La reforma del mercado eléctrico no gusta al sector porque supone más intervención del Estado

f. f. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Eduardo Parra | EUROPAPRESS

La patronal reprocha al Gobierno que no haya consultado para elaborar la propuesta, como sí han hecho otros países

12 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La propuesta de reforma del mercado eléctrico, que el Gobierno español enviará a la Comisión Europea para que la tenga en cuenta, no gusta al sector, que la interpreta como un paso atrás en el proceso de liberalización del negocio que lleva tantos años en marcha. Y es que, explican algunas fuentes empresariales, el modelo supondrá «más control del Gobierno, más regulación», es decir, un mayor intervencionismo.

Porque la reforma se basa en retirar de las negociaciones del mercado mayorista diario el precio de la mayor cantidad posible de electricidad y reducir así el efecto contagio que ejerce la tecnología más cara (el gas natural) sobre todas las demás. A cambio, el regulador de los mercados, la CNMC, establecería la retribución a la que debería vender su producción todas las plantas, salvo las que usan combustibles fósiles, es decir, ciclos combinados de gas y carbón. Las transacciones se realizarían por medio de contratos a plazo, esto es, durante un tiempo determinado y a un precio regulado por la CNMC.

En realidad, esto ya es así para la mayor parte de la energía que generan las plantas renovables, la mayoría de las cuales cobran algún tipo de retribución regulada resultado de alguna de las subastas convocadas por el Estado. Según datos facilitados hace unas semanas por Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la Asociación Eólica (AEE), las dos terceras partes de la generación de los molinos de viento tiene retribución regulada y «el otro tercio va directamente a mercado o tienen contratos a largo plazo. En el sector eólico hay muy poca energía que esté sujeta a los precios del mercado y en Europa igual, casi toda se vende de forma anticipada».

La reforma del Gobierno pretende incrementar la convocatoria de subastas para que toda la renovable se negocie fuera del mercado. De este modo, el Ejecutivo considera que los inversores tendrían garantizados unos ingresos lo que daría mayor estabilidad a un negocio que cada vez tendrá más peso.

Pero la gran novedad de la propuesta española es que la hidráulica y la nuclear cuenten también con precios regulados que calcularía la CNMC a partir de los costes de operación de estas tecnologías (muy bajos porque son instalaciones construidas hace años y con la inversión ya amortizada). Pero la directiva de comercio interior de la electricidad no permite sacar del mercado esas dos tecnologías, con lo cual, la propuesta española obligaría a modificar la normativa comunitaria, un proceso que el Gobierno reconoce que será largo.

En la actualidad, la mayor parte de la producción nuclear e hidráulica es vendida ya a plazo a las comercializadoras del mismo grupo empresarial, pero a un precio en cuya formación no interviene el Estado. Fuentes de Endesa explicaron que el año pasado triplicaron la cantidad de energía comprometida en contratos con una duración igual o superior a cinco años.

De este modo, con casi todas las tecnologías fuera de la negociación diaria del mercado mayorista, solo quedarían dentro de él las plantas emisoras (carbón y ciclo combinado).

La patronal eléctrica, Aelec, que representa a las grandes del sector, salvo a Naturgy, reprochó al Gobierno que no haya consultado al sector para elaborar su propuesta, mientras que otros países han convocado grupos de expertos y consultas públicas.