Stellantis Vigo plantea su tercer ERTE consecutivo, seguido de cien despidos

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

cedida

Justifica los ajustes en la pérdida de producción prevista por falta de piezas

20 ene 2023 . Actualizado a las 17:38 h.

El 2023 comienza como terminó el 2022, con la producción de las fábricas de coches condicionada por el desabastecimiento de microchips, que llegan a Europa procedentes de las fábricas asiáticas a cuentagotas. La crisis global de los semiconductores, que comenzó a mermar la actividad de la industria del automóvil tras la pandemia, en el último trimestre del 2020, no solo no remite, sino que amenaza con parar la producción de las fábricas también este año. Y ese es el motivo por el que Stellantis Vigo se ha visto obligada a plantear un tercer expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), consecutivo a los aprobados en los años 2021 y 2022, que han dado cobertura a la plantilla durante los 60 días de trabajado en los que se han tenido que quedar en casa.

En los días de ERTE, la factoría viguesa dejó de producir 100.000 vehículos por falta de componentes electrónicos el año pasado.

En la reunión mantenida ayer con los sindicatos, la dirección de la planta gallega propuso una regulación temporal que podrá afectar a 5.000 trabajadores (de los algo más de 7.000 de plantilla) durante 60 jornadas. Son 30 días menos que los que figuraban en la propuesta de salida, aunque se deja la puerta abierta a que el ERTE se extienda finalmente 15 jornadas más, hasta las 75.

Pero, además, Stellantis Vigo ha puesto sobre la mesa la propuesta de un expediente de regulación de empleo para extinguir los contratos a un máximo de 100 trabajadores. Esta medida para «reconducir excedentes de plantilla» será de carácter voluntario y, según fuentes sindicales, está abierta a cualquier trabajador de la plantilla, a los que la empresa ofrece un plan de recolocación externa. En la negociación que mantienen con los sindicatos, Stellantis ha aceptado también las suspensiones de contrato con derecho a retorno para aquellos empleados que puedan encontrar ocupación en otra empresa o en un proyecto personal durante uno o dos años. A esta modalidad se une también el permiso sénior, que es una autorización de larga duración para facilitar la jubilación anticipada voluntaria.

El pasado mes de diciembre, Stellantis Zaragoza aprobó también un nuevo ERTE, que la compañía justifica en causas organizativas y productivas, con una duración máxima de 60 días laborables de paro productivo con carácter general, pero que puede llegar a las 80 jornadas a título individual, desde el 1 de enero al 31 de diciembre del 2023.

 Microchips marca Stellantis

Mientras Vigo y Zaragoza aceleran los ajustes, Bruselas acaba de dar luz verde a la creación de un negocio conjunto entre Stellantis y la taiwanesa Hon Hai Precision Industry Co. para desarrollar microchips, componentes claves para toda la cadena de producción de vehículos.

La Comisión Europea avaló ayer la iniciativa empresarial tras comprobar que «la propuesta no entraña riesgos para la competencia en el mercado único, ya que las compañías compiten en diferentes segmentos». Stellantis concentra su actividad en el diseño, ingeniería, fabricación, distribución y venta de vehículos, junto con sistemas y componentes, mientras que Hon Hai se dedica a la fabricación de servicios electrónicos para computadoras, comunicaciones y todo tipo de dispositivos móviles.

Por otra parte, los trabajadores de dos empresas que prestan servicios a Stellantis —la firma porriñesa TBSI, que fabrica piezas plásticas para automoción, y la compañía Avenir Conseil Formación ACF, con sede en Vigo, que presta servicios informáticos a Stellantis a nivel mundial— continúan desde el pasado 9 de enero en «huelga indefinida».

En el caso de TBSI, los paros han sido convocados ante los despidos que la entidad ha realizado para abaratar costes y su intención de externalizar algunos de los servicios que presta.

Por su parte, los trabajadores de Avenir Conseil Formación ACF continúan en huelga ante los planes de la compañía de deslocalizar sus recursos a otros territorios como Marruecos.