Bruselas impulsará los contratos a largo plazo para evitar el efecto contagio del gas en las facturas de la luz

Olatz Hernández COLPISA

ECONOMÍA

JULIEN WARNAND | EFE

La reforma del mercado eléctrico europeo busca aumentar las inversiones en renovables y evita desacoplar el gas de la electricidad

14 mar 2023 . Actualizado a las 15:58 h.

Ni el desacople del gas de la electricidad, ni un precio regulado para la nuclear y las centrales hidráulicas, tal y como pedía España. La Comisión Europea ha presentado este martes su propuesta para la reforma del mercado eléctrico europeo, con el que quiere impulsar las renovables y evitar el efecto contagio de los combustibles fósiles en la factura de los consumidores. Para lograrlo, Bruselas quiere incentivar los contratos energéticos a largo plazo para «amortiguar» la volatilidad del precio de la energía y frenar los «ingresos excesivos» de los productores de energía .

Desde la pandemia, el mercado eléctrico europeo ha sufrido varios shocks. La guerra en Ucrania y el uso como arma del precio del gas por parte de Rusia dispararon el precio del hidrocarburo, que superó los 300 euros por megavatio hora en agosto del 2022.

Consciente de que las medidas puestas en marcha por estas crisis no pueden ser permanentes y que es necesario una reforma estructural, Bruselas ha propuesto la eliminación gradual del gas en el continente y una mayor integración de las renovables en el sistema eléctrico europeo. La Comisión quiere lograr «soluciones que den una mayor flexibilidad» para hacer frente a la demanda, como el almacenamiento y el desarrollo de nuevas fuentes de energía renovable, sobre todo las relacionadas con proyectos marinos eólicos.

Bruselas también anima a los países europeos a que se esfuercen para crear condiciones de mercado adecuadas para los instrumentos a largo plazo como los acuerdos de compra de energía. Espera que estos acuerdos bilaterales den «una estabilidad de precios» para los consumidores y, al mismo tiempo, ofrezcan «certidumbre» a los productores e inversores.

El despliegue de la energía renovable garantizará, a largo plazo, una mayor estabilidad de precios y Europa aspira a que estas energías sean el 69 % del total generado para el 2030. Es por eso que Bruselas quiere crear un «clima de inversión seguro» para este tipo de energía y evitar «ganancias extraordinarias» en períodos de precios altos. En caso de que haya un exceso de este tipo de beneficios, el Ejecutivo comunitario señala que deberá devolverse a todos los consumidores, en función de su nivel de consumo.

En caso de crisis, y siempre bajo la supervisión de la Comisión Europea, los países europeos podrán «congelar» las tarifas minoristas tanto para los consumidores domésticos como las pymes. Este mecanismo podrá funcionar a través de las ayudas de Estado durante un período determinado y Bruselas se asegurará de que «no cree distorsiones» en el mercado europeo.

La iniciativa deberá debatirse ahora entre los Estados miembros y el Parlamento Europeo. El debate entre los Veintisiete será complicado, ya que se trata de una materia sensible y en la que los países europeos tienen visiones muy diferenciadas. España ya propuso una reforma de calado en la que incluía una medida para retener los beneficios extraordinarios de las energéticas.

Otros países como Alemania, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Luxemburgo, Letonia y los Países Bajos, entre otros se opusieron a esta medida y reclaman una revisión más «limitada del mercado eléctrico europeo, una perspectiva alineada con la propuesta de Bruselas. Fuentes oficiales de la Comisión Europea señalan que lo ideal es lograr un acuerdo «lo más rápido posible» para que las medidas entren en vigor de cara al próximo invierno. La presidenta de la institución comunitaria, Ursula von der Leyen, también defiende esta postura y ha asegurado que se debe cerrar la reforma antes de las elecciones europeas del 2024.