¿Qué es el Silicon Valley Bank y por qué preocupa su bancarrota?

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

NATHAN FRANDINO | REUTERS

Las autoridades intervienen la entidad: es la segunda mayor quiebra bancaria de la historia de Estados Unidos

13 mar 2023 . Actualizado a las 11:03 h.

Los cuarteles del Silicon Valley Bank (SVB) están en Santa Clara (California, Estados Unidos). Fundado en 1982, en el transcurso de una partida de póker, llegó a convertirse en una de las entidades más importantes del país, prestando servicio de capital riesgo a empresas tecnológicas punteras. Más de 30.000 compañías despegaron de su mano hasta este viernes. 

Las autoridades estadounidenses se han visto obligadas a suspender su cotización e intervenir el banco de urgencia, después de sufrir una salida masiva de depósitos y verse empujado a la bancarrota, protagonizando la segunda mayor quiebra bancaria de la historia de Estados Unidos, después de la del Washington Mutual (WaMu) en el 2008, año del estallido de la crisis financiera -atesoraba activos por 307.000 millones de dólares, frente a los 209.000 del SVB-.

¿A qué se debe su derrumbe?

El jueves 9 de marzo, el valor del banco se hundió en bolsa (Nasdaq) un 60 %. Inversores trataron de sacar su dinero al saber que la entidad había incurrido en pérdidas de 1.704 millones de euros. Resultado del pánico bancario: en un solo día salieron 42.000 millones de dólares del SVB. Su dirección ejecutiva trató de colocar nuevas acciones con urgencia, para conseguir cubrir esas pérdidas y sanear su posición, pero lejos de solventar sus problemas de liquidez, este viernes se agravaron con una estampida que ha llevado a la Corporación Federal de Seguros de Depósitos a intervenir y tomar el control de sus activos para garantizar los ahorros depositados, que estarán disponibles, según han aclaro, el próximo lunes. 

Firmas de capital riesgo como Founders Fund, de Peter Thiel, habrían recomendado a sus clientes retirar el dinero, según Bloomberg. A ellas se sumaron Coatue Management, Union Square Ventures y Founder Collective. 

Además, sobrevuela la sospecha de que la cúpula de la entidad ya sabía de antemano el desenlace de esta crisis. Según reveló la gestora de fondos Genevieve Roch-Decter, sus tres altos cargos se habrían desprendido en las últimas dos semanas de unos 4.400 millones de dólares que tenían en acciones del banco, cuyo director de Administración, Joseph Gentile, llegó a ocupar el cargo Director Financiero en Lehman Brothers antes del histórico colapso de la entidad de inversiones. 

La bancarrota del SVB, en cualquier caso, ha sido tan abrupta y rápida que en el momento de ser liquidado, solo una gran entidad gestora tenía colgado el cartel (calificación) de «venta» a sus acciones. Hasta 15 recomendaban mantenerlas en el portafolio y hasta siete situaban el bono del SVB en la categoría de «compra». 

¿Qué ha ocasionado las pérdidas? 

Para llegar a perder tanto dinero en solo tres meses ha tenido que pasar algo grave. Y así ha sido. Según Financial Times, en pleno bum tecnológico, el Silicon Valley Bank (SVB) decidió invertir más de 85.000 millones de euros de los depósitos del banco -incluidos a corto plazo- en activos a largo plazo, como bonos hipotecarios y bonos del Tesoro estadounidense. Entonces se consideraba una buena operación, pero ahora sus activos valen 14.000 millones de euros menos, después de la decisión de la Reserva Federal de encarecer rápidamente el precio del dinero, poniendo en aprietos a los endeudados y en duda la solvencia de otros bancos que hayan seguido la misma estrategia. 

¿Es un nuevo Lehman Brothers?

No. En primer lugar porque se trata de banca comercial. Lehman Brothers se dedicaba a la banca de inversiones con esquemas especulativos complejos y con unos niveles de apalancamiento mucho más elevados, por lo que los riesgos asumidos eran mayores. Eso no significa que no vaya a tener graves repercusiones. Su caída indica que puede haber problemas en el sistema bancario: «Dependen de la economía del país. Si pierden dinero, significa que la situación de ese país es complicada», explica el BBVA. Si el empleo y la actividad van bien, ¿qué está pasando exactamente en Estados Unidos? Que esa actividad se está desacelerando y la inflación ya no responde a las fuertes subidas de tipos de interés decretadas por la Reserva Federal (Fed). Existe el miedo a entrar en un período prolongado de altos precios que pueda desembocar, en última instancia, en cierres y despidos masivos. Y eso es lo que está alimentando el efecto contagio. 

¿Se contagiará la quiebra a otros bancos?

Es la gran incógnita. De hecho, en un solo día, los cuatro bancos más grandes (JPMorgan Chase, Citigroup, Wells Fargo y Bank of America) llegaron a perder 49.000 millones de euros en la peor jornada desde el 2020, año de la pandemia. Y, según datos federales, los bancos tienen en sus balances unos 600.000 millones de dólares en pérdidas sin materializar vinculados a la adquisición de bonos comprados a tipos de interés muy bajos en los últimos años. Y, aunque no tienen obligación, en principio, de desprenderse de ellos, materializando dichas pérdidas, lo cierto es que, si el próximo lunes sus clientes acuden en masa a retirar sus depósitos por miedo a posibles insolvencias, podría haber un problema de mayor magnitud. 

La bancarrota del SVB podría tener ramificaciones. El Silicon Valley Bank presta servicio a la mitad de las empresas tecnológicas y biotecnológicas de capital riesgo estadounidenses y también ofrece crédito a la industria. Su cierre puede hacer tambalear todo ese ecosistema tech, el más emblemático del mundo. 

El terremoto no solo se ha notado en Estados Unidos, donde muchas startups han visto cómo se volatilizan sus fondos para seguir emprendiendo. La intervención pública de la entidad financiera ha arrastrado a las principales bolsas del mundo, con los bancos liderando las pérdidas. El Ibex 35 no fue una excepción (-1,47 %). El Sabadell lideró las pérdidas (5,11 %), seguido del Bankinter (4,22 %), Santander (4,21 %) y BBVA (3,41 %). 

En Alemania, el DAX retrocedió un 1,31 %, con el Deutsche Bank hundiéndose un 7,35 %. En la plaza de Londres, el Lloyds Bank se dejó un 3,27 %, algo más que el Barclays (3,67 %). 

«El problema es que ahora surge el miedo a que los clientes retiren los depósitos, el riesgo de una posible crisis de liquidez y el efecto contagio sobre el sector», indican los analistas de Bankinter a Colpisa. 

¿Tendrá otras consecuencias inesperadas?

Para muchos expertos, la situación de los bancos comerciales regionales es muy delicada y obligará a la Reserva Federal a ser muy cauta cuando valore esta mes la próxima subida de tipos de interés, una maniobra que podría forzar más pérdidas en los balances de las entidades. 

La Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, asegura que el sistema bancario «sigue siendo fuerte», aunque ha admitido que las autoridades están vigilando «con mucho cuidado» una serie de entidades, por si fuera necesario intervenir. No obstante, rechazó dar nombres.

Uno de sus predecesores en el cargo, Larry Summers, también descartó que estemos ante un nuevo Lehman Brothers: «Ahora mismo, parece que no se trate de un problema sistémico».