Teme otra subida de costes con la guerra en Ucrania
06 oct 2022 . Actualizado a las 13:36 h.El sector del transporte de mercancías por carretera afronta el otoño en Galicia cargado de incertidumbre ante una más que probable nueva escalada en los costes. Así lo asegura Myriam Otero, fundadora y secretaria general de Apetamcor. La asociación aglutina a más de 1.300 profesionales y cuenta con cuatro sedes en Galicia (Ourense, O Porriño, Santiago y Lugo). Con tres décadas de historia, acaba de ser premiada por el Ministerio de Transportes con el galardón Matilde Ucelay, en favor de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en el sector.
—Con cierta perspectiva, ¿qué lectura realizan del paro del transporte en Galicia?
—A nivel gallego creo que ha permitido visibilizar al transporte y concienciar a las empresas cargadoras de la necesidad de repercutir esta subida de costes, por el precio de los carburantes o la compra de vehículos. En Galicia no todas las empresas cargadoras lo han hecho, pero la mayoría han repercutido esas subidas aumentando los portes entre un 20 y un 30 %, porque eran conscientes de que el transporte no podía seguir trabajando a pérdidas. Nosotros queremos que los productos no suban de precio en el supermercado, pero es que el aumento de costes de la energía y en muchas materias primas a quién se le va a trasladar. El transporte no puede asumirlo y entiendo que las empresas cargadoras, tampoco.
—¿Salió el sector más unido tras esas protestas?
—Creo que ha estado bastante unido durante el paro y concienciado. Estábamos perdiendo mucho dinero porque la subida del combustible se produjo a una velocidad increíble y no se podía seguir trabajando a pérdidas. Se trasladó a las Administraciones la necesidad de regular el mercado de los combustibles. Ese paro hizo que el Gobierno fuese consciente de que se precisaban ayudas como las que se dieron en marzo y se completarán ahora con 1.250 euros para paliar el incremento del gasoil, además de la bonificación en el combustible para todos. Ahora vuelve a subir el carburante y estamos con una incertidumbre importante.
—¿Qué previsiones manejan para este otoño?
—Quiero ser positiva y espero que el sector siga siendo capaz de seguir trabajando bien, por lo menos, ganando lo necesario para que las empresas sean rentables. Pero también escuchas lo de que se tiene que acabar la guerra en Ucrania y entonces ya dependes de causas externas.
—¿Qué supone para Apetamcor recibir una distinción en materia de igualdad?
—Es un premio que nos permite dar visibilidad al sector. Nosotros fundamos Apetamcor como un proyecto social, cuarta economía, de apoyo al sector del transporte de mercancías por carretera. Nuestro objetivo siempre es ayudar al sector y este premio nos va a permitir tener más voz para defenderlo. Apetamcor tiene alma de mujer, porque nuestros marineros de tierra, que son los transportistas, tienen que dejar en manos de la mujer la gestión familiar y la de la empresa. Son sociedades muy atomizadas, la media es de entre dos y tres camiones. A pesar de ser un sector masculinizado, cuenta con las mujeres de su entorno. Las pymes están gestionadas por los dos. En nuestro caso, el 90 % del personal de gestión empresarial son mujeres y eso nos ha permitido ser considerados como un proyecto que fomenta la igualdad.
—¿Qué pasos han dado?
—Importantes, con jornadas intensivas para que las madres puedan conciliar. Tenemos permisos retribuidos para asistencia a hijos menores de 16 años y a mayores de 65. También tenemos cocinas en nuestras sedes para poder compatibilizar esa jornada intensiva. —¿Por qué sigue siendo testimonial la presencia de la mujer encima del camión?
—Es el gran reto, teniendo en cuenta la gran carencia de conductores. Hay que disponer de los mecanismos e infraestructuras adecuadas, que ahora no existen. Las áreas de descanso no son apropiadas para hombres y mujeres. En este sentido, también es importante la prohibición de que el conductor haga las operaciones de carga y descarga. Son situaciones que pueden permitir que la mujer tenga más peso en el sector.