La CNMV suspende la cotización de la gallega EiDF Solar por «retención de información privilegiada»

F. Fernández LA VOZ

ECONOMÍA

La compañía, especializada en la instalación de paneles solares en industrias, habría incumplido el plazo para formular las cuentas del 2022

14 abr 2023 . Actualizado a las 19:50 h.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha suspendido cautelarmente la cotización en bolsa de las acciones de la empresa gallega EiDF, con sede en el concello pontevedrés de Barro y especializada en la construcción de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en industrias. ¿El motivo de la suspensión? «Retención de información privilegiada», según la nota emitida por la CNMV, en la que solo aclara que mantendrá esa decisión «mientras es difundida por la compañía información relevante respecto al proceso de formulación de cuentas y publicación de información financiera auditada relativa al ejercicio finalizado del 31 de diciembre del 2022».

Fuentes del supervisor recordaron que las empresas tienen de plazo hasta el 31 de marzo para la formulación de las cuentas anuales del año anterior y hasta el 31 de abril para hacerlas públicas. Así que, en teoría, EiDF habría incumplido la primera fecha. Formular las cuentas significa tenerlas preparadas y proponer el destino del resultado del ejercicio, para que la junta general de accionistas lo apruebe posteriormente. Las cuentas anuales deben estar auditadas (en el caso de EiDF, por PWC) e incluir el balance de situación, la cuenta de pérdidas y ganancias, un estado que refleje los cambios en el patrimonio neto del ejercicio, un estado de flujos de efectivo y la memoria.

EiDF no ha dado explicaciones todavía sobre el motivo exacto que ha provocado la suspensión de la cotización, y tampoco ha realizado valoración alguna sobre su repercusión.

La compañía opera en el mercado bursátil de las pymes, el BME Growth, desde julio del 2021. Entonces, el valor de la acción era de 1,44 euros; doce meses después cotizaba ya a 16; y este viernes quedó congelado en 29,76. Es decir, en algo más de año y medio, los títulos se han multiplicado por más de veinte. De hecho, su capitalización bursátil ha pasado de 263 millones de euros a 1.600.

Los últimos resultados económicos hechos públicos por EiDF corresponden al tercer trimestre del 2022. Según la información divulgada entonces por la empresa, durante ese período facturó 315,54 millones, frente a los 30,5 del año anterior; y anotó un beneficio antes de impuestos, intereses, amortizaciones y deuda (ebitda) de 46,86 millones, mientras que doce meses antes fueron siete.

Además, en las cuentas detalladas del primer semestre del 2022, la empresa gallega se anotó un beneficio cercano a los 24 millones, frente a los 1,6 millones obtenidos un año antes.

Pero, al mismo tiempo que crecían los resultados, también aumentaba la deuda: 141 millones a cierre del primer semestre del 2022, frente a los 34,3 millones del mismo período del ejercicio anterior.

Y es que Fernando Romero, consejero delegado y fundador de la compañía, está realizando una apuesta importante por el crecimiento de la empresa, que ha recurrido a varias ampliaciones de capital (y preparaba otra) para hacer frente a fuertes inversiones para la compra de pequeñas comercializadoras de electricidad, como ODF y Nagini, y para la construcción de parques fotovoltaicos propios.

Dentro de sus planes están también dar el salto al mercado continuo. A finales de diciembre cambió de auditores: la junta de accionista nombró a PWC en sustitución de Crowe.

CAPOTILLO

Fernando Romero: en la banca «conocí las renovables, el producto, sus márgenes»

Energía, Innovación y Desarrollo Fotovoltaico (EiDF) fue fundada en el 2008 por Fernando Romero Martínez (Rentería, 1982), que estudió Derecho en Deusto y Santiago y trabajó en la banca. «Ahí es donde conocí las renovables, el producto, sus márgenes», explicaba en una entrevista en La Voz de Galicia en septiembre del 2021. Y decidió cambiar la banca por la energía. La empresa nació como instaladora de paneles fotovoltaicos para autoconsumo industrial, cuyo crecimiento le permitió ampliar el abanico de actividades y lanzarse a la construcción de sus propios parques fotovoltaicos, fundamentalmente en el sur de España, y a la comercialización de energía con la compra de dos empresas.

Tales planes requerían músculo financiero. Para ello dio el salto al BME Growth y llevó a cabo varias ampliaciones de capital. Fruto de ellas es la nueva configuración del accionariado de EiDF. Prosol Energía, propiedad de Romero, posee el 72,16?% del capital; mientras que las sociedades Mass Investment Ark y Memento Gestión se reparten un 7,61?% y un 6,63?%, respectivamente.

En febrero pasado renunciaron, por «motivos personales», los consejeros independientes Juan Pablo Tusquets Trías de Bes y Joaquim Solá.