La catalana Virginia Guinda se enfrentará a Garamendi por la presidencia de la CEOE

l. palacios MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Ricardo Rubio | EUROPAPRESS

Afirma querer convertir la CEOE «en una pieza clave para el avance del país».

04 nov 2022 . Actualizado a las 18:11 h.

«Soy Virginia Guinda y me presento a las elecciones de la CEOE». Con esta frase la empresaria catalana del sector del papel y vicepresidenta de Foment del Treball dio definitivamente un paso al frente y oficializó este viernes ante los medios de comunicación su candidatura a disputar a Antonio Garamendi la presidencia de la patronal en los comicios que se celebrarán el próximo 23 de noviembre. Lo hace porque quiere una CEOE más participativa, más propositiva, con más capacidad de escucha dentro de la propia organización, con más diálogo social y con más influencia no solo en el Gobierno sino en todos los partidos políticos que forman el arco parlamentario, para así convertirla «en una pieza clave para el avance del país».

Guinda, que en ningún momento hizo una crítica explícita a su rival ni a los acuerdos alcanzados con el Ejecutivo bajo su presidencia, se mostró partidaria de implantar un salario mínimo a la carta, subir los sueldos con carácter general (aunque rechazó dar siquiera una horquilla de incremento) y modular la reforma laboral aprobada recientemente. Sin embargo, no quiso entrar demasiado en su hoja de ruta ya que dejó claro que no la decidirá ella, sino que será consensuada con la pluralidad de organizaciones que coexisten en la CEOE, ya que su objetivo prioritario es dar «más voz a las bases».

Por ello, en caso de alzarse con la victoria, la empresaria catalana avanzó que durante sus primeros cien días comenzaría un proceso de escucha «de abajo a arriba» para elaborar de forma conjunta y activamente su plan de acción. «Se tiene que escuchar de manera más activa para identificar los problemas y decidir las soluciones», dijo a modo de reproche hacia la actual dirección.

«No podemos limitarnos a responder a los diálogos que se nos plantean, sino que tenemos que ser capaces de identificar cuáles son las materias importantes que tenemos encima de la mesa y todos aquellos temas que preocupan a las empresas», defendió, en cualquier caso.

Y, entre esas preocupaciones, están los salarios. En este sentido, la empresaria catalana afirmó con rotundidad que, en este escenario de elevada inflación, las remuneraciones de los trabajadores tienen que subir. «Evidentemente, los salarios tienen que subir, no conozco ningún empresario que no quiera incrementar salarios», indicó. Sin embargo, incidió en que no puede dar una cifra, ni siquiera una horquilla, ya que señaló de nuevo que «estos temas de vital importancia se tienen que debatir de una manera más profunda y amplia con las bases de la organización». «La capacidad que tenemos los empresarios de subir los salarios no es independiente: depende de cómo evolucionen las cotizaciones sociales y de qué impuestos y en qué conceptos vamos a tener que tributar», advirtió. También se mostró partidaria de «una visión más pragmática» del salario mínimo interprofesional, ya que, a su juicio, «no debería ser el mismo» y debería regularse en función del sector y de la edad del trabajador, algo por lo que también ha abogado Garamendi.

En lo que sí discrepó del actual presidente de la CEOE es en lo referente a la reforma laboral. Así, mientras Garamendi ha pedido que no se toque, Guinda sí quiere adecuarla a la situación actual. «Tenemos una oportunidad de abordar una nueva reforma laboral para actualizar la que tenemos ahora a un sistema productivo como el que tenemos ahora, con nuevos retos y necesidades de los empresarios», indicó.