España coloca 8.000 millones en deuda pagando el mayor interés desde el 2014

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

DUMITRU DORU | EFE

El Gobierno lo atribuye a la inflación y el fin del dinero barato del Banco Central Europeo

07 jun 2022 . Actualizado a las 21:31 h.

Las cosas empiezan a ponerse cuesta arriba para España a medida que el Banco Central Europeo (BCE) se reafirma en su plan de cortar el grifo del dinero barato a los países del euro de forma más abrupta de lo previsto. Y eso, para España, solo supone una cosa: problemas.

A partir del próximo mes de julio, el organismo comandado por Christine Lagarde, dejará de comprar deuda española y comenzará a subir los tipos de interés, encareciendo no solo los créditos e hipotecas de los hogares, también el coste al que el Estado coloca su deuda para financiarse.

Esa retirada gradual del apoyo del BCE la dan por descontado los inversores, que ahora exigen mayores rentabilidades a cambio de prestar dinero al país. Muestra de ello es que el Tesoro tuvo que pagar este martes unos intereses del 2,55 % por colocar 8.000 millones de euros en bonos del Estado a 10 años. No se veían rentabilidades tan altas desde noviembre del 2014, cuando hubo que ofrecer los títulos a un 4,4 %.

El encarecimiento de la financiación muestra que, sin el apoyo del BCE durante estos años, la deuda española superaría de calle el 120 % del PIB que acumula en la actualidad, arrastrando el lastre de la pandemia a la que llegó con una mochila del 98 % del PIB. Y también indica que, sin la red de seguridad de Fráncfort, algunos inversores ya no se fiarían de las cuentas ni las expectativas depositadas sobre la economía española. Solo algunos, eso sí, porque la demanda (casi 41.000 millones de euros) en la emisión del Tesoro multiplicó por cuatro la oferta, lo que demuestra que España sigue teniendo un buen acceso al mercado de capitales. Un escenario bien diferente al de la crisis financiera, cuando el país tuvo que pagar intereses de casi el 6 % —en el año 2012, el del rescate— para despertar el apetito de los inversores internacionales y cubrir sus necesidades de financiación.

Impacto de la inflación

¿A qué atribuye el Gobierno de Sánchez este encarecimiento del precio? El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital culpa a la inflación en la eurozona (8,1 % en el mes de abril). Ante la expectativa de que los precios seguirán subiendo y no se moderarán hasta bien avanzado el año, los mercados ya dan por amortizada la política expansiva del BCE, que inició su expresidente, Mario Draghi, en marzo del 2015 y que culminará en julio bajo los mandos de la francesa Lagarde. «Así, todas las curvas de tipos de interés se han desplazado hacia arriba, si bien la referencia española, que se ha incrementado en 189 puntos desde principios de año, ha registrado un menor crecimiento que la de otros países como Italia o Portugal (con incrementos de 220 y 202 puntos respectivamente)», señalan en un comunicado. En otras palabras: que el encarecimiento de la deuda no es un fenómeno propiamente español, afecta al conjunto de las economías más endeudadas de la Unión Europea (UE). Como ocurrió en los prolegómenos de la anterior crisis, el diferencial entre los intereses que pagan los países del sur respecto al bono alemán se están empezando a ampliar sin el aliento del BCE.

A pesar de las señales de fatiga, el Gobierno celebra que el coste de la deuda viva se haya reducido hasta el 1,59 % este año, por debajo del 1,64 % que se pagaba al cierre del 2021.

En cuanto al origen de los compradores, el 35 % se depositó en manos de inversores del Reino Unido e Irlanda, seguidos de los franceses e italianos (13 %) y de los alemanes, austríacos y suizos (12,2 %).