El 50 % de las estafas llegan a través del móvil

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Carmela Queijeiro

Los fraudes bancarios afectan ya a más de cien personas por cada 100.000 habitantes

12 jun 2022 . Actualizado a las 09:54 h.

La operativa bancaria, el correo electrónico, las redes sociales... El teléfono móvil se ha convertido en una herramienta básica para los ciudadanos. Desde este pequeño dispositivo gestionan su día a día con la comodidad que permite la tecnología. Pero los smartphones también entrañan sus peligros. Porque se han convertido en la principal puerta de entrada del fraude financiero. Tal y como explican desde la Asociación de Usuarios Financieros (Asefín), un 50 % de las estafas financieras se producen a través de los teléfonos móviles.

Aquellos ciberdelincuentes que logran derrumbar las barreras de seguridad de estos pequeños dispositivos, logran tener en su mano una gran fuente de información que puede servir ya no solo para acceder a las aplicaciones bancarias del usuario. También a otro sinfín de datos que están menos relacionados con el mundo digital (como horarios de trabajo, proveedores, localizaciones de negocios...) y que pueden servirles a los cacos para engañar a las víctimas con toda clase de artimañas: desde hacerse pasar por una empresa de transporte que tiene que entregarles mercancía a cambio de dinero hasta cambiar los números de la cuenta donde ha de depositarse, pongamos por ejemplo, el pago de una factura de un proveedor.

Crecimiento exponencial

La pandemia y el obligado confinamiento fueron caldo de cultivo para la ingeniería del ciberengaño. Las estafas virtuales ya venían creciendo de manera exponencial en los últimos años, pero al abrigo del coronavirus, su explosión fue extraordinaria. Así lo muestran los datos del portal estadístico de criminalidad del Ministerio del Interior. Tal y como aseguran desde esta institución, en los últimos dos años se ha registrado una gran proliferación de las conocidas como campañas de phishing, una técnica que consiste en el envío de un correo electrónico por parte de un ciberdelincuente a un usuario simulando ser una entidad legítima (como un banco o una institución pública) con el objetivo de robar información privada o, directamente, dinero.

Tal y como se puede comprobar en el gráfico que acompaña a esta información, la mayor parte de las ciberestafas han crecido de manera importante en los últimos años. Aquellas relacionadas con el acceso ilegal informático afectan ya a 4,86 habitantes por cada 100.000, una cifra muy similar a la que deja Galicia. Números muy semejantes son los que acumulan los ataques informáticos, que en Galicia afectan a 4,41 habitantes por cada 100.000.

Pero son las estafas que tienen como objetivo las finanzas, las que más han aumentado en los últimos ejercicios. De hecho, las bancarias afectaron en el 2020 (último año del que se tienen datos) a más de 108 personas en toda España por cada 100.000 habitantes; mientras que los engaños con tarjetas de crédito y débito o cheques provocaron un susto a más de 263. Los números gallegos se diferencian algo en este caso de los del conjunto de España. Porque en el capítulo de las estafas bancarias, la cifra es más baja que la media nacional (39 afectados por cada 100.000 habitantes). Caso contrario al de aquellas relacionadas con el conocido como dinero plástico, en las que proporcionalmente hay más gallegos afectados que en el conjunto de España.

Cómo poder protegerse de las ciberestafas

Los bancos nunca piden las claves por teléfono o correo electrónico

S. C.

En la gran mayoría de casos, los ciberdelincuentes no necesitan desarrollar complejas estrategias o echar mano de tecnologías muy disruptivas para lograr que sus víctimas muerdan el anzuelo y acaben estafadas. Es más, muchos de ellos se limitan simplemente a aprovecharse del desconocimiento de los ciudadanos e incluso de la falta de atención que provoca el estrés en el que viven inmersos. Consciente del impulso que han experimentado las estafas a través de los canales digitales, el Banco de España publicó hace unos meses una guía con normas básicas para prevenir la ciberdelincuencia.

Así, el regulador que pilota Pablo Hernández de Cos recomienda, en primer lugar, crear contraseñas complejas —que combinen números y letras así como mayúsculas y minúsculas— para acceder al sinfín de aplicaciones de las que los usuarios disponen en sus teléfonos: «Hay que cambiarlas con regularidad, instalar además antivirus y mantener siempre actualizados los dispositivos», añaden.

En caso de recibir correos electrónicos en los que se solicita cualquier tipo de información personal o confidencial, el Banco de España es tajante: «No los respondas y no descargues ni ejecutes los ficheros asociados». Aquellos que operan con su entidad financiera a través del teléfono también deben estar alerta. Los usuarios de banca electrónica reciben de su entidad las claves para operar vía internet en páginas web seguras (es necesario comprobar que comienzan por https, y no por http) o mediante la aplicación de su banca móvil. Pero es importante saber que los bancos en ningún momento les pedirán, ni por correo electrónico ni a través de una llamada telefónica, estas claves personales. Si alguien se las solicita, es claramente un intento de estafa.

Ofertas de bancos

También recomienda desconfiar de las ofertas de servicios bancarios a través de internet que dicen estar autorizadas pero cuya dirección está incompleta o no existe. Y lo mismo en el caso de que el contacto se produzaca a través de la llamada de un móvil o contenga un prefijo que no sea español: «Debemos desconfiar también si encontramos ofertas de financiación en condiciones muy favorables de entidades situadas en países remotos», resume.