Bruselas plantea extender la excepción ibérica a toda la Unión Europea

Olatz Hernández COLPISA

ECONOMÍA

XOAN A. SOLER

Se abre a imponer un tope a todo el gas usado para generar electricidad como medida de emergencia para frenar la escalada de precios

15 oct 2022 . Actualizado a las 20:05 h.

La Comisión Europea se abre ahora a la posibilidad de aplicar la denominada 'excepción ibérica' a toda la UE para frenar el precio del gas, disparado a causa de la guerra en Ucrania. Así se desprende de un documento al que ha tenido acceso este periódico y que servirá como base de las discusiones que tendrán lugar este viernes en el marco del Consejo extraordinario de Energía que se celebra en Bruselas. El Ejecutivo comunitario plantea como posible solución la imposición de un tope al gas que se use en la generación de electricidad para que ese precio no se traslade a todo el sector energético.

El texto apunta hacia un mecanismo «basado en la experiencia de los Estados miembro», que permitiría limitar temporalmente «la influencia de los elevados precios del gas» en el mercado eléctrico. Del mismo modo, destaca que la diferencia del coste de esa energía con el precio del mercado «será asumida por los países europeos» y que ello servirá para abaratar la factura eléctrica. Así, el Ejecutivo europeo busca «limitar la influencia de la manipulación del suministro ruso» y, al mismo tiempo, reducir los beneficios de Putin para financiar su guerra en Ucrania. Este mecanismo «solo puede funcionar» como parte de una «intervención integrada y coordinada» de todos los estados, incide el documento. La propuesta llega solo un día después de la carta enviada por una decena larga de países -incluida España- para limitar el precio del gas a nivel comunitario.

Reducción de demanda

El ahorro energético es en cualquier caso «parte fundamental» del plan de emergencia europeo. El continente aspira a reducir su consumo de gas en un 10 % respecto a los cinco años anteriores, para afrontar mejor este invierno y los siguientes. Esa reducción deberá ser obligatoria en caso de una alerta europea por un shock severo de suministro y se mantendrá durante las próximas campañas invernales. La Comisión espera lograr un acuerdo político para reducir el consumo de electricidad a nivel europeo en un 10 % y en un 5 % en las horas pico. Se espera que esta propuesta vaya acompañada de medidas de flexibilidad, que se adapten a la realidad de cada Estado miembro.

Hasta el momento, el esfuerzo de todos los países europeos ha permitido llenar las reservas de gas al 86,7 % de su capacidad. En caso de un corte total por parte de Moscú, la UE «podría afrontar» un invierno que no sea más frío de lo habitual.

De aquí en adelante, la UE apuesta por profundizar en las relaciones con «socios fiables» que suministren gas al bloque. En ese sentido, el continente ha pasado de importar el 40 % del gas de Moscú al 9 % y Noruega se ha convertido en el principal proveedor de Europa. La UE también confía en el nuevo gasoducto inaugurado esta misma semana que unirá el país nórdico con Polonia y Dinamarca y por el que podrían transportarse hasta 10.000 millones de metros cúbicos de gas al año.

El debate de los ministros de Energía europeos se centrará también en el límite a los beneficios de las energías inframarginales (la nuclear y el gas) y en el impuesto de solidaridad a las compañías de combustibles fósiles. La idea es que esos ingresos se utilicen para proteger a los consumidores y las empresas más vulnerables ante la crisis energética. La propuesta de Bruselas deberá contar con el visto bueno de los Veintisiete para poder aplicarse.