Repsol reduce en un 30 % el tiempo de descarga de crudo gracias a Langosteira
ECONOMÍA
La terminal marítima se inauguró este viernes con la primera descarga de petróleo
04 mar 2023 . Actualizado a las 09:31 h.Repsol inició en marzo del 2021 las obras para trasladar sus operaciones del puerto interior de A Coruña a las instalaciones de punta Langosteira en Arteixo. Invirtió en el proyecto 126 millones de euros, subcontrató a 130 empresas auxiliares y a pie de campo estuvieron 1.300 personas, colaborando en el proyecto diversos sectores privados y públicos. Y, después de tanto esfuerzo, este viernes fue un día histórico ya que, por fin, y de forma oficial, se inauguró el pantalán de petroleros así como el nuevo poliducto que conecta con la refinería. El crudero noruego Front Ocelot tuvo el honor de ser el primer buque en llegar a la terminal marítima, con una carga de 100.000 toneladas de petróleo, aunque tan solo se trasvasaron 15.000. El resto las llevará al puerto de Bilbao, su siguiente escala.
La operación de descarga comenzó sobre las tres de la tarde, después de una mañana muy ajetreada y concurrida debido al acto inaugural al que acudieron numerosas autoridades, entre ellas el presidente de Repsol, Antonio Brufau, y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Ambos coincidieron en que el proyecto de punta Langosteira comienza a cobrar sentido ahora, a pesar de que la idea de crear un puerto exterior fuera de la ciudad tuvo muchas críticas en sus inicios, hace casi 20 años, tanto por los efectos medioambientales que podría tener como por la millonaria inversión económica que requería. Sin embargo, el complejo permitirá reducir de forma paulatina la llegada de petroleros al puerto interior, mejorando las condiciones de seguridad y permitiendo abrir espacios portuarios para disfrute de la ciudadanía.
En este momento, el puerto de A Coruña es líder de descargas en toda Galicia, con 1,2 millones de toneladas en el primer mes del año. De ellas, unas 500.000 corresponden a las del puerto exterior. Y, a partir de ahora, con la llegada de los buques petroleros, es probable que esta cifra se dispare. De hecho, los técnicos de Repsol confirmaron que las instalaciones de punta Langosteira podrían reducir en un 30 % el tiempo de descarga y traslado del crudo que hasta ahora se hacía desde los muelles de San Diego. Es decir, que si en A Coruña la operación de trasvase tarda ahora mismo unas 40 horas, en Langosteira serán solo 30. Otra de las ventajas del nuevo pantalán de Repsol, de 520 metros de longitud, es que tiene un atraque mucho más versátil que el de los muelles de San Diego, ya que pueden amarrar barcos de 190 a 290 metros de eslora y hasta 200.000 toneladas de peso muerto (TPM, una medida consistente en la suma de pesos que puede transportar un buque, incluyendo el cargamento, el combustible propio del navío, las provisiones, el agua dulce para consumo humano, el agua de lastre, la tripulación, los pasajeros y sus equipajes).
En cuanto a la mercancía que traía el Front Ocelot, los técnicos calcularon que las 20.000 toneladas de crudo se podrían llevar a la refinería en un plazo de siete a ocho horas, aunque no pudieron confirmar el momento en el que el barco dejará la costa coruñesa. «Esto no es como un autobús», indicaron con humor. Además, incidieron en que «la operación se hará con calma y con todas las precauciones», puesto que, aunque ya hubo fases de prueba anteriores, esta es la primera vez que de forma oficial se traslada el crudo desde Langosteira hasta los tanques de Repsol.
El proyecto incluyó modificaciones en la refinería, un nuevo pantalán y el poliducto
La superficie de ocupación del nuevo terminal de Repsol en el puerto exterior es de 60.000 metros cuadrados de parcela de suelo, a los que se suman otras 52.000 de lámina de agua. El proyecto, según explicaron sus portavoces, ha estado dividido en diferentes bloques de trabajo.
El primero de ellos es el pantalán, con una longitud total de 520 metros, que permite la operación de buques de hasta 200.000 toneladas de peso muerto. Con un presupuesto de 35 millones de euros, se terminó de construir en el 2021. Tiene tres instalaciones para seguridad, subestación eléctrica y sala de control, y está dotado con sistemas de brazos de descarga de crudo, contraincendios, atraque y pasarelas de acceso, así como líneas de transporte de producto.
Otro de esos bloques es el poliducto y las instalaciones auxiliares, que supusieron una inversión de 80 millones de euros. Las instalaciones auxiliares ubicadas en suelo de dominio público portuario están conformadas por varias edificaciones, subestaciones eléctricas y por el sistema de bombeo y regulación a través de una instalación de tuberías para el envío del crudo desde el puerto exterior a la refinería. Asimismo, desde el pantalán a las instalaciones de bombeo hay una conexión de líneas por el perímetro interior del puerto de más de tres kilómetros. Por su parte, el poliducto tiene una longitud de 3,8 kilómetros y cuenta con once tuberías soterradas: dos de ellas destinadas al transporte de crudo entre la refinería y la nueva terminal de Repsol, una tercera para el trasiego de aguas y las ocho tuberías restantes para el transporte posterior de otros tráficos. Su construcción finalizó el año pasado y, según portavoces de la empresa, tras inspecciones y verificaciones establecidas, previas a las actuaciones de comisionado y puesta en marcha.
Modificaciones en la refinería
El tercer bloque corresponde al complejo industrial y todas las modificaciones realizadas en la refinería y que supusieron 7 millones de euros de inversión. Permiten conectar las instalaciones existentes en el complejo industria con el nuevo poliducto. Se incluyó la construcción de racks de tuberías y estructuras metálicas, instalación de equipos de instrumentación, un nuevo sistema de bombeo, tendido de líneas eléctricas y telemáticas con fibra óptica, así como la transformación de sistemas e instalación de equipos de seguridad.
Las tuberías están protegidas bajo galerías que soportan olas de 9 metros
Las tuberías que discurren por el perímetro del puerto exterior hasta llegar a la estación de bombeo miden 3 kilómetros. En la parte pegada al mar lo hacen bajo una galería de hormigón que las protege de los embistes del mar y de los rebases de olas de más de 9 metros. En esos casos, el mar cae en un aliviadero con salida a la zona interna del dique. Además de este rompeolas, junto al pantalán de atraque se ha incorporado un sistema de ganchos domotizados (lo que antiguamente era un noray) que permiten arriar los barcos en casos de emergencia y que ofrecen medidas de la tensión que tiene cada cabo. También hay pantallas digitales que asisten a prácticos y técnicos con datos sobre distancias y velocidades.