Habeck reiteró que la reducción del suministro de gas por parte de Rusia desde el 14 de julio es utilizada por el presidente ruso, Vladimir Putin, como «arma» contra Alemania con el fin de destruir la unidad en Europa, la solidaridad y la disposición de apoyar a Ucrania.
C. Porteiro
«La situación es grave», reconocía este domingo el ministro alemán de Economía y Energía, Robert Habeck, tras anunciar un plan de emergencia para reducir el consumo de gas en hogares e industrias.
El país tiene sus reservas casi al 57 %, más que a estas alturas del año pasado, pero hay un fenómeno que preocupa al Gobierno del canciller Olaf Scholz: el suministro del hidrocarburo ruso que bombea Gazprom se ha desplomado un 60 % esta semana. El gas ya no fluye igual por el Nord Stream, y lo que antes era un escenario hipotético de desabastecimiento, ahora va cogiendo forma.
Seguir leyendo