La Xunta invita a la industria a comprar electricidad a cualquier parque eólico

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

El sector aclara que esos acuerdos de compra venta de energía a largo plazo no son posibles con todas las instalaciones

27 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Un total de 83 parques eólicos, que suman 2.856 megavatios, han obtenido declaraciones de impacto ambiental (DIA) favorables de la Xunta (que se la concedió a 77 de ellos) y del Ministerio para la Transición Ecológica (con seis) y enfilan la fase final para su construcción en Galicia. Según los plazos que maneja el ministerio, tendrán que estar ejecutados y operativos en julio del 2025, tras requerir una inversión que ronda los 2.500 millones de euros (algo menos de un millón por megavatio instalado).

Si se ponen todos en marcha para entonces, la comunidad pasará de tener 178 parques a 261, mientras que la potencia instalada final quedará en 6.735 megavatios, un 74 % más que la actual (3.879). Semejante capacidad de generación eólica sería suficiente para satisfacer la demanda de unos cinco millones de hogares, teniendo en cuenta que un solo megavatio eólico es capaz de producir 3.500 megavatios hora al año, el consumo de entre 800 y 1.000 viviendas, según datos del sector.

Por el camino se han quedado 68 proyectos (63 tramitados por la Administración autonómica y cinco por la central) que dejarán libres 1.950 megavatios en los puntos de acceso y conexión. De esos 68, solo veinte seguirán vivos (la Xunta continuará tramitándolos, aunque no fructificarán salvo que recuperen los permisos de acceso), mientras que el resto se archivarán.

En ese maremágnum de cifras resaltan también los 14 parques eólicos autorizados tanto por la Xunta (ocho) como por el ministerio (seis) que suministrarán electricidad a la industria gallega porque sus promotores, Endesa y Greenalia, tienen suscritos acuerdos de compra venta de energía con Alcoa y con la antigua Showa Denko (hoy Resonac). Para la multinacional del aluminio serán trece de esos catorce proyectos: cinco de Greenalia (todos de la Xunta) y ocho de Endesa (cinco del ministerio y tres de la Xunta). Pero esos parques no son suficientes. Según el presidente del comité de Alcoa en San Cibrao, esas instalaciones solo garantizan el 30 % del consumo de la fábrica de aluminio, cuando reabra, un proceso que la empresa está negociando aún con el comité.

Proyectos rechazados

La criba de expedientes realizada por las Administraciones ha dejado fuera instalaciones incluidas en ese acuerdo de compraventa de energía con Alcoa. Así, Endesa aspiraba a obtener del ministerio declaración de impacto ambiental favorable para seis instalaciones, pero finalmente recibió cinco y el parque Caaveiro será archivado por su impacto ambiental en cinco concellos de la comarca de Ferrol. Greenalia, por su parte, recibió el visto bueno para cinco instalaciones de tramitación autonómica (porque son de menos de 50 megavatios) incluidas en el acuerdo con Alcoa, pero otras nueve vinculadas también a esa industria obtuvieron una DIA desfavorable por parte de la Xunta.

En total, la empresa gallega de renovables manejaba 29 parques eólicos para suministrar a la multinacional del aluminio, de tramitación tanto autonómica como estatal. Algunos de ellos no están resueltos todavía y, de hecho, la Xunta sigue tramitando otros diez parques.

Pero que se hayan tumbado proyectos asociados al suministro industrial no implica que los acuerdos de compra y venta estén en peligro. O así lo considera el conselleiro de Economía, Francisco Conde, quien resaltó que tanto Endesa como Greenalia han obtenido autorización ambiental para otras instalaciones eólicas que no están expresamente vinculadas con el suministro industrial, pero que pueden estarlo. Así, recordó la posibilidad de sustituir aquellos parques que no se autoricen por otros que sí superen el filtro ambiental. Y es que las instalaciones de generación de electricidad no tienen que estar al lado de sus clientes para suministrarles energía. De hecho, este tipo de acuerdos (conocidos por sus siglas en inglés PPA) son más financieros que físicos y comprometen al generador a vender una cantidad de energía a un precio estable durante un largo período de tiempo (unos diez años) y al comprador a asumir el pedido y abonarlo. En realidad, la electricidad generada no va directamente al cliente, sino que se vierte al sistema que surte a todos los consumidores.

Conde incluso planteó otra opción para que las industrias adquieran energía a precios más competitivos que los de mercado: que suscriban acuerdos de compra venta con los promotores de cualquiera de los 77 parques autorizados estas semanas por la Xunta y también con las instalaciones que ya están en funcionamiento.

Pero fuentes de Greenalia aclararon que la cuestión no es tan sencilla porque no todos los parques están disponibles para suscribir un PPA. Porque o ya disponen de contratos financieros de venta de energía, fruto de las subastas renovables, o están sobre la mesa de negociación de otras industrias. La empresa señaló que, en otros casos, el coste de producción (derivado de la inversión y del recurso eólico) no cumple el requisito del precio acordado con Alcoa, «ya que este es muy competitivo».