El menú del día llega a los 15 euros en Galicia y deja sin efecto el tique comida

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

La subida ya no cubre la deducción en el IRPF para asalariados y autónomos

13 ago 2022 . Actualizado a las 19:32 h.

Comer fuera de casa a diario siempre sale más caro, aunque la opción elegida sea un establecimiento que tenga menú del día, es decir, una oferta reducida de platos (dos primeros, dos segundo, bebida y café o postre) que no permite mucha más elección y cuyo coste es fijo y más económico que una selección hecha a la carta.

Es la alternativa a la que recurren muchos trabajadores, bien sea porque su actividad les obligue a desplazarse para realizar un servicio, bien porque tienen su trabajo diario lejos de su domicilio. Pero también la de jóvenes que estudian fuera de casa y la de personas que viven solas, especialmente jubilados.

Para todos ellos, el gasto en comida se convierte en un coste más relevante, que no ha parado de subir en los últimos meses hasta alcanzar, en el caso de Galicia, el mayor incremento de los registrados en el conjunto de España. Así lo demuestra la encuesta de 611 entrevistas elaborada por Hostelería de España y Edenred, la empresa que gestiona los tiques de comida o ticket restaurant. La primera conclusión es que el precio medio del menú del día en España se sitúa este año en 12,8 euros, un 9 % más que en el 2016, cuando fue de 11,7 euros.

Pero es que la comunidad gallega registra el mayor incremento en la comparativa, según este estudio, que lo sitúa en un 16,4 %, seguido de los de la Rioja (15,7 %), País Vasco (12,5 %), Cataluña (10,8 %) y Madrid (10,4 %), en relación al 2016.

Los precios medios analizados en las diez principales ciudades españolas se sitúan por encima de los 13 euros, cuando hace cinco años eran de 11,9. Pero en el caso de Galicia, la escalada de precios se hace más perceptible, con tarifas que llegan a los 13,9 y 14 euros en restaurantes de los centros urbanos de Vigo, A Coruña o Santiago, y precios medios de 12 euros en el conjunto de las siete principales ciudades si se trata del menú del día (dos platos, bebida y postre o café). Y es que, ante esta deriva inflacionista, la mayor parte de los establecimientos ofrecen a sus clientes una alternativa más económica, que consiste en un plato único, bebida más postre o café, a precios medios de 9 euros.

Las subidas de la electricidad y de las materias primas son las principales causas de este incremento generalizado. «El coste de los productos varía entre el 25 y el 40 % del total de los costes para el empresario», aclara la encuesta.

Con todo, la horquilla de precios es tan grande como las opciones culinarias. «Si alguien encuentra un menú del día completo por menos de 9 euros, que se cuide mucho y desconfíe de lo que está comiendo», afirma un camarero de La Pasiva, en Vigo, que cobra el menú completo a 9,90. «Nuestra oferta es de 13 euros menú completo y no se está aplicando toda la subida que sería necesaria para compensar lo que han subido los precios de los alimentos y de la energía», aseguran desde el restaurante Tres Luces, también en Vigo.

 Imposible no repercutir

En algunas calles del casco viejo de Santiago de Compostela se pueden ver carteles de menú del día a 15 euros, inducidos por el factor turístico, como ocurre en las zonas de más afluencia de visitantes de las ciudades gallegas, pero la media se sitúa entre los 12 y los 13 euros. «Los huevos han subido, el pescado ha subido, la carne ha subido, las hortalizas, la fruta, las bebidas y hasta el café. Es inevitable repercutirlo, y aún habrá que hacerlo más», afirma un trabajador de La Cavita.

El desembolso, cada vez mayor, hace que los tiques comida, que permiten a los trabajadores asalariados deducirse en el IRPF 11 euros al día por gastos de manutención, queden diluidos en la inflación. Lo mismo ocurre en el caso de los trabajadores por cuenta propia. La Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo lleva años permitiendo que los profesionales se deduzcan los gastos de su dieta diaria, 26 euros al día en España y 48 en el extranjero. Además, recientemente, el Tribunal Supremo avaló también que se puedan deducir los gastos de comidas con clientes. «Pero el incremento de las tarifas hace que estas bonificaciones, que ya habitualmente son difíciles de justificar para poder deducirlas, queden muy mermadas», explican desde la asociación UPTA.

 Del café mañanero a la caña de la tarde, el terraceo se encarece y las tapas se reducen

Puede que quede algún lugar en Galicia en donde todavía se pueda tomar un café por un euro, pero no será en un centro urbano y mucho menos en una terraza. La tarifa mínima por una taza pequeña se sitúa entre 1,20 y 1,50 y de ahí para arriba en función de la zona. Lo mismo ocurre con el zumo de naranja, que llega a los 3 euros en terraza, o una simple caña que no baja de 1,80 o 2 euros, acompañada, en el mejor de los casos de maíces fritos, porque las tapas gratis también se acaban, y tiene explicación. «El pan ha subido un 10 %, los huevos el 60 %, el aceite para freír, da igual girasol que oliva, un 100 %. Ya ni te cuento la factura eléctrica. El que quiera una tapa de tortilla va a tener que pagarla», afirma Sergio, propietario del América, un bar vigués de barrio.

En todo caso, la OCU, organización de consumidores, alerta a los clientes, porque bajo el paraguas de la inflación hay quien se aprovecha. Advierte de que no está permitido cobrar el suplemento de consumir en terraza, a excepción de que se indique claramente en la carta. Tampoco es legal cobrar por el servicio de mesa o por cubierto.

La organización también explica que el pan puede cobrarse si el cliente lo ha solicitado y se informa del precio. Y también recuerda que el establecimiento tiene que avisar con antelación al cliente sobre la existencia de una cifra mínima para consumir y un tiempo máximo de estar en una terraza en función de la consumición, ya que muchos locales empiezan a limitar el tiempo de permanencia. Añade que la carta debe mostrar los precios definitivos, con IVA incluido. Una cosa más: bares y restaurantes deben tener disponibles envases para que el cliente pueda llevar los restos de la comida, si bien pueden cobrar por el recipiente advirtiendo al cliente con antelación.