El Comité Nacional solicita una bonificación de 40 céntimos hasta final de año y ayudas de 1.250 euros por camión
21 jun 2022 . Actualizado a las 19:29 h.El próximo domingo los miembros de la Plataforma en Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional decidirán si retoman la huelga del pasado de mes de marzo. Un parón que ocasionó ingentes pérdidas económicas. No solo a los supermercados, que dejaron de recibir multitud de mercancías, también al propio sector logístico y los productores. Pescado, leche y otros productos perecederos se echaron a perder.
Otras asociaciones de transportistas como la gallega Apetamcor podrían sumarse al parón, después de denunciar que la actividad para muchos pequeños conductores se ha hecho insostenible con los actuales precios de los carburantes y los ya reducidos márgenes de beneficio que, en algunos casos, obligan a trabajar a pérdidas si no a apagar motores. Están pendientes de los pasos que dé el Gobierno en los próximos días.
Para evitar el peor de los escenarios, el pleno del Departamento de Mercancías del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), que aglutina a las principales patronales del sector, han solicitado auxilio por carta al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
La misiva va dirigida al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, comandado por la ministra Raquel Sánchez. En el documento, las empresas demandan al Gobierno que prorrogue la actual bonificación «mínima» de 20 céntimos por litro de carburante hasta final de año.
Y no solo eso. Exigen que se les abone otro descuento adicional de 20 céntimos a todos los conductores profesionales a través de un mecanismo equivalente al que se utiliza en la actualidad para devolver las cuantías del gasoil bonificado, «bien mediante ayuda directa o, en su caso, mediante la habilitación de una tarjeta profesional», sugieren.
La segunda petición que han puesto sobre la mesa es la de extender a lo largo del próximo trimestre ayudas directas para empresas de transporte de mercancías en función del tipo de vehículos. El CNTC pide 1.250 euros por camión y 500 por furgoneta.
En tercer lugar, las patronales del transporte han solicitado al Gobierno que eleve del 30 al 40 % el porcentaje del precio de subida de los carburantes que pueden repercutir en una tarifa con un cliente cuando el gasoil se haya encarecido más de un 5 % desde la firma hasta la prestación del servicio. Incluyendo en esta medida el gas.
No obstante, como apunta el secretario general de los Técnicos de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, no pueden repercutir el coste de su transporte porque no está funcionando la ley que garantiza los márgenes de la cadena de producción y todavía se está redactando la normativa para hacer más transparente la cadena, revelando quién se está agenciando los beneficios.
Teniendo en cuenta la atomización del sector y el escaso poder negociador de la mayoría de los transportistas (autónomos), Mollinedo cree que medidas como la de ampliar la bonificación no les servirá de mucho si no se abordan los problemas estructurales con los márgenes de beneficio: «Para ellos, la medida más efectiva podría ser que Gobierno, y también Comunidades Autónomas, se implicasen para establecer un precio mínimo para que no se venda a pérdida», desliza.
Fiscalidad
¿Qué hay de bajar impuestos? España es uno de los países con una fiscalidad más baja en la Unión Europea (UE). Los transportistas profesionales no solo cuentan con la bonificación de 20 céntimos, a la que se suman los descuentos que hacen las estaciones de servicio por fidelidad, también pagan menos por el impuesto de hidrocarburos. La UE obliga a cobrar como mínimo por cada litro de gasoil 0,33 euros. En España se pagan casi 0,38 euros, pero el Estado devuelve casi 0,05 euros el litro a los transportistas, así que en la práctica ya están pagando el mínimo legal. En cuanto al IVA, en el 21 %, solo podría reducirse si el Gobierno baja el tramo general por debajo de ese umbral, lo que supondría reducir el IVA a muchos otros productos y servicios.
José María Mollinedo: «Estas medidas no resuelven el problema»
También hay dudas sobre la efectividad de la bonificación en sí misma. «Este tipo de medidas son paliativas, no resuelven el problema. Si la patronal de las estaciones de servicio ya hablan de que se pueden alcanzar los tres euros el litro en verano, esta medida enseguida se va a amortizar», sostiene Mollinedo, como ya ocurrió en estos tres primeros meses de descuento.
Lo mismo ocurre con su impacto en las tarifas: «Si te doy 20 céntimos, pero luego el de la cadena de producción te marca precios más bajos porque sabe que el coste del gasoil te ha bajado 20 céntimos adicionales, estás en la misma situación. No se avanza. Se enquista el problema», denuncia.
Considera que la medida es asumible. Cuesta 1.400 millones de euros cada trimestre, pero sugiere invertirlos en renovar la flota de camiones por otros que consuman menos: «Es más sostenible. Se moviliza más la economía que solo con la bonificación. Ganan todos: los fabricantes, quien vende el vehículo y quien achatarra».
