. Sancha recomienda que, para evitar esas sorpresas, es conveniente negociar esa retribución con la compañía eléctrica, aunque eso solo puede hacerse con un contrato en el mercado libre. El experto aconseja evitar esos vertidos en horas de precios negativos y no sobredimensionar la instalación para ajustar la producción al consumo.

Preocupación entre los productores por los precios cero que está anotando el mercado eléctrico

Los consumidores con tarifa regulada están pagando la electricidad más barata gracias al hundimiento de los precios eléctricos mayoristas, especialmente en las horas de mayor producción solar. Son los principales beneficiados del bum fotovoltaico, pero, en el lado contrario, se sitúan los productores. «Para los consumidores es buenísimo, pero para el inversor no es buena esa perspectiva» de precios cero, reconoce José Donoso. Y no lo es, pese a que la mayor parte de las plantas fotovoltaicas no cobran su producción a precios de mercado. Es decir, en realidad no ingresan esos cero euros que arrojan algunas horas, sino que perciben una retribución pactada en subasta o bien un precio acordado con un cliente en un contrato a largo plazo. Sin embargo, «lo importante es la señal de precios que se está dando» y que se consolidará a medida que se incorpore al sistema de producción más potencia renovable, tal y como está previsto que ocurra de forma paulatina hasta desterrar definitivamente las tecnologías emisoras de dióxido de carbono.

Esa señal de precios de mercado es importante, por ejemplo, para firmar un contrato con un consumidor, puesto que sirve de referencia para fijar la tarifa. Por eso, «existe cierta preocupación en el sector» por esa tendencia cada vez mayor hacia los precios horarios cero, reconoce el director general de UNEF. Por eso, la asociación sectorial reclama al Gobierno más subastas en las que se fijen retribuciones que incentiven las inversiones en renovables.

El crecimiento se ralentiza

UNEF ha detectado este año una ralentización en el ritmo de instalaciones de autoconsumo en el sector residencial que Donoso cifra en un 10 %. ¿Por qué? El director general de la asociación lo atribuye a tres factores. A la caída de la renta disponible de las familias como consecuencia de la inflación y del incremento de los tipos de interés, es decir, los hogares no tienen dinero para afrontar una inversión de una instalación fotovoltaica. Además, Donoso subraya que las familias han asimilado como normales los precios de la electricidad, que siguen en niveles elevados, pero la gente se ha acostumbrado a ellos y no ve tanta necesidad de autoconsumir. Y, por último, está el importante retraso de las comunidades en abonar las subvenciones para autoconsumo. «Dinero hay, pero no está llegando a las familias».