Pocos gallegos en la entrada en vigor de la medida: «Estaba todo muy caro»
20 abr 2023 . Actualizado a las 00:42 h.«Tenía la costumbre de aprovechar las escapadas de los fines de semana en Portugal para ir hasta el súper y comprar un par de cosas, pero desde hace dos meses dejé de hacerlo. Me pareció que empezaba a estar todo muy caro: el cartón de leche por un euro, la botella de aceite de oliva por más de cinco, y eso que allí son de 750 mililitros...», considera María José Estévez. Esta vecina de Gondomar, que viaja con frecuencia al país vecino, se paseaba ayer por un supermercado de Valença do Minho, coincidiendo con la entrada en vigor del plan IVA cero en 46 productos básicos. Una inflación desbocada (8,2 % en febrero) en el territorio luso, donde el salario mínimo es de 760 euros, ha empujado al Gobierno de Antonio Costa a mitigar sus efectos en la cesta de la compra, de acuerdo con las principales cadenas alimentarias del país y con el que logran equilibrar, de momento, algunos precios con España.
La medida se estrenó a medio gas en los lineales de Valença, la villa fronteriza con Tui. Por la mañana, la afluencia de clientes fue la de un día habitual. En el supermercado Pingo Doce, la plantilla ultimaba las etiquetas de los alimentos básicos, en las que informan del nuevo precio, el de antes y el ahorro. Cada céntimo cuenta. «Inflación cero», dictan algunos de estos carteles. «Lo esencial es estar al lado de las familias», se lee en otros.
La cesta de los alimentos con gravamen cero diseñada en Portugal difiere de la española, que aplicó la reducción del impuesto de valor añadido el 1 de enero. La principal diferencia radica en que el Ejecutivo socialista portugués sí ha considerado como alimentos esenciales el pescado y la carne. El kilo de dorada, por ejemplo, se vendía por 6,12 euros. En Tui, la pieza de entre 300 y 400 gramos estaba por 2,90 euros (7,25 el kilo). El bacalao, emblema de la cocina portuguesa, estaba ayer a 9,37 euros el kilo. Justo enfrente, en el lado gallego, la misma cantidad se vende a partir de 13 euros. Los portugueses también lo han aplicado en las conservas de atún. La lata en aceite de oliva de 110 gramos estaba por 1,03 euros (un ahorro de seis céntimos).
El precio del pollo se ha equilibrado. El kilo está por entre 3,25 y 3,50 euros a ambos lados del río Miño. «Creo que, más bien, las diferencias de precios se notan a la hora de hacer la compra mensual», considera Mercedes, que vive en Valença y trabaja en Tui como profesora. «Los fines de semana esto se llena de gallegos. Ocurre muchos domingos. Creo que en estos casos influye que en España no abren los supermercados ese día», añade.
Otros productos básicos se han equilibrado tras la entrada en vigor del IVA cero. Es el caso del cartón de leche de un litro, que en Portugal ayer bajó del euro y estaba por 85 céntimos, precio por el que también se ofrecía en Tui. Lo mismo ocurre con los yogures naturales, por menos de 20 céntimos la unidad en ambos territorios fronterizos. El paquete de arroz de un kilo también compartía valor: 1,30 euros. El aceite de oliva virgen, cuyo precio se disparó con la inflación, se ha estabilizado en el lado luso. Ya había ofertas por 4,42 euros los 750 mililitros. En la orilla gallega, la promoción era de 4,99 euros el litro.
El Gobierno luso extiende un nuevo escudo social con un aumento del 3,57 % en las pensiones y cheques de 30 euros
Las pensiones de los portugueses aumentarán un 3,57 % a partir del mes de julio, tal y como anunció esta misma semana el Gobierno luso. Con este incremento, el Ejecutivo de Costa pretende compensar la pérdida de poder adquisitivo que amenazaba a este colectivo a partir del 2024.
Para el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, la medida llega con retraso, pero quiso quitar hierro al asunto asegurando que no le cabía duda de que el Gobierno ayudaría a la población frente a una inflación que cerró el 2022 en el entorno del 10 % y que en marzo todavía superaba el 7 %.
Pero no es la única decisión que el Gobierno de Costa ha tomado para tratar de aliviar la presión inflacionista en los bolsillos de sus ciudadanos. Una de las medidas más populares pasa por la eliminación del IVA durante seis meses en un total de 46 alimentos considerados «esenciales». Y lo que más llama la atención es que, a diferencia de España, la vecina Portugal sí que incluye en esta lista la carne y el pecado (tanto fresco, como refrigerado y congelado).
Junto con la rebaja del impuesto, el Ejecutivo luso entregará cheques mensuales de 30 euros a más de un millón de familias consideradas vulnerables. Los beneficiarios recibirán cuatro bonos trimestrales de 90 euros hasta final de año. A esta subvención, se sumarán otros 15 euros mensuales por cada hijo que tengan estas familias.
El anuncio del equipo de Costa de extender estos nuevos apoyos se produjo poco después de que el Instituto de Estadísticas del país revelara un escenario económico más favorable del que se preveía. Según las cifras que manejan estos expertos, el déficit público del 2022 se situó en el 0,4 % del PIB, una cifra bastante alejada del 1,9 % que se calculaba inicialmente.
Además, son muchas las organizaciones que llevan meses alertando sobre la situación que atraviesan muchos portugueses. La Asociación Médica Internacional reveló que se ha producido un aumento de un 13,9 % en las solicitudes de ayudas públicas, mientras que el Banco de Alimentos ha asegurado que está creciendo de manera importante la demanda de artículos básicos, especialmente en el caso de los inmigrantes recién llegados.