
Acelerará la concesión de permisos para que se aprueben en entre nueve y doce meses
16 mar 2023 . Actualizado a las 19:18 h.La Comisión Europea (CE) propuso este jueves aumentar la producción de tecnologías limpias en la Unión Europea (UE) hasta cubrir el 40 % de su consumo anual con fabricación propia para el 2030, en un intento de competir con los subsidios masivos que Estados Unidos, China y otras potencias prevén inyectar en un sector en auge.
La Ley de Industrias de Emisiones Cero, presentada apenas dos meses después de anunciarse, es parte de una batería de medidas con las que Bruselas busca mejorar la competitividad de la industria europea acelerando la producción local, diversificando los suministros de materias primas críticas o abaratando la energía para evitar que las empresas se trasladen a regiones con más incentivos.
Es la repuesta a los 340.000 millones de euros en subvenciones «verdes» aprobadas por Estados Unidos dentro de su ley anti inflación para un sector cuyo valor se triplicará hasta los 600.000 millones de euros al final de la década y en el que China y Japón prevén también invertir 260.000 y 140.000 millones de euros, respectivamente.
«Con la ley queremos fabricar al menos el 40 % de nuestras necesidades en Europa. Seguiremos comerciando con nuestros socios, no todo se hará en Europa, pero debe hacerse más. La ley pretende crear las condiciones para que esto pase», explicó el vicepresidente del Pacto Verde, Frans Timmermans.
En concreto, la norma se centrará en aumentar la producción de ocho tecnologías estratégicas para la transición hacia una economía descarbonizada: las tecnologías solares y fotovoltaicas, la energía eólica, las baterías, las bombas de calor y energía geotérmica, electrolizadores y placas de combustible, biogás y biometano, tecnologías de red y la captura y almacenamiento de carbono.
Estas tecnologías recibirán un apoyo particular y estarán sujetas al objetivo del 40 %, pero otras que contribuyan a la reducción de emisiones también tendrán facilidades, entre las que se incluyen las tecnologías avanzadas para producir energía nuclear con deshechos mínimos, los reactores modulares pequeños o los combustibles alternativos, indicó la Comisión.
La energía nuclear, abanderada por Francia y apoyada por otros países sobre todo del Este, queda así incluida en la ley, pero fuera de las tecnologías consideradas estratégicas.
«Es evidentemente parte del mix energético», dijo el comisario europeo de Industria, Thierry Breton, quien consideró que los comisarios han sido «pragmáticos» y han «convergido» para incluir la nuclear en la propuesta. «Es necesario considerar todas las tecnologías en este combate contra el calentamiento climático», insistió.
Timmermans incidió en que la Comisión es «neutra en la cuestión nuclear», puesto que apostar o no por esta energía depende de los Estados miembros, pero llamó a «no hacer una elección ideológica, sino basada en cálculos», ya que «mientras las energías renovables son cada vez más baratas, no parece que sea así en la nuclear».
En la práctica, la ley quiere reducir las cargas administrativas simplificando la concesión de permisos, limitando los plazos para aprobarlos entre nueve y doce meses como máximo en función del tamaño y capacidad del proyecto.
Estas facilidades serán aún mayores para los que se identifiquen como Proyectos Estratégicos de Emisiones Cero, que serán seleccionados por los Estados miembros por su contribución al aumento de la capacidad de fabricación de tecnologías donde la UE dependa en gran medida de un único país tercero o por su contribución a la cadena de suministro.
Estos recibirán un estatuto prioritario para garantizar la concesión de permisos lo más rápida posible y deberían recibir también tratamiento urgente en posibles procedimientos judiciales o de resolución de disputas, explicó la Comisión.
Las medidas deberán ser aprobadas por los Estados miembros y el Parlamento Europeo antes de entrar en vigor.
Subastará en otoño 800 millones de ayudas a la producción de hidrógeno verde
La Comisión Europea lanzará «en otoño» una primera subasta de 800 millones de euros de ayudas a los fabricantes domésticos de hidrógeno verde para compensar la diferencia entre los costes de producción y el precio de mercado, con el objetivo de incentivar el desarrollo de esa industria. Lo hará con dinero del Fondo de Innovación articulado a través del futuro Banco de Hidrógeno, un instrumento de financiación específicamente creado para esa tecnología en la que Bruselas tiene depositadas grandes esperanzas, dijo hoy en rueda de prensa el vicepresidente de la Comisión Europea responsable del Pacto Verde, Frans Timmermans.
Los detalles de la subasta se darán a conocer en junio, indicaron fuentes comunitarias vinculadas al Banco de Hidrógeno, que se anunció el pasado septiembre con una dotación inicial de 3.000 millones de euros del presupuesto comunitario.
La Comisión sí adelantó que podrán concurrir a la puja proyectos que hayan sido financiados con ayudas de Estado, pero los países tendrán que notificárselo al Ejecutivo, que lo tendrá en cuenta en la subasta para «garantizar que hay suficiente competencia».
Según los cálculos de Bruselas, la UE es líder en proyectos relacionados con el hidrógeno verde, con más del 50 % de la capacidad global de producción de electrolizadores y también más del 50 % de los dispositivos instalados.
«La cuestión es: ¿cómo mantenemos ese liderazgo cuando la tecnología se traslade a la producción en masa, que lo está haciendo no solo en Europa sino en el mundo?», se preguntó Timmermans, quien recordó que el objetivo en 2030 es producir 10 millones de toneladas de hidrógeno e importar otras 10.
El Banco de Hidrógeno cubrirá «la prima verde» («green bonus») en la producción de hidrógeno a partir de electricidad de origen renovable, que es «la diferencia entre el coste de producir hidrógeno renovable y el precio que el mercado está dispuesto a pagar».
«El importe exacto resultará de un proceso de subasta competitiva. Ganarán los productores de hidrógeno renovable que precisen la menor cantidad de ayuda en términos de euros por kilo de hidrógeno producido», explicó. Esa palanca busca solucionar un círculo vicioso en el que los inversores esperan porque no saben si tendrán el hidrógeno disponible en su momento, y los productores esperan porque no saben si tendrán las inversiones necesarias para sus proyectos.
«Tenemos que mitigar el riesgo», declaró el vicepresidente comunitario, quien subrayó que el productor recibirá ese subsidio durante «un período de diez años» que le permitirá «crear condiciones estables de mercado».
Esas subastas estarán específicamente dedicadas a la producción del llamado hidrógeno verde (a partir de electricidad renovable) y no servirán para el hidrógeno rosa o bajo en carbono (a partir de electricidad de origen nuclear), señaló Timmermans.
La Comisión esbozó esas ideas dentro de la presentación de su «hoja de ruta» para desarrollar un Banco del Hidrógeno como parte de una amplia cesta de iniciativas, para impulsar la competitividad europea en la carrera tecnológica de la transición energética. Bruselas tenía previsto presentar el documento sobre el hidrógeno dentro de dos meses, pero se han adelantado los planes. «Hemos ido más rápido porque todo lo que es hidrógeno se mueve más rápido de lo previsto. Cuando en el 2019 hablé por primera vez del hidrógeno, incluso mis propios colaboradores me dijeron: '¿qué...?' Y ahora el hidrógeno vive uno de los desarrollos más dinámicos en el mundo de la energía. Así que, hay que ir rápido (...). Los otros también se mueven, en Asia y en Estados Unidos. No hay tiempo que perder», aseguró.