La empresa pública pone en marcha una estrategia de sostenibilidad
05 jun 2022 . Actualizado a las 12:50 h.En el marco de los Días Mundiales del Medio Ambiente y de los Océanos —5 y 8 de junio—, el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, ha anunciado que la empresa aprobará en breve la Estrategia de Sostenibilidad (ESG) con la que se colocará a la vanguardia de las compañías más responsables tanto desde el punto de vista ambiental y social como de gobernanza. Entre los objetivos a conseguir se encuentra ser neutra en huella de carbono en el 2040. «Con este reto nos adelantamos 10 años a las previsiones europeas, dando ejemplo de empresa pública sostenible y responsable. Una empresa donde sea un orgullo trabajar», afirma Ricardo Domínguez. Así, no emitirá gases de efecto invernadero para realizar su actividad, y los que sea imposible evitar, se compensará buscando la mejora del entorno de las factorías.
Para compensar en parte las emisiones que no pueda reducir, pondrá en marcha Ecosistema Navantia, que además de incluir la realización de Bosques Navantia en zonas próximas a los astilleros, incluye trabajos de restauración de ecosistemas marinos también en las zonas de influencia de la compañía, lo que se llama el carbono azul. Es un proyecto en el que Navantia es pionera y que tiene máxima relación con su actividad matriz.
Para Navantia, la contribución a la seguridad en el medio marino «es objetivo propio de su actividad, ya que ofrece seguridad al conjunto de las sociedades, y los océanos y los mares cubren más del 70 % del planeta, sustento de la humanidad y de todos los demás seres de la tierra».
Para la firma, la sostenibilidad es, además, uno de los factores más relevantes de competitividad, que le permite acceder a nuevas oportunidades de negocio.
Además, la compañía apuesta por el ecodiseño para que los productos y servicios sean cada vez menos contaminantes. Así, a través de la inteligencia artificial y del gemelo digital se mejora la gestión de la energía de los buques o la prevención de accidentes y, por ende, la contaminación al mar. Los nuevos diseños incorporan soluciones técnicas orientadas a la sostenibilidad como emisiones reducidas, sistemas integrados de gestión energética y equipos y materiales de reducido impacto ambiental, con un enfoque integral en todo el ciclo de vida del buque.
«La nueva Estrategia de Sostenibilidad debe formar parte del ADN de la Navantia 5.0 que queremos construir. Navantia tiene que estar asociado a esta gestión responsable para nuestros clientes, nuestra cadena de valor y los grupos de interés con lo que nos relacionamos», dice Domínguez.
Navantia Seanergies: apuesta industrial clave para la transición energética
Navantia Seanergies, la división de Energías Verdes de la compañía, es la apuesta de Navantia por desarrollar su actividad en el sector de las energías sostenibles y, como empresa pública, contribuir a la transición energética y a la estrategia de independencia energética de país y europea.
La compañía aspira a ampliar su presencia en el sector de la energía eólica marina, en donde ya es una referencia internacional, para convertirse en un suministrador global en el desarrollo de parques eólicos marinos. Además, también pretende situarse como un actor clave en el desarrollo del hidrógeno verde en el país y la descarbonización del transporte marítimo.
Navantia Seanergies, cuyo germen se fraguó en el 2014, con la senda de la diversificación iniciada en la compañía, supone la consolidación de la presencia de Navantia en el sector industrial de las energías, sumándose a su liderazgo en el sector naval. «Como empresa pública tenemos un compromiso decidido con las energías sostenibles y con traccionar a toda nuestra cadena de suministro hacia este sector, que ofrece gran potencial de futuro y supone reorientar la industria hacia un modelo de crecimiento sostenible. Además, el Gobierno español quiere reforzar el liderazgo industrial español en la cadena de valor de estas energías, aprovechando las sinergias con sectores punteros», explica Javier Herrador, director de Navantia Seanergies.
Galicia es una de las comunidades llamadas a tener un papel destacado en el desarrollo de las energías sostenibles en el país. Además, cuenta con un entramado industrial de primer orden para este mercado, fruto del papel tractor que ha jugado y juega
Navantia en el astillero de Fene, y en Ferrol. El astillero de Fene ha impulsado su actividad gracias a su introducción en el sector de la energía eólica marina y en estos momentos acomete el mayor programa de jackets —cimentaciones que sirven para sujetar los aerogeneradores en el lecho marino—, y está llevando a cabo una ambiciosa inversión junto con Windar Renovables para poder fabricar monopiles. La fábrica de Turbinas de Ferrol, por su parte, se posiciona como centro con importantes capacidades para fabricar electrolizadores de generación de hidrógeno.
«Navantia Seanergies es mar, lo que siempre hemos sido; es energía, energía verde porque es un sector de futuro, y son sinergias, sinergias con nuestra actividad tradicional: la construcción naval y también la actividad de sistemas», subraya Herrador, que cita como ejemplos que su experiencia en materia de hidrógeno procede principalmente del desarrollo del sistema de propulsión anaeróbica para los submarinos de la serie S-80, y que su liderazgo a nivel internacional en la construcción de subestructuras flotantes para aerogeneradores marinos procede de su larga experiencia en la construcción naval.
Desde el 2014, Navantia ha logrado 11 contratos para parques eólicos marinos en cinco países por importe de 900 millones de euros. Los objetivos que persigue apuntan a que, en los próximos meses, sumará encargos por valor de 500 millones de euros.
Tras esta primera fase de lanzamiento —en la que quieren llevar la marca al mercado internacional, en donde se mueven sus clientes—, Navantia Seanergies calcula que aportará una facturación de 350 millones de euros al año a la compañía.
La planta ferrolana de Turbinas inicia su transformación hacia una «Smart Factory»
En septiembre de 2021, Navantia Turbinas emprendió un proceso de modernización hacia la Smart Factory, con vistas a aumentar la productividad y adecuar la fábrica a los programas más exigentes. El plan actuaba en varios niveles: mejora de procesos de producción mediante la digitalización de máquinas, la mejora de la conectividad entre taller e ingeniería, añadiendo equipos informáticos, y la formación de trabajadores para dotarlos de las cualificaciones necesarias para acometer futuros proyectos de alto valor añadido.
A una primera fase de diagnóstico, le siguió el diseño de un plan de acción con 400 iniciativas que abarcan prácticamente todas las áreas productivas y áreas transversales, de las que actualmente se han cumplido el 80 %. El pasado mes arrancaron otras 17 actuaciones, enmarcadas en el plan de mejora continua.
Entre otras intervenciones, este proceso ha permitido a la fábrica contar con modelo de gestión SAP propio, ganando en eficiencia. La digitalización que se ha incorporado a la gestión de diversas áreas, como el pañol, se ha trasladado también a las inspecciones de calidad. El control dimensional mediante bluetooth o la identificación de repuestos a través de códigos QR serán mejoras a incorporar.
