Francia acepta recibir gas de la Península a través de un tubo submarino, no por los Pirineos

F. Fernández LA VOZ

ECONOMÍA

Horst Wagner | EFE

Acuerdo con España y Portugal para reforzar las interconexiones con el resto de Europa

20 oct 2022 . Actualizado a las 21:23 h.

El MidCat ha muerto. Viva el BarMar. Los presidentes de España, Francia y Portugal han llegado a un acuerdo para abandonar definitivamente el proyecto de gasoducto a través de los Pirineos (MidCat porque partía de Cataluña) para conectar la península ibérica con el resto del continente. Pero, a cambio, han decidido impulsar, de forma prioritaria, la construcción de un tubo submarino entre Barcelona y Marsella (el BarMar) para convertir esta ruta alternativa en un corredor ibérico de energía verde hacia Centroeuropa.

Los tres líderes sellaron el acuerdo, que aún hay que concretar en un proyecto con plazos y presupuesto, horas antes de entrar en la cumbre del Consejo Europeo que se celebra este jueves y viernes en Bruselas. Según ese pacto, el tubo se diseñará para el transporte de hidrógeno renovable, pero también, y de forma temporal, de gas natural.

Se desbloquea así el desarrollo de nuevas interconexiones gasistas desde la Península, que aglutina un tercio de toda la capacidad de regasificación de la Unión Europea: España tiene seis plantas operativas y una séptima que empezará a funcionar dentro de unos meses; mientras que Portugal cuenta con otra instalación más. Por tanto, puede importar más gas natural licuado que otros países. Además, tanto España como Portugal se perfilan como uno de los principales productores y exportadores de hidrógeno renovable por su importante capacidad de producción de energías verdes, con las que fabricar ese gas.

El acuerdo llega, además, en medio de fuertes presiones por parte de Alemania para reforzar cuanto antes las infraestructuras que aseguren el suministro de gas a Centroeuropa, la zona más vulnerable por los cortes en las inyecciones de hidrocarburo ruso.

Francia rechazaba de plano construir el MidCat. Su presidente, Emmanuel Macron, consideraba que la infraestructura no era necesaria, además de que sería cara y tardaría tiempo en construirse. Sin embargo, ahora acepta el gasoducto submarino entre Barcelona y Marsella. Macron celebró el acuerdo político y deseó que la infraestructura sea costeada con fondos comunitarios.

Fuentes del Gobierno informaron a Europa Press de que el proyecto alternativo al MidCat fue propuesto por España con el objetivo de vencer las reticencias galas y lograr un acuerdo. También explicaron que el nuevo gasoducto podría estar listo dentro de cuatro o cinco años.

El presidente español, Pedro Sánchez, destacó que el proyecto «acelerará el proceso de interconexión, es coherente con la transición verde y hace frente a la demanda de una mayor solidaridad ante el chantaje de Putin».

La creación de un corredor ibérico del hidrógeno renovable forma parte de la hoja de ruta marcada por la Comisión Europea para romper los lazos energéticos con Rusia, plasmada en el plan REPowerEU, donde también está previsto un gasoducto entre Barcelona y Livorno (Italia). Ese proyecto está incluido también en el plan estratégico 2022-2030 de Enagás, que no aclaró si se mantendrá o no este proyecto.

Alemania y los Países Bajos frenan el tope europeo al precio del gas

Una amplia mayoría de Estados miembros critican el «egoísmo» de algunos países y urgen medidas

O. Hernández

La unidad europea acabó convertida este jueves en un veinticinco contra dos. Las negociaciones para poner un tope al precio del gas en toda la Unión Europea (UE) enfrentaron a Alemania y los Países Bajos, que se niegan a una medida de este tipo, con la amplia mayoría del bloque, que pide limitar el gas «urgentemente». Los líderes europeos anticiparon que se trataría de una discusión larga que continuaría a altas horas de la madrugada. Y no se equivocaron. A su entrada, los líderes comunitarios apelaron a la unidad. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, insistió en que «un acuerdo es posible» para reformar un mercado energético europeo que «no funciona con normalidad».

Hace semanas que un bloque de quince países presiona a Bruselas para que ponga un tope a todo el gas que se importa al continente. La negativa de Alemania y Holanda, sin embargo, está frenando cualquier medida de topar el precio de esta energía. El presidente francés, Emmanuel Macron, hizo referencia a esta división entre socios, asegurando que esperaba que los mecanismos que contaban con un «amplio consenso» pudieran alcanzar «la unanimidad» durante el encuentro.

Ya en la cumbre informal de Praga, hace dos semanas, varios líderes se refirieron al «egoísmo» alemán, tras el anuncio de Berlín de un escudo de 200.000 millones para proteger a sus ciudadanos y empresas. Este jueves, el canciller alemán, Olaf Scholz, apuntó que aún hay muchas preguntas abiertas sobre los mecanismos para topar el gas. «El debate es cómo hacemos para bajar los precios y a la vez tenemos suficientes suministros», deslizó.

La falta de gas preocupa especialmente a los países del este y Europa central, ya que tienen más dificultades para encontrar vías de suministro alternativas. Por ello, Scholz defendió que un tope europeo al gas debe estar coordinado con «otros consumidores de gas, por ejemplo Japón y Corea del Sur, para que no compitamos unos con otros».

«Llegamos tarde»

En el otro extremo se situaron países como España, que reconocieron que el paquete de medidas propuesto por Bruselas «se queda corto». «Llegamos tarde», reconoció Pedro Sánchez. El dirigente lituano, Gitanas Nauseda, no descartó lograr un acuerdo sobre un límite al gas: «A veces estos compromisos se consiguen en el último minuto», subrayó.

Sobre la mesa también estuvieron el resto de propuestas de emergencia de Bruselas, entre las que se encuentra la obligación de que los países europeos llenen al menos el 15 % de sus reservas gasísticas a través de compras conjuntas. Es «absolutamente necesario mutualizar la demanda», defendió hace varios días la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que quiere utilizar el peso que tiene el bloque en el mercado para frenar los costes energéticos.

Los líderes europeos también debatieron sobre la creación de un mecanismo para corregir la excesiva volatilidad del mercado del gas. Y, a largo plazo, la UE se plantea desarrollar un nuevo índice de referencia para fijar el coste del gas alternativo al TTF holandés, que actualmente está elevando los precios. Con las reservas europeas casi llenas, el coste de la energía parece haberse estabilizado, pero todos los Estados miembros temen el aumento de los costes en primavera, cuando comience la temporada de reabastecimiento.