Volkswagen acepta los 400 millones del PERTE y Stellantis se queda con cinco

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M.MORALEJO

El grupo alemán pide más fondos, mientras el motor gallego sigue en ascuas

16 ene 2023 . Actualizado a las 19:26 h.

Nadie esperaba que los rechazara, por eso la aparición ayer del presidente de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, anunciando en el último día de plazo que acepta los cerca de 400 millones de fondos europeos, vía PERTE del vehículo eléctrico y conectado por cortesía del Gobierno de España, fue percibido ayer por el sector gallego como un gesto de prepotencia del grupo alemán, que lejos de conformarse, reclama una nueva remesa de ayudas.

Cierto es que Volkswagen, matriz de Seat, lidera el mayor proyecto de inversión del automóvil en España: 10.000 millones de euros para construir, entre otros planes, una gigafactoría de baterías en Sagunto. Por eso cuando Griffiths se refirió a los 397,37 millones aceptados como «un primer paso en la búsqueda de soluciones», en realidad lo que estaba haciendo era presionar al Ejecutivo, lanzando el mensaje de que el consorcio que encabeza la filial de Volkswagen espera aún que se concreten más ayudas públicas regionales y estatales para ejecutar su plan de inversiones.

El grupo alemán sabe que la estrategia de presión le funciona. Hace apenas un mes amenazó con no llevar adelante su proyecto después de que la resolución provisional de las ayudas y subvenciones del PERTE, solo le concediese 167 millones.

 Tras la pataleta, el Ejecutivo más que duplicó la suma y ahora Volkswagen, en un acto de condescendencia, anuncia que la acepta, cuando, en realidad, y según el Ministerio de Industria, todos los grupos inversores cuyos proyectos entraron en el PERTE y fueron aprobados han aceptado las ayudas concedidas. Todos excepto Ford, que tuvo que renunciar a 106 millones que se le habían concedido ya que, al retrasar sus planes para Europa, no cumplía con los objetivos temporales marcados en el PERTE; y el proyecto para construir una planta de baterías en Extremadura, que fue rechazado en la primera convocatoria.

También Stellantis Vigo ha aceptado la ayuda otorgada al proyecto Aries que encabezaba junto con la planta de Madrid y otras 24 entidades (15 empresas y 9 organismos de investigación) y proveedores de tecnología y conocimiento asociados en 26 proyectos conjuntos.

Para la inversión presupuestada de 43 millones de euros (22 millones corresponden a las plantas de Vigo y Madrid de Stellantis), Aries ha recibido una ayuda de fondos europeos vía PERTE de 15 millones de euros, de los que apenas un 30 % se quedarán en la planta de Vigo, lo que reduce los fondos recibidos a 5 millones de euros.

¿Que va a hacer la multinacional con esos 5 millones? No mucho. En teoría, «preparar la cadena industrial para la producción de la nueva generación de coches eléctricos que deberá de empezar a fabricar a partir del 2026».

Pero, para esa fecha, la planta gallega de Stellantis tendrá que tener instalada una nueva plataforma de producción, que requiere una inversión de 600 millones de euros, para los que, de momento, el grupo que dirige el portugués Carlos Tavares, no ha conseguido ayuda alguna del Gobierno.

Su exclusión del primer PERTE es motivo de preocupación para un sector del que viven en Galicia 28.000 familias, sumando Stellantis y la red de más de 120 proveedores de componentes, la mayor parte de ellos, multinacionales de matriz extranjera. El próximo día 21 de noviembre será una fecha clave, porque es cuando está previsto que se reúna por segunda vez la comisión creada en Madrid con la participación del Ministerio de Industria, Xunta y Stellantis, para evaluar el proyecto y las vías de acceso a ayudas de los fondos europeos.

 Un segundo PERTE

Lo que está sobre la mesa es la convocatoria de un segundo PERTE del vehículo eléctrico y conectado para el primer trimestre del 2023. Hay que recordar que Volkswagen es quien recibirá el mayor importe de ayudas del PERTE, en concreto, el 45 % de los fondos repartidos por el Ejecutivo, que asciende a 877,22 millones de euros después de la resolución definitiva. Es decir, apenas un 29,4% de los 2.975, lo que ha llevado a que el Gobierno decidiese sacar adelante una segunda convocatoria para conceder nuevas ayudas.

Alemania prohibe la venta de dos fábricas de microchips a China 

Alemania ha prohibido la venta de dos fábricas de semiconductores a China por cuestiones de seguridad. El Gobierno federal la adquisición de la firma Elmos, con sede en Dortmund, por parte de un inversor chino, así como la entrada de otro procedentes también del gigante asiático en una segunda empresa, cuyo nombre no quiso especificar ayer el ministro germano de Economía, Robert Habeck, tras una reunión del Gabinete del canciller, Olad Scholz.

Varios medios alemanes revelaron, sin embargo, que la firma bávara ERS Electronics es la segunda empresa en la que se habían interesado desde China. «Se trata de salvaguardar y proteger la seguridad del orden en Alemania», afirmó el político verde a la hora de argumentar la prohibición dictada por el Ejecutivo de Berlín. Habeck subrayó que determinadas áreas productivas de la industria alemana deben ser protegidas de manera especial. «Precisamente en el campo de los semiconductores es importante para nosotros defender la soberanía tecnológica y económica de Alemania y Europa», comentó el vicecanciller federal.

Alemania tiene una economía de mercado abierta y las inversiones extranjeras, también las procedentes de fuera de la UE, son bienvenidas, «pero una economía de mercado abierta no es una economía de mercado ingenua», sobre todo con China, dijo Habeck, para el que Pekín persigue «una actuación consciente y estratégica» en el campo de los semiconductores con el fin último de «controlar la producción global».