Bruselas reduce a la mitad las previsiones de crecimiento del Gobierno para el 2023

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Yves Herman | Efe

Alerta del peso «considerable» de las pensiones en el déficit

11 nov 2022 . Actualizado a las 17:23 h.

Las cuentas del Gobierno vuelven a despertar suspicacias en Bruselas. La Comisión Europea presentó este viernes sus previsiones económicas actualizadas y los números no le cuadran. Según los cálculos de sus expertos, la economía crecerá el año que viene apenas un 1 %, la mitad de lo esperado por el Ejecutivo español (2,1 %).

Los vientos de recesión en la eurozona están lastrando la confianza empresarial y eso se está notando en la demanda y la actividad de las fábricas, que se han desplomado en el último mes. Es el anticipo de lo que está por venir: un primer semestre del 2023 en blanco.

El frenazo en seco de la economía también se notará en el empleo, que perderá dinamismo. La cifra de paro se estabilizará en el 12,7 %, según la Comisión, por encima del 12,2 % que estima el Gobierno.

A pesar de la atonía, los precios de la energía y los alimentos seguirán disparados. Al menos hasta mediados del año que viene. Los salarios apenas crecen para compensar la inflación, que cerrará este año en el 8,5 %, coincidiendo con la estimación del Gobierno. Esta situación acarreará, aclara la Comisión, «mayores pérdidas de poder adquisitivo en los hogares». Solo se podrán recuperar parcialmente en el 2023, cuando los salarios podrían subir por encima del IPC (4,8 %).

Quienes no sufrirán serán las arcas públicas del Estado, que seguirán anotando altos ingresos gracias al extra de la inflación, la retirada de medidas de apoyo vinculadas a la pandemia, la fortaleza del mercado laboral y el endurecimiento de algunos tributos.

Déficit

Eso sí, este aumento del dinero disponible no compensará el enorme gasto previsto por el Gobierno español en sus Presupuestos. «La reducción del déficit se desacelerará», aclaran las autoridades europeas, quienes estiman que esa brecha entre ingresos y gastos apenas se reducirá del 4,6 % del PIB este año al 4,3 % el año que viene. El Gobierno cree que será capaz de llevarlo del 5 al 3,9 %. En cualquier caso, cuando se reactiven las normas de disciplina fiscal, España todavía estará por encima del umbral pactado del 3 % y aún no habrá recuperado la riqueza perdida desde la pandemia.

La reducción del déficit español se ralentizará a consecuencia de «un escenario macroeconómico más débil», que pesará sobre el crecimiento y los ingresos. Por eso, en tales circunstancias, Bruselas pone el ojo en el gasto público primario —el que no está vinculado a las inversiones productivas—. Se trata de una preocupación que viene de lejos. En multitud de ocasiones, el Ejecutivo español ha sido advertido por priorizar el gasto en el colectivo de pensionistas por encima de otras necesidades financieras y sociales más acuciantes.

Pensiones

La Comisión reconoce de forma explícita que el empeño del Gobierno español subir las prestaciones de todos los jubilados en la misma proporción que el IPC dificultará el equilibrio de las cuentas: «Se espera que la revalorización de las pensiones conforme a la inflación pese de forma considerable en el presupuesto público». El coste estimado alcanzará el 1,4 % del PIB, unos 18.000 millones de euros.

¿Cuál es el esfuerzo que tendría que hacer España para cumplir con el objetivo de déficit del 3 % en el 2024? De acuerdo al vigente Pacto de Estabilidad, el Gobierno tendría que acometer recortes o subidas de impuestos por casi 16.400 millones de euros. No obstante, Bruselas ha propuesto diseñar planes de ajuste por países y más graduales.