Ese equilibrio en la contratación de trabajos entre el mercado nacional e internacional se rompería si finalmente el Gobierno estadounidense decide iniciar el mayor plan de infraestructuras desarrollado en décadas en el país y que está cuantificado en casi dos billones de dólares. Las negociaciones entre demócratas y republicanos han logrado acercar posturas y Copasa confía en que el consorcio del que forma parte para construir el AVE de California le permita afianzar su marca más allá del currículo del que ya dispone con el proyecto del tren de alta velocidad a La Meca.
El grupo integrado por la empresa gallega se encuentra en la fase previa a la adjudicación, en la que compite con otro consorcio. Será, cuando se ejecute, la primera línea de alta velocidad que entraría en servicio en el país norteamericano. Se materializaría en varias fases y la infraestructura conectaría con las ciudades de San Francisco y Los Ángeles en un recorrido de 190 kilómetros. Posteriormente, se extendería en fases sucesivas a otras ciudades como Sacramento y San Diego.