Crisis en Alemania: el Bundesbank anticipa una inflación del 10 % y una contracción económica

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

ECONOMÍA

SASCHA STEINBACH | EFE

Los altos precios de la energía y los problemas en las cadenas de suministro ahogan la industria germana

22 ago 2022 . Actualizado a las 17:29 h.

Se ciernen nubarrones sobre Alemania. Su economía se enfrenta a una posible recesión, precedida de altos niveles de inflación, según ha revelado este lunes el Bundesbank (banco central alemán) en un informe del mes de agosto que va en la línea de lo anticipado por el MEDE el pasado día 10. 

Los altos precios de la energía, ahora que Rusia ha reducido al mínimo el bombeo de gas, y los problemas que acumulan las cadenas de suministro están ahogando la industria alemana, hasta tal punto que, según el informe recogido por Efe, es altamente probable que la economía se contraiga en la segunda mitad de este año. Además, la inflación, que hoy se sitúa en el 8,5 %, alcanzará el 10 %. 

Las cosas no pintan mejor para el 2023, cuando Alemania podría entrar en recesión en el primer trimestre del año, según los expertos. 

Estancamiento

Ya en el segundo trimestre de 2022, la economía germana pisó el freno. Se estancó a causa de los efectos en cadena de la guerra en Ucrania. Eso sí, según el Bundesbank, en primavera la demanda contribuyó de forma positiva. Por el contrario, no ha habido una recuperación notable en las inversiones en equipos debido a la incertidumbre existente sobre las perspectivas económicas y a los problemas en las cadenas de suministro que afectan a la industria. Las inversiones en el sector de la construcción tuvieron incluso una caída clara, añaden los expertos del banco.

La incertidumbre persistente y el alto nivel de inflación deben haber llevado, según estimación del Bundesbank a falta todavía de cifras oficiales, a que el estancamiento se haya prolongado durante los meses de verano. 

«Además, las preocupaciones sobre una amenazante escasez de gas en invierno reducen el ánimo de consumo», dice el informe, en alusión a los problemas de suministro que acechan a Alemania, dependiente en gran medida de los envíos procedentes de Rusia.

Los altos precios de la energía y las preocupaciones por una escasez de gas también han afectado al ánimo empresarial, como lo muestra el índice del Instituto Ifo, que tuvo una clara caída en julio con respecto al mes anterior.

Todo ello, además, puede verse reforzado por factores que probablemente tengan un efecto inflacionario, como el aumento del salario mínimo y la caída del euro frente al dólar, encareciendo la producción y las importaciones. 

Espiral inflacionaria

Asimismo, la inflación mezclada con la escasez de mano de obra en determinados sectores puede llevar a que se produzcan acuerdos salariales que sean una carga para las empresas y a que a su vez, por su efecto en la demanda, se conviertan un factor inflacionario.

Con ello Alemania estaría ante el peligro de entrar en una espiral en la que la inflación fuera respondida con alzas salariales significativas que, a su vez, se pueden convertir en un motor inflacionario.

También en el mercado laboral los problemas han dejado huella y la recuperación registrada tras el fin de las restricciones para combatir la pandemia ha perdido ímpetu. Sin embargo, el empleo sigue aumentando y la herramienta de la jornada reducida se usa en pequeña escala.

Aunque el desempleo ha crecido desde junio del 2022, esto se atribuye ante todo al hecho de que los refugiados ucranianos han sido incluidos en las estadísticas de la seguridad social.

 España se libra, de momento

¿Puede España seguir sus pasos? Por el momento, la energía que las comercializadoras compran en el mercado para distribuir a sus consumidores en España es tres veces más barata que la alemana y eso se nota en la factura de empresas y hogares. La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha descartado la posibilidad de que la economía española entre en recesión «en el horizonte inmediato», aunque ha reconocido que podría descarrilar en algún trimestre, según apunta Europa Press, por el impacto indirecto que podría tener un corte del gas ruso a Alemania. 

«Nosotros no vemos en el horizonte inmediato una recesión en España ni muchísimo menos. Vamos a crecer el 4 % este año y para el 2023 se esperan tasas en torno al 2 %, punto arriba, punto abajo», ha señalado. 

Aunque el punto de partida de España es mejor que el de otros países, dado que no se prevé que vaya a haber desabastecimiento energético, la subgobernadora ha explicado que la subida del precio de la energía está provocando que la inflación también suba en España.

En este escenario, el Banco de España considera que lo más eficaz es que exista «un pacto de rentas, tanto de salarios públicos como privados, cuanto más amplio mejor, de todos los agentes sociales». Según ha apuntado Delgado, los salarios deben subir «un poco por debajo de la inflación» y las empresas deben evitar repercutir totalmente sus aumentos de costes en los precios finales, lo que implica una reducción temporal de sus márgenes.

«Este pacto debería evitar que se desencadene una espiral inflacionista que se realimente en precios y en costes. En definitiva, todos tenemos que apretarnos el cinturón. Si no lo conseguimos, entraríamos en una espiral inflacionista con perniciosas consecuencias para el crecimiento económico del futuro», ha advertido.

Recortes o subida de impuestos en el 2023

Además, de cara al inicio de las negociaciones sobre el Presupuesto de 2023, el Banco de España aboga por un plan de consolidación fiscal en el medio plazo que ofrezca «algún grado de certeza» de qué va a ocurrir con la deuda pública, que se situará en el 115 % del PIB. «Nuestros niveles están por encima de lo que se espera de la cuarta economía de la Unión Europea y me gustaría que volviéramos a una senda más moderada por la vía de los gastos y de los ingresos, de los dos», ha apostillado.