La adicción adolescente a las pantallas

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ECONOMÍA

Sandra Alonso

30 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El British Museum y las momias

Una vez vacunados los británicos contra la sensación de ridículo por obra y gracia de su pintoresco ex primer ministro Boris Johnson, los responsables del British Museum, haciendo gala de un cinismo e hipocresía considerables, han pensado que era el momento adecuado para sacar una ridícula disposición: a las momias ya no se las va a llamar así, sino personas momificadas, con el fin de que los visitantes reparen en que lo que están viendo fueron en su momento seres humanos como ellos y se les acerquen con el respeto que merecen. Creemos que cambiar la realidad es una cuestión meramente lingüística, y que sustituyendo unos términos por otros ya se soluciona el problema. Lo de la cosificación de las personas no es nuevo y a lo largo de la historia tenemos bastantes ejemplos como para que lo de las momias nos parezca peccata minuta. Si a la humanidad actual muchas veces le cuesta ver personas en los vivos, cuanto más no le costará verlas en esos pobres despojos exhibidos sin pudor en una urna de un museo como si fueran fósiles. Porque esa es al cuestión: los responsables de que muchos de los asistentes a los museos no vean personas en las momias son precisamente los museos, que al exponerlas al público deshumanizan a los muertos cosificándolos, sean egipcios o de otras culturas. Si realmente quieren, como proclaman, que humanicemos a las momias y veamos restos de seres que tuvieron una vida como todos nosotros, sáquenlas de su encierro, (sean ilustres o no, sean egipcias o no lo sean), devuélvanlas a su país de origen y allí déseles una sepultura digna, a poder ser en las arenas de las que salieron. A nosotros ya nos queda, para satisfacer nuestra curiosidad o interés científico, una ingente cantidad de material de todo tipo entre fotos, vídeos, documentales, estudios con tecnologías avanzadísimas... Y, ya que hablamos de hacer restituciones, el British Museum (y esto se puede hacer extensible a otros muchos), a la luz de este repentino ataque de ética y sensibilidad, debería plantearse ir devolviendo también a sus legítimos dueños todas las obras de arte producto de los expolios sistemáticos llevados a cabo durante más de dos siglos, empezando, claro, por las esculturas de los frisos del Partenón. Fidias les quedaría eternamente agradecido. Rosa López Bermúdez. A Coruña.

Adolescentes y el móvil

Cada mañana, al llegar a clase, lo primero que me encuentro son numerosos grupos de personas mirando sus móviles y sin tan siquiera hablarse unos a otros hasta que llega la primera hora. Aún dentro de la escuela, hay personas que están totalmente enganchadas y no levantan la cabeza de la pantalla, lo que acaba perjudicándoles a nivel social y académico debido al bajo rendimiento y las distracciones que esto genera. Un problema tan grave como es esta adicción cada vez mayor entre adolescentes no debería seguir siendo irrelevante o subsanarse con un «chicos, por favor, dejad los móviles», sino que necesita medidas eficaces y a corto plazo. Somos el futuro de esta sociedad. Rubén Iglesias. Vigo.