La UE se abre a rebajar su plan de ahorro de gas ante la oposición de ocho países

Olatz Hernández BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

JOSE PARDO

Bruselas amenaza con desviar metaneros desde España a otros estados

23 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La Comisión Europea se muestra dispuesta a discutir las líneas generales de su plan para ahorrar gas ante un posible corte de suministro de Rusia. «Entendemos que habrá un debate intenso porque la energía es un asunto crítico para todos los Estados miembros», reconoció ayer el portavoz del Ejecutivo europeo, Eric Mamer, tras conocerse la oposición de ocho países, entre ellos España, a la propuesta que plantea reducciones voluntarias del consumo de gas de hasta un 15 % hasta marzo, que se podrían convertir en un racionamiento obligatorio en caso de que la situación se agrave.

Bruselas insiste en que el plan no es un «todo o nada» y entiende que habrá un «intenso debate» en el Consejo Europeo que se celebrará la semana que viene. La medida debe recibir el apoyo de al menos 15 Estados miembros para salir adelante y, a día de hoy, los cálculos parecen muy ajustados.

España mostró su descontento desde el primer día al entender que se exige «un sacrificio desproporcionado». La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, insistió ayer en que la propuesta de la Comisión «no es la más eficaz» y destacó que el país podría contribuir de forma más eficaz aumentando su capacidad de exportación de gas.

En esa línea, la contrapropuesta española que Ribera presentará la semana que viene a sus homólogos de los Veintisiete consistiría en convertir a España en un «centro logístico» para transferir gas al resto del continente a través de gasoductos y buques metaneros. Actualmente, el país exporta una media de dos teravatios hora (TWh) de gas al mes y podría triplicar la cifra, hasta llegar a los 6,7 TWh.

Llenar las reservas

Ese volumen de exportaciones aportaría hasta marzo 5.600 millones de metros cúbicos de gas adicionales a la Unión Europea. Las reservas europeas se encuentran actualmente al 74 % de su capacidad y necesitan de 45.000 millones de metros cúbicos para llenarse. La propuesta de Bruselas apuesta por el ahorro energético para reforzar el almacenamiento de gas. Con la contraoferta de Ribera, sin embargo, España podría aportar el 13 % del gas necesario para que el bloque pueda afrontar con seguridad los próximos dos inviernos a pesar de un hipotético corte del suministro ruso.

El Gobierno ya estudia cómo incrementar su capacidad de exportación a través de las interconexiones por gasoducto a Francia —que mueven cerca de 7.000 millones de metros cúbicos al año—. También están sobre la mesa un proyecto de conexión pirenaica y un gasoducto submarino que conectaría la Península con Italia. Además, se estudia el envío de gas al puerto italiano de Livorno a través de metaneros que saldrían de Barcelona.

De este modo, España se muestra dispuesta a «ayudar a sus vecinos», pero sin que se le exija «un sacrificio desproporcionado», en palabras de Ribera.

Pero en Bruselas creen que hay margen para más, y que la energía que se ahorren en España sí podría llegar al resto del continente, pese a las limitaciones de las tuberías que transportan gas a Francia. «No es solo una cuestión de gasoductos entre la Península y la UE, sino también de redireccionar la energía, que podría eventualmente llegar a otros puertos y lugares», aseguró el portavoz de Energía del Gobierno comunitario, Tim McPhie, abriendo así la puerta a desviar metaneros con destino a las regasificadoras españolas a otros puertos de la UE. No hay que olvidar que Alemania ya ha anunciado que alquilará regasificadoras flotantes que empezará a poner en funcionamiento antes de que acabe el año.

«Las importaciones que no sean utilizadas por España y Portugal podrían llegar a otros», insistió McPhie, que recordó que España y Portugal, por su condición de islas energéticas, podrían pedir que se rebaje del 15 al 10 % el objetivo de reducción en el consumo de gas.

Los países en contra

Pero España no es el único país que ha mostrado su oposición al plan de ahorro. Su sentir lo comparten otros Estados del sur, como Portugal y Grecia, que coinciden en calificar el plan de Bruselas para racionar el gas de «insostenible» y «desproporcionado». Las autoridades griegas fueron más allá y aseguraron que «harán todo lo posible» por no adoptarlo.

En la reunión de embajadores previa al Consejo de la semana que viene, Italia, Chipre y Malta también mostraron su rechazo al plan de la Comisión, que incluye, entre otras medidas, limitar el aire acondicionado y la calefacción en los edificios públicos, así como incentivos para que las industrias utilicen energías alternativas al gas. Polonia y Hungría rechazan del mismo modo la iniciativa. El Gobierno de Viktor Orbán ha ido más allá y asegura que obtendrá el gas necesario de Rusia, con la compra de 700 millones de metros cúbicos adicionales. Además, insiste en que no exportará combustible al resto del bloque comunitario, tal y como exige Bruselas.

Mientras, y a falta de que las medidas se discutan entre los Estados miembros, el Ejecutivo comunitario defiende la necesidad de un plan de emergencia a nivel europeo. «La iniciativa del Consejo Europeo está basada en hechos. Existe un serio riesgo de un corte total del suministro ruso y las consecuencias las sufrirán todos los Estados. Es vital una respuesta común», destacó su portavoz.