Los trabajadores del BCE amenazan con ir a la huelga si no les suben los salarios más de un 4 %

La Voz REDACCIÓN

ECONOMÍA

WOLFGANG RATTAY | REUTERS

Ven insuficiente la propuesta de Lagarde, ya que la inflación media en la zona euro cerrará el año en más del doble

08 dic 2022 . Actualizado a las 12:11 h.

Las tensiones en la negociación de salarios no se limitan solo a las empresas o sectores con dificultades económicas. Ni el Banco Central Europeo se libra. Los trabajadores de la institución que preside Christine Lagarde ven insuficiente la última propuesta del organismo, que ofrece revalorizar sus nóminas un 4,07 % en enero. Una cifra que la plantilla considera insuficiente y que, de no revisarse, puede acabar derivando en protestas o incluso en una huelga.

La mejora salarial que ofrece el organismo va en línea con su defensa de no indexar los sueldos a la inflación, para evitar efectos de segunda ronda que agraven la subida del coste de la vida en los próximos meses. Y se sitúa muy por encima del 1,48 % de incremento que recibieron los trabajadores del BCE este año. Pero, como recuerdan los representantes de los trabajadores, ese 4 % no cubrirá ni la mitad de la subida media de la inflación prevista para este año tanto en la zona euro como en Alemania, donde se sitúa la sede del organismo, que podría rondar el 8,5 %.

«La gente está perdiendo la fe en la institución», dijo Carlos Bowles, vicepresidente del sindicato Ipso, que representa a los trabajadores del BCE, en declaraciones al Financial Times. «Lo que los dirigentes del BCE nos están diciendo es: ‘Lo sentimos, no cumplimos con nuestro objetivo de inflación y ahora vosotros, los trabajadores, vais a pagar el precio'».

Los delegados sindicales mantuvieron una reunión hace pocas semanas con la propia Lagarde, que les dejó claro que no cederá más en la negociación. Un enroque que ha provocado el malestar en la mayoría de la plantilla, según una encuesta realizada entre los trabajadores, que explican que la mesa de diálogo se mantendrá abierta hasta final de año y si no hay acuerdo, en enero decidirán si adoptan medidas de protesta. Entre ellas no se descarta una huelga como la que ya protagonizaron en el 2009 por la reforma de sus pensiones privadas, pero solo como último recurso y si hay una escalada en el conflicto laboral.

No en vano, los paros son difíciles de organizar en el BCE, ya que el organismo no está sujeto a la legislación laboral alemana ni de ningún otro país miembro de la UE, sino que opera bajo sus propias normas, las cuales recogen unos servicios mínimos que se establecen a libre disposición de los directivos.