Unión inédita del naval gallego para optar a los 200 millones del PERTE

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

astilleros
XOAN CARLOS GIL

Se asocia a un gran proyecto estatal para diversificarse y reducir emisiones

16 jun 2023 . Actualizado a las 13:17 h.

Diversificación industrial hacia la producción de parques eólicos marinos, construcción de buques cero emisiones, evolución hacia un sistema de producción más sostenible y una mayor capacitación profesional. Son los cuatro grandes retos que tiene por delante el naval gallego, y para los que buscará apoyo en los fondos europeos del PERTE de la Industria Naval.

Dice el Gobierno que es un sector estratégico, pero no hay mucho que repartir, poco más de 310 millones para toda España (la automoción dispone de 3.900 millones), de los que, por peso en el sector, a Galicia le corresponden 200 millones de euros que tendrán que ir acompañados de otros 800 millones de inversión por parte de las empresas del sector. Y es ahí donde está el problema, porque aunque astilleros y auxiliares mantienen un buen nivel de actividad (con excepciones como la antigua Vulcano o Metalships, actualmente en venta), la fuerte competitividad internacional a la hora de adjudicarse pedidos, hace que los márgenes de beneficios para reinvertir, en general, sean limitados.

Pero la oportunidad de obtener ayudas es única y para acceder a ellas, por primera vez y sin que sirva de precedente, el naval gallego ha decidido unirse para poder concurrir a la convocatoria de ayudas con más garantías.

Es más, el sector gallego representado por el clúster Aclunaga y la patronal del metal, Asime, será parte importante de un proyecto tractor conjunto de ámbito estatal, que concurre a los fondos asociado a Pymar (pequeños y medianos astilleros), el centro tecnológico Soermar, el Foro Marítimo Vasco, además de Navantia y Siemens como socio tecnológico para garantizar que se adjudica el cien por cien de la ayuda disponible.

Necesidades reales

La escenificación de la unión del sector ayer en Vigo, protagonizada por el Clúster del Naval Gallego (Aclunaga) y la Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas de Galicia (Asime), organizaciones habitualmente distantes, se puede considerar un inédito gran paso adelante. Se habló de plazos, de proyectos, de necesidades, pero también hubo reproches al Gobierno por la fórmula de acceso a los fondos públicos europeos «porque no está adaptado a las necesidades reales de las empresas», afirmó el gerente de Aclunaga, Óscar Gómez, que lamentó la complejidad del PERTE, porque no tiene en cuenta «el momento actual». «Pero vamos a hacer un esfuerzo para que la gente se anime y participe. Requiere muchísima financiación y ese es el principal problema del PERTE», afirmó.

El secretario general de Asime, Enrique Mallón, aseguró que la industria esperaba mucho más del PERTE. «Realmente no representa para nosotros la oportunidad que creíamos hace unos meses, pero a pesar de ello vamos a intentar presentar proyectos y estar a la altura».

Para el Gobierno, el objetivo de este PERTE es incrementar la competitividad de la industria naval española en un 15 % y conseguir una tasa de crecimiento anual del sector del 9 %, contribuyendo a la creación de 3.100 nuevos puestos de trabajo, según el sector.

Los astilleros españoles finalizaron la primera mitad del año con una cartera de pedidos formada por 64 buques y 35 de ellos son de Armón, nuevos dueños de Barreras. Se trata de la mejor cifra de los últimos cinco años. Los constructores navales de Vigo tienen 13 contratos: cuatro de Freire, siete de Armón y dos de Cardama; y uno más que anota Nodosa en Marín.

Está previsto, según recoge la memoria descriptiva del PERTE, que tenga un impacto de 5.300 millones de euros en el producto interior bruto (PIB).

A por el buque cero emisiones, con propulsión a metanol, amoníaco o hidrógeno verde

Desde Bruselas han marcado las pautas a seguir para los astilleros y las auxiliares del naval que quieran beneficiarse de los fondos europeos para la recuperación, ya que la prioridad será avanzar en la reducción de emisiones.

Con esta hoja de ruta, los astilleros gallegos trabajan sobre proyectos financiables, que plantean sistemas de combustión alternativos, como el metanol, de cero emisiones; el amoníaco, valorado por su extraordinaria limpieza; o el hidrógeno verde, energía que ya se utiliza en proyectos de construcción actualmente, como el buque que está construyendo Armón Vigo para Balearia. A este sistema se suma también la pila de combustible, que ya se usa en maniobras de atraque de barcos, pero que necesita un mayor desarrollo.

Para optar a las ayudas otro de los criterios que puntúan favorablemente es la reducción de tripulación, mediante la introducción de sistemas de navegación inteligente y autónoma, como ya ocurre en la automoción. Y un criterio que también se valora es la modernización tecnológica de los materiales, con el objetivo de reducir pesos y alargar la duración de los barcos.

De los planes que han trascendido destacan el liderado por el astillero Nodosa, de Marín (Pontevedra). Fuentes del sector explican que el constructor trabaja en un proyecto junto a Siemens para la construcción de un remolcador propulsado con hidrógeno. En la iniciativa participan también la propia Pymar, la patronal del metal Asime, la Autoridad Portuaria de Marín, la Universidade de Vigo y varios grupos de ingeniería.