Los países convencen a Alemania para imponer un techo al hidrocarburo, aunque Hungría votó en contra y Austria y los Países Bajos se abstuvieron
19 dic 2022 . Actualizado a las 20:11 h.«¡Por fin! Acabamos de llegar a un acuerdo para establecer un mecanismo que facilite una corrección de precios del gas natural si estos se disparan de nuevo». Así anunciaba, poco antes de las cinco de la tarde de este lunes, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en su cuenta de Twitter, el pacto entre los ministros de Energía de la Unión Europea para implantar al fin un límite al precio del gas natural importado: será de 180 euros por megavatio hora.
La propuesta llevaba semanas bloqueada por Alemania y los Países Bajos, que veían en este mecanismo un riesgo para la seguridad del suministro. Sin embargo, los ministros de Energía lograron acercar posturas, aunque no hubo unanimidad. La herramienta será adoptada con el visto bueno de todos los países, incluido Berlín, salvo Hungría, que votó en contra. Además, Austria y Holanda se abstuvieron.
Este mecanismo se activará cuando se superen los 180 euros en el índice europeo de referencia, el TTF holandés, durante tres días seguidos y, al mismo tiempo, haya una diferencia de 35 euros respecto al resto de los mercados internacionales. Entrará en vigor a mediados de febrero y no el 1 de enero, como estaba previsto. Y es que antes, para superar las reticencias alemanas contra este mecanismo de corrección de mercado, la Comisión Europea encargará un informe a la Agencia para la Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) para analizar sus efectos en los mercados financieros y energéticos y en la seguridad del suministro, los principales temores esgrimidos por Alemania, así como por sus aliados los Países Bajos y Austria.
De hecho, el mecanismo se desactivará automáticamente en cualquier momento si la Comisión Europea declara una emergencia regional o ante una situación de «racionamiento» en la que el suministro de gas sea insuficiente para satisfacer la demanda.
Con este tope, el objetivo final de la Unión Europea es mandar una «señal fuerte» a los mercados de que el bloque no pagará cualquier precio por el gas en el marco de la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, según incidió la comisaria de Energía, Kadri Simson.
Pacto «in extremis»
El acuerdo fue posible tras duras negociaciones entre los ministros y después de que les lanzasen un ultimátum los jefes de Estado y de Gobierno para que se pusieran de acuerdo a más tardar el 19 de diciembre, es decir, este lunes.
Y es que la propuesta inicial de tope que puso sobre la mesa la Comisión Europea (de 275 euros por megavatio hora) provocó una revolución en el seno de la Unión. La ministra Ribera llegó a calificar el planteamiento como una tomadura de pelo por lo elevado del límite: tanto, que el mecanismo no se llegaría a aplicar. Como España, buena parte de los países rechazaron de plano la propuesta, que ni siquiera fue defendida por Alemania. Finalmente se ha producido la fumata blanca, aunque no por unanimidad, como pretendía la presidencia de turno de la Unión, la República Checa, que finalmente ha tenido que rebajar sus expectativas.
El viceprimer ministro de ese país, Jozef Síkela, proclamó: «Tenemos un acuerdo, otra misión imposible conseguida». Síkela celebró que los ministros pudiesen acordar acordar la «última pieza del puzle energético», al tiempo que defendió que el resultado es un mecanismo «equilibrado» entre los dos bandos principales, que será a la vez «efectivo» y «realista».
Fuentes del sector energético avanzaron que se trata de una medida excepcional cuyos efectos son impredecibles y que habrá que ir modulando cuando se ponga en marcha. Y es que podría entrañar riesgos sobre la garantía de suministro si se producen desvíos de barcos de gas hacia otros destinos en los que no se aplican límites de precios, así como generar más volatilidad en los mercados.
La propuesta que ha salido adelante de 180 euros rebaja en casi 100 la primera que presentó la Comisión. Las mismas fuentes aclararon que, a día de hoy, no tendrá impacto real puesto que el mercado se mueve en torno a 115 euros por megavatio hora.
Rusia, hasta este año principal suministrador de gas a la Unión Europea, sobre todo a Alemania y Austria, ha reaccionado ya de forma airada a ese tope al precio. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, denunció que atenta contra las reglas de mercado y avanzó que Moscú responderá.
Más preocupados por buscar alternativas a Rusia para llenar los depósitos
Año y medio de crisis de precios energéticos después, llega el acuerdo para intervenir las cotizaciones del producto que la desató: el gas natural. Estas empezaron a repuntar a mediados del 2021, cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, comenzó a racionar los envíos de hidrocarburo a la Unión Europea. Luego llegó la guerra y el cierre casi total de los gasoductos que salen de Rusia. La dependencia de ese país ha pasado del 40 % a descender por debajo del 10 %.
Durante estos meses, la Unión Europea se ha preocupado más de llenar sus depósitos y de buscar proveedores de gas alternativos que de atajar las cotizaciones. De momento, este invierno parece asegurado, aunque los países han tenido que pagar precios de récord por el hidrocarburo.
El acuerdo para implantar un precio tope a las importaciones de gas evitará que estas vuelvan a repuntar por encima de los 180 euros por megavatio hora. Teresa Ribera calificó el pacto de «muy positivo».
El ministro checo de Energía despidió este lunes a sus colegas del resto de los países con un regalo navideño, una sudadera en la que se podía leer: «Convocaremos tantos consejos de Energía como sea necesario». Es una de las frases más repetidas por Síkela en los últimos meses. De hecho, la de ayer fue la duodécima reunión ministerial del año para lidiar con la crisis energética, el triple de lo normal.
Acelerar renovables
El acuerdo del gas ha permitido además que se liberen dos reglamentos ya acordados, pero pendientes; el primero, para comprar gas de forma conjunta para la próxima temporada de invierno y para acelerar la tramitación de permisos para infraestructuras de energía renovable.