Nicolas Schmit: «España tiene que invertir en su gente antes de recurrir a los inmigrantes»

Ana Barandiaran BILBAO / COLPISA

ECONOMÍA

STEPHANIE LECOCQ | EFE

El comisario europeo de Empleo y Derechos Sociales sostiene que «se deben subir los salarios allí donde se pueda»

21 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El socialdemócrata Nicolas Schmit (Luxemburgo, 1953), comisario de Empleo y Derechos Sociales, participó esta semana en Bilbao en una cumbre sobre seguridad en el trabajo en la que debatió con la vicepresidenta Díaz sobre la reforma laboral y la subida del salario mínimo (SMI).

—España está en pleno debate sobre cuánto debe subir el salario mínimo (SMI) y la UE ha aprobado una directiva para un nivel adecuado Europa. ¿Cómo influye la nueva regulación?

—No supondrá cambios significativos para España, que ya tiene tradición de actualizar el salario mínimo de forma regular con el objetivo de alcanzar los umbrales contemplados en la directiva. No son obligatorios, sino guías: llegar al 60 % de la mediana salarial o al 50 % del medio.

—Hay debate con los agentes sociales, pero la decisión es del Gobierno de turno. ¿Es correcto?

—Sí. La concertación es importante, pero si hay división la decisión final corresponde al Gobierno, que debe tener en cuenta factores como el coste de la vida o el contexto económico.

—El SMI ha subido en España un 52 % desde el 2016 y el Banco de España advierte que eso puede destruir empleo.

—He debatido esta materia con el gobernador del Banco de España y con Yolanda Díaz. Por los estudios que hay, no parece que las subidas del salario mínimo tengan un impacto elevado en el empleo. Hay incluso premios nobel que arrojan dudas sobre ese efecto negativo. Tiene que haber un límite en los aumentos, pero España debe cuestionar si el SMI permite una vida decente o genera trabajadores pobres. Su economía no puede apoyarse en bajos sueldos y baja productividad. El camino es el contrario.

—¿Tienen que ir de la mano salarios e inflación?

—Los salarios deben fijarse en la negociación colectiva. Pero estamos con una inflación muy alta, no por los salarios, sino por la explosión de los precios de la energía y los alimentos; y porque hay sectores aprovechando para subir precios pese a no sufrir alza de costes. Si hay un desfase grande entre salarios e inflación, habrá un impacto en la demanda y aumentará el riesgo de recesión. También hay sectores afectados por el alza de la energía. Los países como el mío, Luxemburgo, en los que hay una indexación directa, tienen que tener esto en cuenta y tener flexibilidad. Pero se deben subir los salarios allí donde se pueda. Hay sectores que han ganado mucho en la actual coyuntura.

—Las pensiones sí van a subir con la inflación promedio.

No creo que las pensiones sean muy altas en España y si dejas un desfase entre el alza de las prestaciones y de la inflación, puedes generar una situación de pobreza entre los mayores. En España hay quienes no tienen ingresos para afrontar sus cuidados. Las causas de la inflación son energía y alimentos. Si no adaptas las rentas bajas, tendrás más pobreza.

—Pero la propia Comisión duda de la última reforma y la sostenibilidad del sistema.

—España parte de la desventaja de que tiene una de las sociedades que más rápido envejece. El otro desafío viene de que si tienes baja productividad no puedes tener salarios altos y cotizaciones sociales elevadas para sostener el sistema. La solución pasa por modernizar la economía para que sea más productiva y atraer a más personas al mercado laboral. Hay margen para elevar la participación de las mujeres y para facilitar ese acceso hay que invertir en un sistema de cuidados de niños y mayores. El debate se reduce a si hay que bajar prestaciones o subir cotizaciones. Pero hay que plantear soluciones a más largo plazo.

—Con tres millones de parados, las empresas tienen falta de profesionales y el Gobierno impulsa un plan para traer trabajadores de la construcción.

—No excluiría la inmigración, pero cuando analizo los datos observo un paro juvenil del 30 %, más del doble que la media europea, y un porcentaje más alto de jóvenes que ni estudian ni trabajan. La prioridad para España debe ser invertir en su gente. En segundo lugar, ante el envejecimiento de la población, haría falta una inmigración selectiva, para los sectores con falta de profesionales. Primero deben mirar su mercado laboral y buscar una solución con los jóvenes, las mujeres y los mayores. Ya verán luego si necesitan inmigrantes.

—¿Una renta mínima desincentiva la búsqueda de empleo?

—Abogamos por una renta mínima para quienes tienen dificultades de acceso al mercado laboral o parados de larga duración, pero ligada a programas de formación e inserción, con incentivos para volver al trabajo. Soy partidario de que el SMI tenga una distancia con la renta mínima para que haya un incentivo de acceder al mercado laboral.

«El Empleo seguirá fuerte si no hay recesión profunda»

El comisario reconoce que el mercado laboral español ha sorprendido por su resistencia este año.

—¿A qué lo atribuye?

—Ha sido realmente sorprendente. El nivel de incertidumbre es muy elevado y aun así se ha mantenido una dinámica positiva de contratación por parte de las empresas. Con la pandemia desaparecieron muchos empleos y la reactivación ha dado un gran impulso al turismo y la hostelería, sectores de gran peso en la economía española. En cuanto a las perspectivas, pienso que si no vamos a una recesión profunda, el mercado laboral se va a mantener fuerte, aunque dependerá en gran medida de los precios energéticos. Con todas las necesidades que va a traer la transición ecológica y digital, soy moderadamente optimista.

—Insiste mucho en el margen de mejora en productividad y formación. ¿Está dando el Gobierno los pasos adecuados?

—El plan nacional para el acceso a los fondos europeos es una buena combinación de medidas para invertir en energías verdes, digitalización, educación, servicios públicos de empleo... España vivió su milagro económico por el bum inmobiliario, que estalló, y ahora tiene que transformarse. Avanza en la buena dirección.

—¿Cómo ve la reforma laboral?

—Ha sido positiva para apartarse de la precariedad y se ha conseguido con el acuerdo de los agentes sociales, lo cual es muy importante. Es un triunfo teniendo en cuenta que las negociaciones se hicieron en un período complicado tras la pandemia.