El precio de los alimentos no da tregua con la mayor subida desde 1994

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La leche subió un 25,6 %
La leche subió un 25,6 % Ricardo Rubio | EUROPAPRESS

La leche, los huevos y el aceite se han encarecido más de un 20 % en un año

14 sep 2022 . Actualizado a las 08:13 h.

Los hogares españoles han de lidiar desde hace meses con un constante encarecimiento del coste de la vida. Y lo peor es que la situación no tiene viso alguno de dar tregua a corto plazo. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó este martes los datos definitivos del índice de precios de consumo (IPC) de agosto. Si se analiza el dato global, el del conjunto de la cesta de la compra, parece que las cifras vienen con un pequeño respiro bajo el brazo. Porque la inflación se situó en el octavo mes del año en el 10,5 %, tres décimas por debajo del pico del 10,8 % alcanzado en julio. Galicia, por su parte, se erige como la sexta comunidad con la inflación más alta, un 11 %, lo que supone cinco décimas menos que en el mes precedente.

Otra buena noticia: agosto consiguió acabar con una racha de tres meses consecutivos de subidas en la tasa anual de la inflación. Pero rápido llega el jarro de agua fría, porque el dato publicado ayer supone una décima más que el 10,4 % que la institución vaticinaba hace unas semanas, cuando sacaba a la luz la cifra el IPC adelantado de agosto.

Y lo que es peor, el IPC general volvió a crecer a doble dígito por tercer mes consecutivo, asentándose en cifras que hasta hace poco parecían inimaginables. Detrás del (muy) leve respiro que dio la inflación con respecto al mes de julio se encuentran los carburantes. No había más que echar un ojo a los monolitos de las estaciones de servicio del país para darse cuenta de que llenar el coche en agosto suponía un susto algo más liviano que el de julio. Frente a los más de dos euros que exigía cada litro de combustible a comienzos de la época estival, en el octavo mes del año esta factura bajaba a los 1,7 euros.

Casi tres décadas

Si antes eran las gasolinas las que mantenían la tensión de precios, ahora los principales culpables son la luz y la comida. Tal y como explican los expertos del INE, los alimentos y las bebidas no alcohólicas cuestan un 13,8 % más que hace justo un año. La cifra vuelve a convertirse en todo un hito, porque es la más alta desde el comienzo de la serie histórica, en enero del año 1994.

Especialmente preocupante es bucear en el detalle de algunos de los productos. Porque los que más tiran de la inflación son algunos de los básicos e indispensables en cualquier cesta de la compra. La leche ha subido más de un 26 % en los últimos doce meses, mientras que las harinas y otros cereales cuestan un 39 % más que hace un año. Vestir la mesa con cualquier tipo de carne también exige un importante sobreesfuerzo. La de cerdo es casi un 10 % más costosa que en agosto del 2021, mientras que la de pollo ha visto elevarse su precio un 18 %. Por no hablar de los huevos, cuyas etiquetas marcan ahora cifras un 22 % más altas.

La comida no es la única que alimenta al fantasma de la inflación. La electricidad se ha encarecido en el último año un 60,6 %. Y eso teniendo en cuenta las rebajas impositivas puestas en marcha por el Ejecutivo para tratar de moderar la factura. Porque si se descontaran estas ayudas, la subida interanual del precio de la luz sería del 75,3 %.

La subyacente sigue al alza

Los peores augurios volvieron a venir de la mano de la inflación subyacente, que en agosto alcanzó un nuevo máximo: es la tasa más alta desde enero de 1993. Este indicador, que excluye el comportamiento de los precios de la energía y de los alimentos frescos por ser los componentes más volátiles, subió en términos interanuales un 6,4 %, confirmando así que el encarecimiento se ha extendido como la pólvora afectando ya a prácticamente todas las partidas de la cesta de la compra.

El Gobierno se afanó este martes en dar muestras de que la luz al final del túnel ya empieza a vislumbrarse. El Ministerio de Asuntos Económicos que capitanea Nadia Calviño aseguró que la senda de desaceleración del IPC «debería seguir en los próximos meses».

Pero muchas familias requieren medidas inmediatas. Los expertos ya han comenzado a ver importantes cambios en los patrones de consumo y alimentación, con una mayor simplificación e incluso reducciones en los menús. La parte morada del Ejecutivo sigue insistiendo en la necesidad de que las grandes distribuidoras pongan más de su parte para tratar de embridar una inflación desbocada. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón se reunieron este lunes con representantes del sector para pedirles más esfuerzos. Una de las medidas que Díaz y Garzón pusieron sobre la mesa pasa por una cesta de productos básicos cuyos precios se mantengan congelados hasta, al menos, después de Navidad. Una propuesta que se topó con el rechazo tajante por parte del sector. La gran distribución asegura que lleva ya un tiempo trabajando para contener los precios. Y así lo secundaron también desde Kantar. Según un estudio publicado ayer por la consultora, gran parte de los distribuidores y fabricantes han conseguido que determinados productos y categorías no trasladen todo el efecto de la inflación al consumidor. En concreto, seis de cada diez productos han aumentado su precio medio por debajo del nivel del IPC.