España crecería la mitad este año si se produce un corte drástico del gas ruso, según el FMI

J. M. C. MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

HANNIBAL HANSCHKE | REUTERS

La decisión del Kremlin llevaría a Europa a la recesión, arrastrada por la dependencia de Alemania y otros países del este

19 jul 2022 . Actualizado a las 17:57 h.

Si Vladimir Putin decide cerrar de forma drástica, inesperada y sin contemplaciones el grifo del gas ruso que abastece a Europa, la economía del Viejo Continente estaría abocada a rozar la recesión. De hecho, los expertos apuntan a que esta contingencia traería consigo una caída del PIB, al restar 2,6 puntos porcentuales al crecimiento. La última previsión elaborada por Bruselas anticipaba precisamente que la UE crecería un 2,6 % este año, un alza que se vería completamente disipada si Rusia decide actuar con las peores consecuencias.

Esa es la conclusión a la que ha llegado el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un informe en el que también señala cuál sería ese impacto en el caso de España. La economía tendría que restar también 2,6 puntos porcentuales a su avance en el peor escenario posible —el más «adverso», como lo califica el análisis—, frente a la estimación de que el PIB crezca algo más del 4 % en el 2022.

De esta forma, España avanzaría solo la mitad con respecto al cálculo actual, aunque en el 2023 también entraría en recesión al verse arrastrada por toda la dinámica europea. El informe apunta varios escenarios, que suponen en todos los casos un recorte del crecimiento económico europeo. El más benigno implica una caída del PIB de tres décimas para España, y de casi medio punto para el conjunto de la Unión Europea.

En cualquier caso, el foco del informe centra su análisis en los países del centro y sobre todo del este de Europa, los más dependientes del suministro de gas ruso. El trabajo muestra que en algunos de esos territorios, como Hungría, la República Eslovaca y la República Checa, «existe el riesgo de que no se cubra hasta el 40 % de la demanda de gas» y de que su PIB «se reduzca hasta un 6 %». En el caso alemán, el peor escenario posible anticipa una caída del PIB de dos puntos y medio, aunque su efecto arrastre provocaría un terremoto económico en toda la UE.

Ante este panorama, el FMI indica que los impactos podrían mitigarse «asegurando suministros y fuentes de energía alternativas, aliviando los cuellos de botella de la infraestructura y fomentando el ahorro de energía» mientras se protege a los hogares vulnerables y se amplían los acuerdos de solidaridad para compartir gas entre países. 

Problemas de suministro

El organismo mundial que pilota Kristalina Georgieva anticipa que si Rusia corta de repente el suministro, fluirían más importaciones de otros territorios, como el gas natural licuado (el que llega vía metaneros) desde Noruega, el norte de África o Turquía.

Y vaticina lo que varios expertos vienen apuntando en las últimas jornadas: la solidaridad energética del oeste con el este. Esto es, de España o Italia con el resto de Europa. «Sería necesario invertir algunos flujos de tuberías de oeste a este», indica. Aunque advierte de los potenciales cuellos de botella que ya existen en los oleoductos actuales entre España y Francia, Italia y Europa Central, Europa Central y el sudeste de Europa, así como entre Alemania Italia. Además, anticipa «precios más altos» si la demanda va en aumento en los próximos meses, sobre todo si el invierno es mucho más frío de lo habitual. «Podrían aparecer carencias físicas y el mercado podría colapsar en países concretos», advierte, con lo que los Gobiernos deberían actuar con «regulaciones» del consumo.