Las pymes españolas activan planes de contingencia por el incremento de los costes

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

ECONOMÍA

CAPOTILLO

Solo cuatro de cada 10 empresas han trasladado las subidas al precio final que cobran a los clientes

01 ago 2022 . Actualizado a las 11:13 h.

La inflación no da tregua. Ni tan siquiera en la época estival, tradicionalmente más relajada para empresas y negocios. Los costes de producción todavía se sitúan en umbrales inusualmente altos y muy difíciles de recordar en las últimas décadas. Eso está empujando a buena parte del tejido productivo a tomar medidas de contingencia para sobrellevar los próximos meses. 

Es el caso de las pequeñas y medianas empresas (pymes), que integran el 98 % de la telaraña empresarial española. Según su principal patronal, Cepyme, la gran mayoría están activando sus propios planes para hacer frente al fuerte incremento de costes. Un alza que está reduciendo los ya escasos márgenes de beneficio con los que contaban en comparación con empresas del mismo tamaño de países vecinos, como Francia o Alemania. «El encarecimiento de la energía, sumado especialmente al fuerte aumento de los precios de las materias primas, merma la capacidad de producción y de funcionamiento de las pymes españolas», ha señalado la asociación, según recoge Europa Press.

A los empresarios y propietarios de negocios no les ha quedado otra alternativa que adaptarse, desde ajustando horarios de trabajo para coincidir con la horas en las que la energía está más barata hasta reestructurando planes de producción, e incluso recurriendo a cierres temporales parciales o totales de parte de sus cadenas, y ajustes de stocks.

Todos estos movimientos están teniendo repercusiones en el mercado de la energía. La demanda convencional de gas, tanto entre los hogares como entre las pymes, ha caído un 13,8 % en junio respecto al mismo mes del año pasado y un 4 % en el acumulado del año, según datos de los operadores del sistema. Esta misma tendencia se observa en el consumo de energía eléctrica, lo que revela una contracción de la producción debido al incremento de los costes que está afectando a las compañías, sin obviar que tradicionalmente en verano se reduce el consumo.

¿Cuáles son los sectores más afectados por el incremento de los costes? Cepyme apunta a los que son intensivos en uso de gas y electricidad, como la industria papelera, la metalurgia o la siderurgia, entre otros. Sin embargo, la asociación empresarial ha observado también que empresas de menor dimensión en el sector de la hostelería, la industria manufacturera y agroalimentaria, así como la agricultura y la ganadería también están poniendo en marcha planes de contingencia, debido a la caída de rentabilidad que está sufriendo la empresa por el generalizado aumento de costes que está dificultando la actividad normal de muchas pequeñas y medianas empresas.

Menos beneficios 

Cepyme ha señalado que las pequeñas y medianas empresas están manteniendo la actividad desde hace meses a costa de sus propios márgenes, teniendo en cuenta que el incremento de los costes totales, especialmente los suministros y la energía, es más rápido que el de las ventas. En el primer trimestre de 2022, los costes totales subieron un 23 %, mientras que las ventas aumentaron un 19,8 %. «Esta situación, que se está agravando conforme avanza el ejercicio, empeora los resultados de las compañías y deriva en un deterioro de la liquidez y de la competitividad de las empresas», ha advertido Cepyme.

Según datos del Banco de España, cerca del 77 % de las empresas ha experimentado un aumento adicional en sus costes de producción como consecuencia del encarecimiento de sus consumos intermedios, pero solo el 38 % lo han trasladado a precios finales.

A esto se suma que las empresas han visto recortados sus beneficios en 100.000 millones de euros entre los años 2020 y 2021 y en casi 7.000 en lo que va de año, según datos de Contabilidad Nacional.

Así, Cepyme ha reiterado su preocupación sobre los efectos de la inflación y alerta de que las pymes no podrán mantener la situación actual sin que se vea afectada su propia viabilidad y la creación de puestos de trabajo.

Por ello, la confederación ha insistido en la necesidad de que el Gobierno tenga en cuenta la situación de las empresas, el incremento de costes y la caída de la rentabilidad al adoptar medidas de política económica, que deberían tener como objetivo prioritario el impulso de la actividad productiva.