La sequía amenaza con suspender la navegación por el Rin y estrangula el tráfico de mercancías

J. C. Barrera BERLÍN / COLPISA

ECONOMÍA

SASCHA STEINBACH | EFE

De los 10.000 barcos de carga que navegan por los ríos europeos, muchos se encuentran parados por el bajo nivel de las aguas

11 ago 2022 . Actualizado a las 19:31 h.

La permanente sequía y las insólitas altas temperaturas que se registran en Alemania amenazan con la suspensión de la navegación fluvial, vital para el transporte de mercancías y el abastecimiento de las centrales térmicas de carbón, lo que agrava la ya de por sí precaria situación energética de la primera economía de la UE. En el Rin, que cruza el país de sur a norte, la situación es crítica. En algunos puntos, la anchura de la principal arteria fluvial de Alemania se ha reducido a la mitad y su profundidad ha caído estrepitosamente, hasta el punto de que es posible vadearlo sin mojarse más allá de la cintura. La caída del nivel de las aguas ha obligado a reducir la carga de los barcos hasta un 30 % de lo habitual para evitar que encallen.

A la altura de Kaub, a medio camino de su curso desde Suiza a Holanda, el Rin se encuentra en mínimos históricos. «Según las predicciones nos aproximaremos a unos niveles de agua de tan solo 30 centímetros a principios de la semana próxima. En ese momento se deberá suspender inevitablemente la navegación fluvial», señaló este jueves Bastian Klein, científico de la Oficina Federal de Hidrografía (BfG), quien comentó que el trayecto dragado navegable a esa altura es de poco más de 1,5 metros y casi insuficiente.

Alemania dispone de una red fluvial y de canales de 7.350 kilómetros, de los que una buena parte se encuentran amenazados de cierre, algo que sucede ya en el Elba desde Hamburgo río arriba. Especialmente afectado se encuentra el transporte de gasoil para calefacción, lo que podría dar lugar a un desabastecimiento en otoño.

La Confederación Alemana de Navegación Fluvial (BDB) destacó que una buena parte de los 10.000 barcos de carga que navegan por ríos, lagos y canales europeos, 2.000 de ellos bajo bandera germana, se encuentran anclados ante los problemas que registra el sector por el bajo nivel de las aguas. En Luxemburgo y la vecina región alemana de Tréveris sufren ya el desabastecimiento de productos y materias primas que habitualmente llegan por el Mosela, afluente del Rin. Las dificultades para la navegación han hecho además triplicarse los precios de los portes por la alta demanda y la reducida oferta y capacidades.