La producción manufacturera española se hunde al mayor ritmo de la eurozona

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Martina Miser

La caída de los nuevos pedidos y la producción en el bloque apenas tiene precedentes en los últimos 25 años

02 nov 2022 . Actualizado a las 18:27 h.

España, y la eurozona, se asoman al abismo. Los nuevos pedidos y la producción en las fábricas se hundieron el pasado a un ritmo sin apenas precedentes en los últimos 25 años, según reveló este miércoles S&P Global. Solo el shock financiero del 2008 y la pandemia desencadenaron caídas tan bruscas. 

Su índice PMI, que mide la actividad manufacturera, retrocedió dos puntos en octubre en el conjunto de las economías del euro, hasta los 46.4 -por debajo de los 50 se considera que dicha actividad se contrae-. Un umbral que no se alcanzaba desde mayo del 2020, en plena pandemia y confinamiento. «Claramente, la economía manufacturera está en recesión», explican sus expertos. Y es que acumula cuatro meses consecutivos de retrocesos, lo que apunta a una desaceleración económica rápida y sostenida que podría empujar a las principales potencias del euro a la recesión a final de año. 

¿Cuándo se torció todo? Los primeros síntomas de que algo no marchaba bien se detectaron en junio. Los problemas en las cadenas de suministro y el temor de las empresas a quedarse sin stocks de bienes y materias primas empujaron a muchas a hacer acopio. Esa decisión de compra acelerada y la reducción de la oferta que desencadenó la guerra en Ucrania -especialmente de productos energéticos, que impactan a lo largo de todas las cadenas de producción, aumentando los costes-, han propulsado la inflación a unos niveles difíciles de soportar. Tanto para las fábricas -los costes operativos siguieron aumentando en octubre- como los hogares, que ya han empezado a guardar la cartera. «La caída de la demanda de los clientes fue un factor clave [...] El nivel de nuevos pedidos recibidos se desplomó en octubre, lo que refleja la reducción de la demanda en los mercados de la zona euro y en otras partes del mundo», señalan desde S&P Global. Por consiguiente, «la demanda de exportaciones también cayó drásticamente». Las ventas al exterior se están enfriando a marchas forzadas y muchas factorías a lo largo de todo el Viejo Continente están trabajando a ralentí. 

¿Qué pasará en los próximos meses? Los fabricantes de la eurozona auguran que la producción seguirá en declive «a lo largo de los próximos doce meses», según revela S&P Global.

España encabeza la destrucción de actividad 

En el conjunto de la eurozona, solo Irlanda sigue por encima del umbral de los 50 puntos. El resto de economías están sufriendo una contracción de la actividad en sus fábricas, con España en cabeza, donde el índice se ha hundido del 49 en septiembre al 44.7. Le siguen Alemania (45.1) e Italia (46.5). 

Desde mayo del 2020, la producción manufacturera española y los nuevos pedidos no alcanzaban umbrales tan bajos. Las caídas «severas y aceleradas» no han impedido que los fabricantes hayan vuelto a subir sus precios de venta «a una tasa históricamente elevada», debido a las facturas energéticas elevadas y el aumento de los precios de las materias primas.

Las compañías han reducido sus compras, y ya van cinco meses. La desconfianza en el futuro y la previsión de estancamiento económico ha motivado esa decisión, obligando a las fábricas a reducir la carga de trabajo y, consecuentemente, las plantillas. La destrucción de empleo se aceleró: «Las empresas respondieron recortando drásticamente la actividad de compras y los puestos de trabajo, especialmente debido a que estos momentos no se vislumbra un itinerario claro para la crisis», señalan los expertos de S&P Global. De hecho, la confianza se hundió a mínimos en casi dos años y medio. Por cuarto mes consecutivo, el nivel de empleo en las fábricas españolas se ha reducido y lo ha hecho a una velocidad que no se veía desde junio del 2020 «por una combinación de exceso de capacidad y pesimismo creciente respecto al futuro».

Ni siquiera se salvan las exportaciones. La economía española no podrá refugiarse en el mercado internacional para capear la crisis: «Los nuevos pedidos de exportación disminuyeron por octavo mes consecutivo, y lo hicieron a un ritmo considerable», apuntan los expertos en el informe.

Todavía está por ver el efecto de las subidas de tipos de interés que acometió el Banco Central Europeo (BCE) en los últimos cuatro meses. Los préstamos y créditos bancarios se están encareciendo, dificultando el acceso de las empresas a una mayor financiación. Si se corta el flujo de dinero a la economía real, el frenazo de la actividad podría agravarse en los próximos meses. Y eso podría ocurrir si, tal y como reconoció ayer la presidenta del organismo, Christine Lagarde, la institución acomete otra nueva subida acusada antes de final de año