Más de la mitad de los nuevos retirados han trabajado un mínimo de 40 años

lucía palacios MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Oscar Vazquez

Las carreras laborales han subido de golpe un año en el 2023 e incluso una de cada cinco altas en la jubilación acumula más de 45 ejercicios de cotización

22 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los españoles cada vez trabajan más y se jubilan más tarde. La reforma de las pensiones está empezando a surtir efecto en uno de sus principales objetivos: retrasar la edad efectiva de retiro y, por tanto, mantenerse más tiempo en el mercado laboral, la mejor vía para conseguir cuadrar las cuentas. Hasta el punto de que, por primera vez, la mayoría de los nuevos jubilados ha estado trabajando al menos 40 años. Todo un hito.

Son más de la mitad. Concretamente, el 54,3 % de los nuevos pensionistas en este inicio del 2023. Si de enero a marzo se registraron en la Seguridad Social más de 87.000 altas, 47.300 habían estado trabajando durante más de cuatro decenios. Es más, el 22 %, lo que supone uno de cada cinco, había dedicado un mínimo de 45 años a su empleo, según datos del Ministerio de Seguridad Social.

En un lustro se ha conseguido alargar dos años la permanencia en el mercado laboral. Así, si en el 2018 los trabajadores, en el momento de jubilarse, acumulaban una carrera media de cotización de 36,40 anualidades, se ha ido incrementando hasta escalar a los 38,45 en el 2023. En cambio, durante el período 2013-2018 las carreras laborales permanecieron estables, en el entorno de los 36 años y medio.

Cambio brusco

Sin embargo, se observa un cambio brusco en la tendencia en este 2023, cuando se ha sumado de golpe incluso un año largo más de cotización, al pasar los nuevos pensionistas de tener cotizados 37,37 de media, a los actuales 38,45, a cierre del primer trimestre. La Seguridad Social prevé, no obstante, que se desinfle algo a final de año.

Efecto de la reforma de Zapatero

La reforma de las pensiones está, sin duda, detrás de esta extensión de la vida laboral. Pero, en realidad, no hablamos de la última reforma, la diseñada por el ministro actual, José Luis Escrivá. Ni siquiera la anterior, la de 2013, impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Hay que retrotraerse al año 2011, cuando José Luis Rodríguez Zapatero aprobó, en plena Gran Recesión, una reforma que alargó la edad legal de jubilación y endureció los requisitos para acceder a una pensión.

Tardó dos ejercicios en comenzar a desplegarse de forma gradual y, desde entonces, cada año hay que trabajar un poco más para poder jubilarse, máxime si se quiere acceder con la mejor pensión posible. Concretamente, desde el 2013 comenzó a sumarse un mes más, tanto para los 65 años en que se situaba la edad de retiro, como para los 35 que se exigían de cotización. Pero a partir del 2018, en lugar de añadir un mes, la reforma acelera su aplicación y salta ya de dos en dos, por lo que, en el 2023, los que quieran cobrar la pensión más generosa tienen que jubilarse a los 66 años y cuatro meses y haber cotizado 36 años y cuatro meses. Salvo que hayan cotizado 37 y seis meses, que podrán retirarse a los 65.

Esta es una de las causas, pero el fuerte incremento de este ejercicio se debe también a que ha habido un crecimiento de la jubilación demorada tras la puesta en marcha de los nuevos incentivos y una oleada de jubilaciones anticipadas en estos tres primeros meses del año, personas que solicitaron su retiro en diciembre pasado para poder beneficiarse de la subida del 8,5 % de las pensiones. Casi la mitad de las altas en el sistema (el 45 %) lo hicieron antes de tiempo. Y el perfil de este colectivo es el de trabajadores con empleos bien remunerados y con carreras largas, que les permiten abandonar el mercado laboral antes de la edad legal.

Por eso sus pensiones son más generosas que la media: los prejubilados cobran de media cerca de 1.800 euros en el 2023, los que se retiran a la edad legal ganan 1.353 euros, mientras que la prestación media se sitúa en 1.543 euros.

La brecha de género mengua

Pero hay otra brecha, la de género, pues los hombres ganan una pensión casi 300 euros superior a la de las mujeres: 1.653 euros frente a 1.379. Es consecuencia de que ellas tienen salarios más bajos y también carreras más cortas, pese a haberse reducido la diferencia: en la última década las mujeres suman 5 años más de trabajo y por primera vez se jubilan con más de 35 cotizados, mientras que los hombres añaden solo un año pero superan también por fin la barrera de los 40 abonados, lo que supone 5 años de brecha, la más baja de la historia.

El cheque por retrasar la jubilación solo convence al 1,3 %

La jubilación demorada está en máximos. Y esta es también una de las causas por las que los trabajadores que se han retirado en estos tres primeros meses del 2023 tengan más años cotizados que nunca. Detrás de este récord de personas que retrasan su salida del mercado laboral más allá de la edad legal está la reforma de las pensiones impulsada por el actual ministro José Luis Escrivá, que diseñó nuevos incentivos a aplazar el fin de la vida laboral con el objetivo de alargar la edad efectiva de retiro.

Así, introdujo una nueva modalidad que permite a este colectivo cobrar un pago al contado de hasta 12.060 euros por cada año que retrase la jubilación. Pero en este primer trimestre solo han escogido esta opción 1.148 personas de los más de 87.700 nuevos jubilados. Supone más del doble que en el mismo período del año pasado, cuando entró en vigor, pero apenas representan el 1,3 % del total, según datos proporcionados por el Ministerio de Seguridad Social.

La cuantía media de este cheque por retrasar la jubilación asciende a 13.087 euros, aunque ha habido incluso casos que han cobrado más de 200.000 euros, según reveló recientemente José Luis Escrivá.

Aunque siguen siendo pocos los que posponen voluntariamente su jubilación, son por primera vez en la historia casi un 8 % de los nuevos pensionista, cuando antes de la reforma apenas sí llegaban al 5%. El promedio durante el período 2014-2021 se sitúa en el 4,7%.

La mitad de las jubilaciones demoradas ha retrasado un año su retiro, para así poder cobrar un incentivo, pero una de cada cuatro lo ha alargado más de tres años, según avanzó Escrivá la semana pasada.

Y la inmensa mayoría, el 83 % se ha decantado por cobrar un 4 % más de pensión cada mes en lugar del pago único, aunque desde la semana pasada podrán, si lo prefieren, escoger una opción mixta, que combine un cheque de hasta 6.030 euros por cada año de retraso y un 2 % más de pensión.