Las grandes ciudades gallegas tienen menos de 2.000 viviendas disponibles para ser alquiladas

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Santi M. Amil

En Vigo, A Coruña, Ourense y Lugo se ha reducido el «stock»

28 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Conseguir una vivienda en alquiler que se adapte a una serie de necesidades se torna en un imposible para muchas familias gallegas. Precios altos, pisos viejos o localizaciones que no acaban de cuadrar en las rutinas de los inquilinos son algunas de las razones que dificultan todo este proceso. Tampoco ayuda el stock de vivienda disponible. Y es que, según un reciente estudio de la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin), las grandes ciudades de la comunidad —que acumulan el mayor porcentaje de demanda de vivienda— cuentan en la actualidad con solo 1.948 disponibles. La cosa no ha mejorado en los últimos meses del año. Según los cálculos que manejan los expertos de esta organización, el stock solo ha aumentado un 0,31 % con respecto al anterior barómetro, fechado en abril de este 2022. Y tampoco han registrado grandes cambios en los últimos años.

La escena es muy dispar si se analizan los datos de cada una de las siete grandes ciudades del territorio. A un lado de la balanza se sitúan Vigo, Ourense, A Coruña o Lugo, donde la disponibilidad de pisos en régimen de alquiler se ha reducido en los últimos meses. Son los lucenses los que se enfrentan a una bajada más significativa. Y es que, mientras que en abril disponían de 108 viviendas para poder mudarse, ahora tan solo cuentan con 91, lo que supone un descenso de casi el 16 %. Parecida es la situación de los coruñeses, cuyo catálogo se ha reducido algo más de un 13 %: si en abril contaban con 545 inmuebles libres para arrendar, ahora ese número se ha reducido a los 471.

En Ourense, el stock de pisos para alquilar ha bajado un 10 %, o lo que es lo mismo, hay 33 viviendas menos disponibles; mientras que Vigo casi no ha sufrido cambios, con un descenso de algo menos del 2 %.

La otra cara de la moneda la protagonizan las otras tres grandes ciudades gallegas. En Ferrol, las viviendas disponibles han aumentado un 25 % en los últimos meses, mientras que en Pontevedra ese porcentaje sube hasta el 37,5 %. Llama la atención el caso de Santiago, donde el número de pisos vacíos ha pasado de los 150 que había en abril hasta los 220 que se pueden encontrar ahora, lo que supone un aumento de casi el 47 %. Tal y como explica Vicente Martínez, secretario de Agalin, detrás del aumento experimentado en la urbe compostelana puede estar en gran medida los efectos de la regulación puesta en marcha por el Concello de Santiago para frenar la proliferación descontrolada de las viviendas de uso turístico.

Para Agalin, la situación del mercado de alquiler en la comunidad sigue demandando una intervención por parte de la Administración. Afirman que es necesario fomentar la entrada de nuevas viviendas en el mercado ordinario del alquiler, porque el catálogo existente es demasiado escaso para la demanda que hay.

De hecho, la baja oferta y la gran necesidad de vivienda que existe en algunas urbes ya está arrastrando consigo a los precios. Explica Martínez que en ciudades como Vigo o A Coruña se ha reducido la disponibilidad de las viviendas más baratas —las de menos de 600 euros al mes— al tiempo que aumentaba el stock de las más costosas. En la ciudad olívica, por ejemplo, se ha reducido en un 40 % la disponibilidad de pisos con precios por debajo de los 600 euros, mientras que ha aumentado más de un 57 % la de aquellos cuya renta mensual se sitúa entre los 751 y los 900 euros; y un 40 % el de las viviendas con precios que van hasta los 1.200 euros al mes. Parecido comportamiento se ha registrado en A Coruña: «Como en Vigo, se produce un trasvase. El número de pisos disponibles con un precio inferior a los 600 euros al mes se reduce un 34 %, que es el mismo porcentaje en el que aumentan los de entre 601 y 750 euros al mes».