Alarma en Alemania por el cierre de la tubería que bombea el gas ruso, que temen que sea definitivo

G. L. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

FILIP SINGER | EFE

El miedo a que la parada de diez días por mantenimiento derive en un corte total eleva el coste de la materia prima hasta los 175 euros

12 jul 2022 . Actualizado a las 08:28 h.

Si hay una arteria clave para la economía europea, esa es Nord Stream 1, el gasoducto que une la localidad rusa de Viborg, pegada a la frontera con Finlandia, con la alemana de Greifswald. Una tubería que en la madrugada de ayer dejó de bombear el gas ruso que alimenta a la industria germana y calienta los hogares del país. Sobre el papel, diez días de corte del suministro para realizar tareas de mantenimiento. Nada que no ocurra todos los años.

Claro que este no es un año cualquiera. Hace menos de un mes, la rusa Gazprom redujo en un 60 % el suministro que llega a Alemania a través de esta tubería, reduciendo las posibilidades de aprovechar el verano para llenar hasta los topes las reservas de gas y afrontar con más seguridad el invierno. El argumento que dio entonces el operador gasista ruso es que las sanciones impuestas a su país bloqueaban la entrega por parte de Canadá de unas turbinas necesarias para que el gasoducto funcionase a plena capacidad.

Este mismo fin de semana el Gobierno canadiense se comprometió a desbloquear el envío de las piezas, que serán entregadas a Alemania para que luego esta las haga llegar a Rusia. Un ejercicio de equilibrismo político que el Ejecutivo de Trudeau justifica en las dificultades a las que se enfrenta la economía germana si se produce un corte total del gas ruso.

Aunque desde el Kremlin han asegurado que si regresan las turbinas el gasoducto volverá a bombear a plena capacidad, en Berlín crecen las sospechas de que son solo excusas que, encadenadas, acabarán en un corte total del suministro. Temen, incluso, que este cierre temporal de diez días se convierta ya en definitivo. «Es difícil decir [si el suministro] volverá tras los trabajos de mantenimiento», afirmó ayer el ministro de Economía germano, el verde Robert Habeck, en una comparecencia en Praga.

Pese a ello, el Gobierno germano descarta de momento elevar el nivel de alerta de su plan de emergencia por la reducción del suministro de gas, que implicaría ya la intervención estatal en el mercado para regular el consumo. «A fecha de hoy la seguridad del suministro está garantizada», apuntó una portavoz del Ejecutivo, que sin embargo no quiso aventurar qué ocurrirá a partir del próximo día 21, cuando deberían finalizar las tareas de reparación del gasoducto. Y añadió que la situación es «tensa» y «muy seria».

Los efectos en la economía

La cuestión es clave en el país. No solo por la creciente ansiedad colectiva que está generando el temor a un racionamiento del gas durante el invierno, sino también por sus implicaciones para la economía. El corte total del suministro ruso podría llevar, según algunos analistas, a una recesión con caídas cercanas al 5 %. Y ya se sabe: cuando Alemania estornuda, toda Europa se resfría.

Además, no se trata de un problema exclusivo de los alemanes. Ayer mismo, Gazprom redujo sus envíos de gas a Italia y Austria, en un 35 y un 70 % respectivamente. En Francia, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, aseguró este fin de semana que el corte total de gas ruso a Europa es «el escenario más probable».

El gas, más caro

La sola sospecha de que Putin está dispuesto a cerrar definitivamente la llave del gas en toda Europa, y que el corte puede llegar antes de lo previsto, provocó una reacción en los mercados. La cotización del gas subió ayer, al inicio de la sesión, hasta el entorno de los 175 euros el megavatio hora (MWh), aunque por la tarde cayó diez euros por debajo de ese nivel.

Desde el pico de los 200 euros que alcanzó en las primeras semanas de la guerra, el precio del gas se fue enfriando hasta los 80 euros a mediados de junio. En solo un mes, esa cotización se ha duplicado.

Ribera pide a las comercializadoras que reduzcan las compras a Rusia

¿Cómo podría repercutir en España un corte total del gas ruso? La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, aseguró que el Gobierno se está preparando «para cualquier eventualidad de cara al otoño», que habrá de estar previstas en el plan de contingencia que se deberá presentar en los próximos días a la Comisión Europea.

Aunque el país tiene una menor dependencia de la materia prima procedente de Rusia, esta se ha incrementado desde el inicio de la guerra. En los seis primeros meses del año, el 10 % del gas que llegó a España lo hizo desde Rusia por barco, con un alza del 3,2 % respecto al primer semestre del 2021. El incremento fue especialmente acusado en junio, cuando las descargas procedentes de territorio ruso supusieron casi la cuarta parte del suministro, por encima de las que se recibieron desde Argelia (por tubería y por mar).

Mientras, Estados Unidos, se consolida como el principal proveedor de gas, con más de un tercio del volumen total hasta junio.

Ante estos datos, la vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, llamó a las empresas comercializadoras a «buscar cauces alternativos» para reducir sus importaciones de gas ruso. Pese a considerar que la situación de España es «más halagüeña» que la de otros países de la UE, la ministra llamó a hacer un uso responsable de la energía, especialmente durante esta ola de calor.

El precio de la electricidad supera hoy los 300 euros el megavatio hora por primera vez desde marzo

La ola de calor y el repunte de la cotización del gas por miedo a que Rusia decrete el corte del suministro han elevado la presión sobre el mercado de la electricidad. El precio del megavatio hora (MWh) en el mercado mayorista superará hoy los 300 euros de media, un nivel que no se alcanzaba desde el pasado mes de marzo, en las primeras semanas de la invasión rusa de Ucrania.

En concreto, el precio promedio que se toma como referencia para calcular el coste de la tarifa regulada subirá este martes un 1,53 %, hasta los 303,07 euros por megavatio hora, según los datos provisionales del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE).

Ese precio final incluye el coste de la energía en el mercado mayorista, que se sitúa en 155,71 euros el megavatio, dos euros más barato que el lunes, y la compensación de 147,36 euros a las empresas que usan gas para generar electricidad y lo pagan por encima del coste que se atribuye en la subasta.

Eso sí, el operador del sistema calcula que, sin el mecanismo que limita el coste del gas, la luz habría alcanzado hoy los 347 euros, lo que supone una rebaja de más de 44 euros, superior al 12,6 %.