El Banco de España alerta del impacto del ocio y la vivienda sobre la escalada de la inflación
ECONOMÍA
La imparable subida de precios no es algo exclusivo del 2022 ni tampoco del efecto de la crisis energética. La inflación subyacente —la más persistente, al excluir los precios de los alimentos frescos y de la energía—, se incrementó un 5,3 % en España entre julio del 2019 y julio del 2022. Así lo expuso ayer el Banco de España en un informe en el que analiza, a través de distintos subíndices, los culpables del alza de precios en este período que engloba la pandemia. La conclusión es clara: vivienda y turismo son los componentes que más han pesado en esa tendencia que ya se traslada a la general.
El organismo se muestra especialmente preocupado por la contribución del subíndice de «ocio, restauración y turismo», indicando que explica 1,6 puntos porcentuales de la inflación de julio, frente a solo un punto que supone en la media de la zona euro. No se trata solo de que este sector pese más en la cesta española. El supervisor deja claro que el país también ha sufrido «un mayor incremento de los precios en el último año». El problema es que esta subida en los componentes más estables de la inflación es incierta. «Dependerá de la evolución de la guerra en Ucrania», indican los economistas.
Contención salarial
Así, el Banco de España vuelve a hacer un llamamiento a la contención salarial y de los márgenes empresariales, anticipando que «la notable pérdida de poder adquisitivo» moderará la demanda agregada y el dinamismo de los precios. En este sentido, desde el Banco de España anticipan que los altos niveles de inflación «persistirán durante más tiempo del previsto». Así lo puso también ayer de manifiesto el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán que aprovechó una presentación en la Bolsa de Madrid para volver a poner de manifiesto las dudas que persisten en torno a la recuperación económica.