Un tercio de las empresas gallegas tienen previsto recibir ayudas europeas

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Sandra Alonso

Los negocios alertan de la presión que soportan por los precios de la energía y los elevados costes laborales

25 nov 2022 . Actualizado a las 15:49 h.

Casi todos los indicadores apuntan en la misma dirección: la actividad económica se está enfriando. Los despachos de abogados atienden más consultas sobre despidos, las fábricas han ralentizado la producción porque no entran nuevos pedidos y los bancos se preparan para un aumento de la morosidad en los próximos meses, a causa de la subida de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), empeñado en encarecer el precio del dinero a pesar de los vientos de recesión.

Ante este escenario, las empresas gallegas sopesan cómo capear el temporal. No es una tarea sencilla en un entorno de alta inflación y con la expectativa de un descenso moderado de la demanda. Algunas han optado por asirse al salvavidas de las ayudas europeas del Next Generation EU. La Unión Europea (UE) ha dispuesto 77.232 millones de euros para España, que solo se habrían gastado de forma efectiva 17.300 millones hasta finales de octubre. ¿Qué hay del resto? 

Todavía quedan muchas convocatorias, tanto ministeriales como autonómicas, por abrir y las empresas gallegas aún conservan la esperanza de poder optar a las ayudas. Eso revela el Estudio de Clima Empresarial en Galicia, que han presentado este viernes la Cámara de A Coruña y SigmaDos. Un tercio de ellas han pedido o tienen previsto solicitar fondos del Next Generation EU para transformar sus negocios, más que la media española. Los sectores más interesados y activos en la tramitación de las ayudas son la hostelería y la construcción

El porcentaje es relativamente bajo si se tiene en cuenta que hasta siete de cada diez empresas de la comunidad conocen la existencia del fondo, un porcentaje sensiblemente superior a la media nacional (54 %). Y casi la mitad de ellas (46 %) sabe cómo acceder a las ayudas. 

¿Por qué no acaba de arrancar el NGEU en Galicia? Al margen de los cuellos de botella que está generando la burocracia, más de la mitad de las compañías en Galicia no confían en el potencial transformador del plan. Hostelería e industria son los sectores más escépticos. La construcción y el comercio tienen mejores expectativas. 

En el futuro más inmediato, ¿cuáles son las principales preocupaciones del tejido empresarial gallego?

Dificultades

El problema más acuciante, reconocen, son los elevados precios de la energía, que han obligado a muchas factorías a ralentizar su actividad y a algunos negocios a reducir márgenes de beneficio para no tener que repercutir los sobrecostes en los clientes. 

La segunda mayor preocupación son los problemas de abastecimiento que han ocasionado los cuellos de botella en el comercio internacional. A pesar de que se habían aliviado ligeramente en el último mes, lo cierto es que muchas empresas gallegas no pueden planificar su actividad con antelación porque dependen de la llegada de mercancías y componentes que acumulan retrasos en las entregas, como le ocurre al gigante del motor, Stellantis. 

La tercera gran dificultad que están atravesando las firmas gallegas tiene que ver con uno de los efectos colaterales de la inflación: el aumento de los costes laborales. La subida de los salarios, que está lejos de compensar el repunte del IPC, y el aumento de las cotizaciones que se prevé desde el 2023, está apretando todavía más los márgenes de las compañías. 

¿Qué hay de la manida presión fiscal? A pesar de la guerra desatada entre comunidades y Gobierno central, lo cierto es que para el 28 % de empresas gallegas, el pago de impuestos apenas supone una verdadera preocupación. Hay más negocios preocupados por la escasez de mano de obra

Exportaciones

Con esta tesitura, las empresas gallegas se encomiendan al mercado exterior para mantener el pulso: «Prevén para el 2023 una evolución positiva de las ventas en el extranjero», subraya el informe. Además, confían en resolver muchos de los problemas en el suministro de materias primas y mercancías, a medida que la recesión se vaya afianzando en la eurozona, pero también siendo proactivas: muchos negocios optarán por diversificar proveedores y buscarlos de cercanía. 

¿Qué hay del empleo? Todo apunta a un frenazo en las contrataciones. La incertidumbre económica, el endurecimiento de las condiciones de financiación a causa de la subida de tipos de interés, el previsible aumento de la morosidad y la previsión de un descenso de las ventas invitan a los empresarios a ser prudentes.